Sergio Marchi dio cuenta de la humildad del cantante mendocino y de su grán éxito en América Latina.
La carta de un periodista de rock a Marciano Cantero: "Tocaba como McCartney"
El escritor y periodista Sergio Marchi expresó algunas palabras para Marciano Cantero. El hombre que realizó las biografías de músicos nacionales como Charly García, Luis Alberto Spinnetta y Pappo, era amigo del líder de los Enanitos Verdes y lo describió con emotivas palabras.
Comenzó con un dato impactante de la banda mendocina: "Lamento Boliviano" es la canción más escuchada del rock argentino en Spotify. Incluso superando a "De Música Ligera", de Soda Stereo.
El escritor siguió comentando sobre una de las grandes cualidades del Marciano: su humildad. Además de ser un gran músico siempre tuvo los pies en la tierra al igual que sus miembros fundadores, Felipe Staiti y Daniel Piccolo. Gracias a esta humildad lograron realizar canciones que siguen siendo muy queridas por el público habla hispana.
A pesar de que no tuvieron el reconocimiento que merecían en su propio país, nunca se quejaron de ello. En cambio siguieron su carrera teniendo varios fans alrededor del continente.
Ver: La banda mendocina que estará en el Mundial de "Música Callejera"
Al final de su nota especial para Clarín, Marchi comentó que Marciano le envió un mail en 2010 contándole sobre una experiencia muy especial. Es que en ese año pudo conocer a un luthier famoso llamado Carl Thompson. Este incluso fue a ver uno de los conciertos de los Enanitos Verdes en Estados Unidos y le prometió al cantante fabricarle un bajo más liviano ya que tenía una afección en el hombro.
Esta anécdota el escritor la usa para ejemplificar la humildad del Marciano y su relación con Marchi, quien se siente halagado de haber sido elegido para recibir esa historia y que ahora necesitaba ser quien le escribiera una sentida carta.
La carta
Las comparaciones son siempre odiosas y más aún si son numéricas. Pero a la hora de recibir el honor de escribir estas líneas para despedir a un amigo como lo fue Marciano Cantero y lo sigue siendo el resto de Enanitos Verdes, me fui a buscar su música a Spotify y me sorprendí: ocho millones, doscientos mil y pico de seguidores mensuales.
Ya me había llamado la atención el dato de que Lamento Boliviano es la canción más escuchada del rock argentino mediante streaming y que supera por unos cientos de miles de reproducciones a la que yo creí imbatible: De música ligera de Soda Stereo. Bueno, vaya sorpresa, dentro del rock argentino Enanitos Verdes es el grupo con más reproducciones en Spotify.
Datos, no opinión. Y mucho menos competencia: Soda Stereo y Enanitos Verdes han sido dos bandas enormes, cada una a su manera ha llevado bien lejos al rock argentino y lo siguen haciendo. Para encontrar números superiores hay que ir al trap, y se verá en cuatro décadas cómo quedan los dígitos.
Probablemente los números sean una mera excusa para escaparle al dolor de la muerte de Horacio "Marciano" Cantero, un grande de la humildad al igual que sus compañeros. "Vos sabés, nosotros somos laburantes", me escribió alguna vez. Y es verdad; nunca lloraron por "no tener prensa", o no ser todo lo reconocidos que deberían haber sido.
No hay artículos que hablen de las inmensas virtudes de Marciano como cantante, transmisor de emociones simples, nunca burdas, rara vez exageradas; tampoco se pueden leer párrafos sobre su enorme capacidad como bajista, con una solidez bien aprendida de su maestro, Paul McCartney, porque si había algo que le gustaba eran los Beatles.
No han surgido análisis sobre las grandes canciones que brotaron de su pluma (y la de Felipe Staiti también). ¿Será que la simpleza no cotiza en la bolsa de los críticos? ¿O es que nunca fueron fashion?
Tuvieron virtudes superiores: los Enanitos Verdes fueron titanes de la humildad, genios de la simpleza, gigantescos mamíferos trabajadores que construyeron una de las carreras más peculiares y exitosas de la Argentina.
Hasta hace pocos meses tocaron en Estados Unidos, retomando la actividad después de la pandemia, un circuito que vienen trabajando desde hace décadas, al igual que todo el territorio latinoamericano. Sin embargo, en Buenos Aires siempre les ha costado llenar siquiera un teatro, a tal punto que decidieron olvidarse y seguir su carrera sin vanidades ni rencores. Trabajando como obreros del pentagrama, siempre con la alegría de tocar para la gente y un perfil bajo aun convocando multitudes fuera del país.
De gira juntos
Recuerdo mi sorpresa cuando después de un show en el Festival de La Falda, me invitaron a seguir de gira con ellos. Sin protocolos ni ceremonias, de buena onda y con cariño me subieron al micro y me llevaron a un show en San Juan, donde cuatro mil personas enloquecían con sus canciones que, en ese entonces, sonaban por la radio: La muralla verde, Por el resto, Simulacro de tensión, Tus viejas cartas, Te vi en un tren o Aun sigo cantando.
Eran como los Rolling Stones: comprobé la histeria de provincias corporizada en el intento de asedio al tímido camarín que los cobijaba. Más tranquilo fue el paso por San Rafael, donde jugaban de locales, condición que a una banda la pone en situación de cierta igualdad con sus fans. No vaya a ser cosa que se la crean. Y eso que tenían con qué. Aún no había llegado el tsunami que se configuró con Lamento Boliviano y esa estrofa que tanto le gusta repetir a la gente: "Y yo estoy aquí/ borracho y loco".
Como Tom Petty
Más allá de las distintas idiosincrasias personales, fue la firme sociedad entre Marciano y Felipe, ese tremendo guitarrista, una suerte de Steve Vai cuyano, la que sostuvo a Enanitos Verdes durante más de 40 años. Fueron un matrimonio abierto que le permitió a Marciano tener sus discos solistas y a Felipe sostener un trío y escribir sus cuentos.
Cuando Daniel Píccolo decidió que había tenido suficiente unos quince años atrás, pudieron llamar a uno de los mejores bateristas argentinos: Jota Morelli, que se sumó a ellos con júbilo y configuró un nuevo capítulo en una historia que se parece un poco a la de Tom Petty & The Heartbreakers.
Porque Enanitos Verdes ha sido una banda fundada en la hermandad y en un repertorio pop-rock, muy subestimado en Argentina, pero muy valorado en el resto de Latinoamérica. Petty sumó a Steve Ferrone, que dejó su rentable carrera de sesionista, y los Enanos se agenciaron a Morelli.
Y hablando de Tus viejas cartas, me encuentro revolviendo mails y encuentro uno de Marciano, que me escribió en 2010 para contarme que había conocido a Carl Thompson, un legendario luthier que se hizo famoso por los bajos que fabricó para Les Claypool de Mud, "que me va a fabricar un bajo especial para mí, porque necesito instrumentos livianos por esa cosita que tuve en el hombro".
Estaba tan contento Marciano de haber visitado su taller en Brooklyn, de haber compartido una cena con él y que hubiera ido a ver a Enanitos Verdes, que necesitaba contárselo a alguien y tuve ese privilegio.
Ahora soy yo el que necesita escribirle. Y de alguna manera, sé que esta carta le va a llegar.
Ver: El homenaje de Jey Mammón a Marciano Cantero: "Perdonanos"