Fue la primera vedette trans en llegar a la calle Corrientes, un logro que provocó un impacto tan grande que tuvo que soportar burlas, insultos y los chistes más chabacanos. Fue una adelantada en los bulliciosos noventa. Ahora los tiempos han cambiado... poco, pero han cambiado.
Cris Miró: una estrella fugaz que soportó lo peor de la sociedad
A 25 años de su fallecimiento, la serie "Cris Miró (Ella)" relata la historia de la primera mujer trans argentina en hacerse famosa. Con ocho episodios de 30 minutos, la historia (basada en el libro "Hembra, Cris Miró - Vivir y morir en un país de machos" de Carlos Sanzol) recorre la vida y trayectoria de la primera vedette trans que hizo teatro, paseó por los programas más exitosos de televisión y soportó la peor discriminación.
La serie cuenta cómo fue la vida de alguien que luchó siempre por hacer lo que realmente sentía. Y reparar en el contexto es interesante porque, en aquella época, la sociedad se jactaba de ser libre y democrática, pero la llegada de una vedette trans a la calle Corrientes puso en evidencia que todavía faltaba mucho por aprender.
Fueron cinco años en los que Cris Miró conoció lo bueno y lo malo de ser famosa.
"Travesti", "puto", "es un hombre vestido de mujer" eran algunos de los insultos que tuvo que escuchar y enfrentar, además de la pregunta hecha mil veces en cuanta entrevista le hacían: ¿Cuál es tu verdadero nombre? a lo que ella respondía: "Mi verdadero nombre es el que siento, y es Cris Miró".
Fue una mujer trans que debió pelear contra los prejuicios de su entorno -como su madre en primer lugar- para luego avanzar y poder alzar la voz de toda una comunidad discriminada, maltratada y abusada desde siempre.
Eran los 90, épocas de Tinelli, Mirtha y Susana, conductores de los programas más vistos en la televisión; poseedores de un rating increíble y, por lo tanto, dueños de una parte de la realidad que el país vivía.
Todo era Miami, farándula y fiesta
El teatro de revista era un género muy populoso y poco pretencioso, pero que se consumía y llenaba salas en las temporadas de verano. Ahora está casi en extinción, pero años atrás fue la escalera para llegar a la fama rápidamente. La llegada de Cris Miró como vedette de teatro de revista fue uno de los sucesos más impactantes que incluso se instaló en la mesa de la familia argentina que miraba y se escandalizaba con su paso por los programas de TV. Hoy es difícil de imaginar, pero en ese momento todo pasaba por la televisión.
Tal vez fue una adelantada a su tiempo que irrumpió con su altura, su belleza, sus rulos y, sobre todo, su tranquilidad a la hora de responder y recibir el trato de una sociedad que se pretendía libre, pero que aún no estaba preparada para recibirla.
Cris Miró tuvo que soportar las preguntas incómodas de Mirtha Legrand: "¿Cuál es tu verdadero nombre?", "¿Por la calle andás vestida así?". O en el programa de Susana Giménez, ser sometida a la "hipnosis del mentalista argentino Tu Sam", que en medio de su trance buscaba vergonzosamente escuchar que le respondiera si era un varón o una nena y, otra vez, hasta el cansancio: ¿Cuál era su nombre? A lo que ella, con los ojos cerrados, decía: "Soy Cris, soy Cris" con la seguridad de que nada ni nadie podría con ella.
También sobrellevó con la mejor educación los chistes en el programa de Tinelli, que jugaban con el doble sentido, más muletillas y más groserías.
Fueron esos pocos años en los que la vedette conoció la fama y paseó por los estudios de los programas más vistos para contar su historia, que parecía no importarle a nadie.
Una estrella fugaz que brilló intensamente en una sociedad que despertaba de un largo letargo y adormecida comenzaba a andar a los tumbos.
Cris Miró murió a los 33 años en septiembre de 1999 de una enfermedad que nunca mencionó, dejando un camino de ripio, pero algo más transitable para poder vivir libres.
Disponible en su totalidad en Flow, "Cris Miró, (Ella)" también se puede ver en Max. Además, los sábados tiene su emisión por la televisión abierta (Canal 13), donde se puede ver un capítulo nuevo cada fin de semana.