Dice que la carga de trabajo es desequilibrada. El debate sobre los cambios al tribunal.
Valerio: "La Corte de Mendoza no puede seguir funcionando así"
José Virgilio Valerio (68) se recibió de abogado en diciembre de 1976 y no paró nunca. Ejerció la profesión diez años, fue diputado provincial, asesor del gobierno, luego fue fiscal, juez de instrucción, juez correccional, juez de cámara, académico, especialista en derecho penal, docente, consejero de la magistratura, y es desde 2016 uno más entre los siete magistrados de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza. A la hora de hablar de modificaciones en la justicia, es una voz autorizada. Y será uno de los miembros del alto tribunal que expondrá (el martes 20, en el caso de los jueces de la Corte)ante el plenario de comisiones de legislación y asuntos constitucionales de la Legislatura de Mendoza. Será una jornada de alto voltaje político y técnico, a raíz del proyecto de ley que envió el gobierno a la Casa de las Leyes, y que da vuelta como un guante el funcionamiento de la Suprema Corte. Hay argumentos funcionales y técnicos para ello, pero también de política penal. Es un debate en el que se va a discutir mucho poder.
El proyecto elimina las dos salas en que se dividen los jueces de la Corte (civil y comercial, penal y laboral) y lo transforma en un tribunal "colegiado" en el que todos los jueces se van a sortear en grupos de a tres, para todos los casos. Un cálculo sencillo de técnica combinatoria indica que se podrán "armar" 84 salas distintas, con tres jueces de los siete cada vez. Además, obliga a resolver casos en plenario de los siete jueces cuando se trate de conflictos de poder, acciones de inconstitucionalidad, y acciones procesales administrativas. El gobierno sostiene que el nuevo esquema democratiza el funcionamiento del máximo tribunal local, equilibra la carga de trabajo de los jueces, quita "suspicacias" y elimina la posibilidad de hacer la maniobra de forum shopping. Como se sabe, las APA y las inconstitucionalidades se reciben en cada sala en turnos de 15 días que están predeterminados. La oposición ha puesto el grito en el cielo, denunciando que se quiere "copar" la Justicia, y los aliados de Cambia Mendoza andan con cautela, esperando escuchar "a todos", como dijo Omar De Marchi ayer en nuestro programa Te Digo Lo Que Pienso. Luego, la integración "política" de cuatro jueces cercanos al oficialismo, y tres del peronismo, juega su rol en este debate.
En el siguiente interactivo, los puntos salientes del proyecto de ley enviado por el gobierno, que además puede leerse y descargarse completo desde aquí:
Qué dice José Valerio
-¿Por qué este sistema propuesto por el gobierno es mejor que el que rige desde 1984?
- Porque la carga de trabajo de los jueces de la Corte está muy desequilibrada. Desde 2018 a agosto de este año, la Sala II Penal y Laboral recibió 7.147 casos. Y la Civil y Comercial, la Sala I, 2.437 en el mismo período. En ese tiempo hubo cerca de 1010 días hábiles. Quiere decir que mientras una sala iba recibiendo menos de dos casos y medio diarios, la otra, más de siete. Eso es una deformación. Aparte además, el hecho de que en los casos de inconstitucionalidad o en los reclamos administrativos contra el Estado, por el sistema de turnos cada quien elegía la sala que supuestamente le convenía. Con el tribunal "colegiado", todos los jueces deben entender en todos los temas.
- ¿Y eso no es malo? ¿Qué pasa con los casos específicos... con aquellos que requieren una mirada de especialistas, que en la Corte los hay?
- Son muy pocos. Además, por ausencias, subrogancias, o recusaciones, a veces nos tenemos que cruzar de sala para integrarlas, y los de la sala penal terminamos resolviendo algún tema civil o comercial, o viceversa. La corte de Estados Unidos no tiene salas, porque el derecho es uno solo y la coherencia es fundamental. ¿En cuántos casos pueden ser necesarios tener una especialización? ¿Cuántos casos penales hemos tenido con profundidad de especialistas? Incluso se han resuelto en plenario y han sido el de prisión perpetua, el de prisión en delitos con grado de tentativa y nada más. No nos engañemos... son seis o siete las causas que requieren plenario.
- ¿Qué pasa con el rol del presidente de la Corte?
- El presidente del tribunal tiene que tener un rol jurisdiccional. No puede no tenerlo. Si no, es una especie de "gerente general" de la Justicia, y esa no es la manera. Debe entender en los casos y firmar fallos.
- Existe la idea, en críticos del proyecto, que no todo puede ir a pleno, para que nadie imponga mayorías circunstanciales...
- Eso podría pasar ahora, y no ocurre. Hoy, los presidentes de las salas o el presidente de la Corte puede llamar a un plenario para resolver el caso que fuere. Este proyecto ordena eso, dice qué casos van.
- El artículo 6 del proyecto indica que van los procedimientos administrativos a un pleno...
- En caso de que fuese así, no sería posible. Esos casos son un juicio en sí mismo que se debe sustanciar, producir prueba. No son como un recurso. Sería materialmente imposible resolverlas en un pleno.
- También se discute que si tres jueces son sorteados para un caso, podrían fallar de manera que otros del tribunal no compartan... y ante eso otros jueces pueden anticipar y pedir un plenario.
- No tiene nada de malo. Puede ocurrir que en un sorteo queden tres jueces que piensen de una manera, por ejemplo, Palermo, Adaro y Gómez, y entonces los otros tres pidamos plenario, o el presidente de la Corte. Pero puede ocurrir al revés. Que en un caso estemos sorteados por ejemplo Llorente, Teresa Day y yo, y los otros tres jueces pidan un plenario. No siempre va a ser "cuatro-tres" para un lado. Cada juez tiene su criterio. En el plenario por las tentativas de homicidio fue cinco a dos. Nadie puede pensar, ni siquiera por los votos, que la votación de un caso emana las intenciones de los partidos políticos. Cada uno vota de acuerdo a su conciencia, obviamente en la forma de pensar y de razonar se ven las resoluciones... Pensar que se votan en la Corte uno u otro caso por un color político es catastrófico para todos. Lo que debe quedar claro, es que la Suprema Corte no puede seguir funcionando como hasta ahora. Hay que equilibrar el trabajo de los jueces. Y los sorteos de las causas le van a dar al sistema una transparencia muy importante, fundamental.
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