El electo presidente del Colegio de Abogados de Mendoza quiere trabajar para las camadas jóvenes.
Sergio Molina al Post: "La Justicia mendocina está mejor que hace 20 años"
Hace 20 años la Justicia mendocina inició un proceso de reformas histórico, que se disparó por las urgencias de la inseguridad, pero que nunca perdió su ritmo y se fue expandiendo al resto de los fueros con el fin de acelerar los tiempos de resolución, su eficiencia y efectividad, mudándose del proceso escrito al oral y del soporte papel al electrónico.
Para el flamante presidente del Colegio de Abogados de Mendoza, Sergio Molina, quien asumirá por los próximos dos años la semana que viene (junto a la vicepresidenta Jazminka Mihaljevic -foto-), la Justicia provincial está mucho mejor que hace dos décadas.
Sin embargo, a su entender, hay desafíos informáticos que mejorar, criterios de procedimiento que homogeneizar y soluciones a buscar para las nuevas camadas de abogados jóvenes que salen de las universidades y se encuentran con un ámbito profesional muy competitivo y difícil.
Ganó la presidencia del Colegio de Abogados. ¿Cuáles son las propuestas y metas que se pusieron?
Tal vez lo más importante en este periodo va a ser el diálogo. Buscar la forma de mejorar situaciones, mejorar la actividad y todo lo que se relaciona con nuestro trabajo diario recurriendo al diálogo con las instituciones públicas y privadas, con el Poder Judicial, el Ejecutivo y el Legislativo, para lograr esas mejoras que estamos necesitando.
¿Qué mejoras están necesitando?
Fundamentalmente nuestra actividad se relaciona con la Justicia y debo decir que para mi la Justicia mendocina es verdaderamente impecable. Yo no tengo nada que decir ni reprochar.
Suena a una afirmación muy institucional.
No, no, es personal pero como siempre sucede hay muchas cosas que mejorar y actualizar, mejorar programas.
El Poder Judicial siempre está cuestionado, funcione mejor o peor. ¿Por qué para usted es impecable?
Por mi experiencia personal. Yo tengo mi título de abogado hace 35 años y en todo ese tiempo he litigado muchísimo, siempre me dediqué a esa rama, siempre atendí particulares y eso me ha hecho pasar por miles de procesos, y nunca tuve una situación en la Justicia provincial que pudiese decir, "¿qué cosa rara pasó acá?".
Nuestra Justicia es correcta. Nunca se han dado situaciones como las que se ven en la Justicia nacional, como lo que está pasando en la Justicia Federal de Mendoza con el ex juez Walter Bento que es un caso complicadísimo, más allá de cual sea la resolución definitiva.
Esto en la Justicia de Mendoza no pasa, no tiene esos problemas, es una Justicia impecable y lo digo de forma personal, no institucional, que será lo que toque después. Yo estoy muy conforme en ese sentido.
Recién dijo que sin embargo hay muchas cosas que actualizar y mejorar. ¿Cuáles?
Bueno, en todo el ámbito de la Justicia Civil, Laboral y de Familia se ha instalado un programa que se llama IOL que es el que ha dado la base de lo que es el expediente electrónico y ha sido bastante difícil la implementación y hay muchas cosas que actualizar o acomodar en lo que respecta a nuestra Justicia.
¿Cuál es el problema?
El problema no es el expediente electrónico en sí, sino que el sistema por el cual se maneja, que tiene una cantidad de de situaciones que se hacen difíciles de manejar y atender.
¿Cómo cuáles?
Por ejemplo, cuando hay que iniciar un expediente que tiene una gran cantidad de documentación, es muy difícil iniciarlo porque el sistema no acepta documentos de gran volumen. Cuando uno tiene que llevar un PDF que pesa 2 gigas el sistema no los puede subir y estas son las cosas que hay que ir mejorando, que son cuestiones operativas.
Como así también, queremos hablar para unificar criterios con el trámite procesal en sí mismo, buscar la manera de que, cuando un abogado hace una petición determinada, sepa perfectamente por qué camino va a ir y no, como nos está pasando en algunos casos, que un tribunal resuelve una cosa y otro resuelve otra y entonces se presentan dudas de cómo proceder.
Dos temas tocó ahí: economía procesal y soberanía del tribunal, es complicado conciliar las dos.
Nuestro derecho en general y nuestro derecho procesal es un derecho que es interpretable, como todo el derecho, por lo que esas interpretaciones a veces van para un lado y a veces para otro.
Ahora, ¿qué ocurre? Que cuando uno está en un proceso y hay que darle al cliente ciertas garantías o saber qué camino puede recorrer, cuando esas interpretaciones diversas existen, por ahí uno se puede encontrar con que la solución que se esperaba no se dio. A eso me refiero cuando hablo de unificar criterios.
¿Estamos hablando de criterios jurídicos?
No, no, estamos hablando de criterios procesales, de procedimiento, no voy a lo que es una sentencia directamente sino a lo que son los trámites procesales, que hay veces que surgen dudas o diferentes formas de interpretarlos.
¿Un ejemplo clásico?
Bueno, los criterios que se tienen para lo relacionado con los aportes o el dinero que hay que pagar para tener un perito.
Hay tribunales que se atienden totalmente a lo que dispone nuestro Código de Procedimiento, que es que cuando uno ofrece la prueba tiene que hacer un aporte de una suma determinada de acuerdo a lo que dice el Código, y hay otros tribunales, que no lo consideran así, sino que por ahí surgen emplazamientos.
Y esto, en la práctica genera situaciones complicadas porque a veces uno pide una prueba y el cliente no tiene la posibilidad de poner el dinero de manera inmediata.
¿Hay un valor que es el que establece el Código y hay tribunales que regulan montos más altos?
Suele pasar. ¿Y cuál es el problema? Que esa disparidad de criterios a veces puede hacer perder la prueba y esa prueba puede ser fundamental para el proceso que uno inició. Entonces, la idea de esto es tener reuniones con la Suprema Corte de Justicia de la Provincia y buscar soluciones a problemas que se dan de forma permanente.
Otro ejemplo: en el sistema IOL tenemos un inconveniente bastante complicado que es que, en general, las demandas no están publicadas en los expedientes electrónicos y muchas veces, para entrar a un proceso o para saber porque viene un cliente y pide hacer algún trámite dentro de una sucesión, por poner un caso, uno tiene que hacer lo básico que es ir a ver el inicio de ese expediente, que es la demanda.
¿Pero cómo? ¿Está toda la actuación del proceso en el expediente electrónico, pero no está la demanda?
Exactamente.
¡No, qué raro!
Claro, y esto suele ser fundamental. Y hay tribunales a los que el profesional va y les expresa que necesita ver la demanda porque le han pedido una intervención en un expediente determinado y el tribunal no tiene problema en rastrearla y otros tribunales que sí los tienen.
¿Hay que ir al soporte papel para encontrar la demanda?
Es que hay casos en que ya no está en soporte papel porque si el expediente empezó en 2023 ya no hay soporte papel, es todo electrónico.
¿Y por qué no están las demandas?
Sinceramente, no sé por qué no aparece el escrito de iniciación, lo desconozco. Y a esto hay que darle una solución porque antes, con el soporte papel uno tenía que ir a buscar el expediente y tardaba una o dos horas en ver la demanda, pero ahora, siendo electrónico y con este problema, probablemente uno demore tres o cuatro días.
El inconveniente con esto es que para el abogado es más trabajo en última instancia, pero el damnificado principal es el cliente, el ciudadano que está demandando el servicio de Justicia.
Totalmente, pero además hay un tema más importante que el trabajo en sí de los abogados, que es el tiempo que se pierde, cuando antes con el expediente papel se resolvía en una hora.
Usted siempre se desempeñó en el fuero Civil. Le pregunto: ¿La Justicia de hoy comparada con la de hace 15 o 20 años, cambió mucho?
Hoy, la Justicia mendocina en general, funciona mucho mejor que hace 20 años. En cuanto a la parte operativa, sin duda alguna. Por ejemplo, hace 10 o 12 años en la Justicia Civil teníamos 16 juzgados y estos tribunales hoy funcionan de forma totalmente distinta, por los Juzgado de Gestión Asociada. Hoy todos aquellos juzgados funcionan en grupos y pasaron a ser cuatro juzgados de Gestión Asociada, algo parecido también teníamos con los juzgados de Paz.
Claro, la Gestión Asociada funciona como un pool de jueces.
Exacto.
¿Y mejoró? Lo pregunto porque en su momento, en la primera etapa del Juzgado de Gestión Asociada, los abogados fueron muy críticos con ese modelo. Hubo fuego cruzado con la Justicia públicamente, inclusive.
A mi me tocó vivirlo entre 2016 y 2018 cuando fui parte por primera vez del Colegio de Abogados, como vocal, y en ese directorio nos tocó vivir la etapa posterior a la formación del primer tribunal de gestión asociada.
Y nos tocó vivir una situación especial porque lo que empezó como una experiencia muy complicada después mejoró de una manera importantísima. Ese primer tribunal del que estoy hablando hoy se desempeña perfectamente.
Obviamente, como son todos los cambios, la adaptación se presentó de un modo muy dificultoso. Costó mucho entender una Justicia distinta, cuando los abogados estaban acostumbrados a asistir a un tribunal donde se tramitaban determinadas causas, y tenía siempre el mismo secretario judicial y el mismo juez. En cambio, este modelo es más impersonal, hay muchos secretarios y muchos jueces en el mismo tribunal.
Es cierto que un comienzo generó una reacción del Colegio de Abogados, pero fue porqué en ese momento fue muy complicado hasta que se empezó a ordenar y en la medida que se fue ordenando, el sistema terminó siendo muy bueno.
¿En la evaluación global la gestión asociada funciona mejor que el modelo de tribunales individuales de antes?
A mi entender funciona mejor.
¿Y cuánto tuvo que ver la reforma del Código Procesal Civil con la oralización reemplazando al juicio por escrito?
Creo que la reforma del Código Procesal Civil hizo mejoras por sí misma. Estas mejoras se habrían producido igual estando el sistema de gestión asociada o no, porque el cambio del procedimiento civil tuvo una modificación muy buena que acortó muchísimo los plazos, que puso la idea de la mediación como uno de los puntos muy importantes dentro del proceso y de hecho ha tenido mucho éxito.
¿Sorprende el alto porcentaje de resolución de casos en mediación que se ven, por ejemplo, en la Justicia del Trabajo? Porque uno podría pensar que después de un despido, el afectado no estaría dispuesto a renunciar a la indemnización que le corresponde, sin embargo, hay un alto porcentaje que prescinde de esta opción a favor de un arreglo. Priorizan un acuerdo.
Yo hace muchos años que hice la página web de mi estudio y si hay algo fundamental que se puede ver ahí, es que resaltó la importancia de recurrir a la mediación o solución del conflicto en forma previa al proceso judicial.
Sorprende, pero parece que la gente se entiende hablando, como reza el viejo dicho.
Si hay un poco de voluntad de solución, la mediación suele ser muy importante. Vos recién te referiste a la mediación del fuero laboral, la OCL (Oficina de Conciliación Laboral) que es la instancia previa a iniciar el proceso, y que realmente el éxito que tuvo fue muy bueno porque se resuelven muchos casos anticipadamente.
Mientras que, en el fuero civil, todo este trámite de una mediación, una conciliación previa ya está legalizado, pero todavía no está en funcionamiento. Hay toda una instrumentación en camino y se hicieron los concursos para los mediadores.
¿Va a ser mediación obligatoria?
Va a ser una instancia previa obligatoria como en la Justicia Laboral y en la Justicia de Familia, donde antes de iniciar un proceso judicial hay que tener la constancia de que fracasó la mediación.
¿Hay algún tema que tenga preocupación o sea prioridad para el Colegio de Abogados?
La cantidad de colegas jóvenes en el ejercicio de la profesión y saber como manejar esto. Evidentemente ha crecido de manera importante la cantidad de abogados jóvenes que hay y tenemos que encontrar la forma de hacer que todos puedan trabajar y seguir adelante sin inconvenientes.
Es qué, ¿cuántas facultades hay volcando abogados al mercado en Mendoza?
Hay cuatro facultades privadas, más la facultad estatal, más las facultades virtuales que ahora se han sumado, y supongo que esto no se debe dar solo en el ámbito del Derecho, debe suceder en otras profesiones y actividades.
Pero en cuanto a la cantidad de profesionales jóvenes tenemos dos ideas muy importantes que queremos llevar a cabo. Por un lado, el trámite con la Caja Forense (caja jubilatoria de los abogados).
¿Cuál es el problema ahí?
Bueno, el tema es que los chicos se reciben y en los primeros seis meses están exentos de hacer aportes jubilatorios, pero después de ese semestre se acaba y esto genera mucha morosidad, muchísimos problemas.
¿Es muy alto el monto que tienen que pagar de aportes a la Caja Forense?
Si, si, son altos, no tengo el número exacto, pero debe ser cerca de $20.000.
Pero no es tanto, es un monotributo, cuesta ganarlo, pero pensé que era más.
Bueno, lo que pasa es que para un chico que recién se recibe si, porque no está lleno de clientes de inmediato. Capaz que que tiene un caso en un mes y después no, es muy difícil lograr una continuidad y por eso el nivel de mora es importante.
¿Y ustedes en qué están pensando para resolverlo?
Yo ya tengo programada una reunión con el presidente de la Caja Forense para que veamos la forma de encontrarle una solución, porque no es que ellos sean malos, sino que la tarea de la Caja Forense ya está legislada y ellos tienen que atenerse a lo que manda la ley 5059 que es la que organiza este tema.
Y esa ley que tiene 50 años es muy exigente en cuanto a su funcionamiento y por eso vamos a buscar algunas modificaciones a esa ley para favorecer a los abogados más jóvenes, para que puedan realizar planes de pago, regularizar la situación, etc. Y lo mismo queremos llevar a cabo para el Colegio de Abogados, en cuanto al pago de los primeros años de las cuotas mensuales.
¿Y la otra?
En el Colegio de Abogados vamos a tratar de organizar un coworking en el mismo edificio del Colegio.
¿Para que no tengan que pagar el alquiler de un estudio?
Claro, que tengan un espacio para trabajar allí o para atender a una persona y creo que sería una acción muy importante para los primeros pasos de los colegas.
¿Cuál es la mayor dificultad de los abogados jóvenes?
Bueno, la cuestión económica influye mucho y tener una cierta regularidad en una profesión como la nuestra es muy difícil porque los gastos son regulares y los ingresos son totalmente irregulares. Por ahí tenés un mes que cobraste y estás tranquilo y después, tres meses que no la pasas bien.
¿Cambió mucho el modo de trabajar y la rutina del abogado de hace una década al de hoy?
Si, muchísimo. Hay días que vengo al estudio a las 8 de la mañana y me voy a las 8 de la tarde.
¿Antes trabajaba menos?
Si, claro, y tenía que llevar a mis hijos a la escuela, después ir a mi casa y volvía a trabajar a las 5 de la tarde y lo podía sobrellevar. Hoy eso es muy difícil porque, además, todos los abogados tratamos de sumar trabajo para sumar ingresos.
¿El nivel de resolución en la Justicia provincial, el nivel de respuesta a la demanda del ciudadano, es mejor que antes o no?
No se si mejor que antes, pero es bueno. En cuanto a la resolución de los procesos, los códigos determinan un plazo de resolución del proceso que no es manejable, entonces cuando se llega a la resolución del mismo y el juez llama a la sentencia, ese plazo en el fuero civil es de 30 días, que se redujo mucho porque antes era de 60 días y siempre son días hábiles. Y los jueces cumplen con esos 30 días. Hay por ahí una serie de reclamos ante la Corte provincial porque dicen que la Corte maneja los plazos.
Claro, qué la Corte no tiene plazos.
Claro, y la verdad es que yo la experiencia que he tenido con la Suprema Corte a lo largo de mi carrera no ha sido así, siempre he tenido un cumplimiento total. Pueden existir algunos plazos que tienen algunas complicaciones, a veces, por determinados motivos políticos, puede ser.
Pero fuera de esto, lo digo con total certeza, los plazos se cumplen y respecto de tu pregunta, en la expectativa de resolver, cuando el expediente llegó al estado de sentencia, es categórico el cumplimiento del plazo.
Los problemas suelen estar en el periodo intermedio, que con el nuevo Código Procesal Civil se ha solucionado muchísimo porque determina plazos ciertos.
O sea, se hace una audiencia inicial y dentro de los 120 días tiene que estar programada una audiencia final y como profesional uno tiene ese tiempo para hacer los peritajes que hay que hacer y lo necesario que exija la demanda, y se cumplen.
Y en el ámbito de la Justicia penal también hubo muchas mejoras, inclusive en el cumplimiento de los plazos, se actualizó mucho con la suspensión de juicio a prueba, de hecho, se ha transformado totalmente.