Marcos Calvente: "Chile invierte mucho más en obra pública que la Argentina"

El intendente electo de Guaymallén cuestiona a Javier Milei y su política de infraestructura.

Marcos Calvente: "Chile invierte mucho más en obra pública que la Argentina"

Con el expertis de haber trabajado en Santiago de Chile en proyectos de infraestructura pública y conocer sus políticas de primera mano, el futuro intendente de Guaymallén y actual secretario de Obras y Servicios Públicos, Marcos Calvente, salió a derribar la posición privatizadora del presidente electo Javier Milei.

Calvente, quien es ingeniero civil, desmintió a Milei a partir de datos, de su conocimiento y de su experiencia propia en Chile. Aseveró, que no es cierto que en Chile no hay obra pública, al contrario, recalcó que los trasandinos hacen mucha más obra pública que Argentina.

También sentenció que no existe ni siquiera en Chile un sistema de infraestructura pública desarrollado solo por la actividad privada como el que promueve Milei y criticó la visión del presidente electo tildándola de no ser racional.

Como la mayor parte de los intendentes del país, Calvente está legítimamente preocupado porque hay obras de infraestructura pública muy importantes que solo se pueden hacer con fondos nacionales o créditos internacionales, ya que están fuera del alcance de los municipios y las provincias.

En un mano a mano con el Post, el futuro intendente de Guaymallén explicó por qué Javier Milei está equivocado y habló de cuál será la hoja de ruta de su gobierno comunal en los próximos cuatro años.

Estás a menos de 10 días de asumir como intendente de Guaymallén. ¿Qué es lo que se viene para el departamento en este primer año de tu mandato, en un contexto general complicado para todos? ¿Cuáles son las prioridades?

Lo que se viene está condicionado por las condiciones socioeconómicas que estamos transitando y por las que vamos a comenzar a transitar a partir del 10 de diciembre, que va a durar un largo tiempo, entre 12 y 18 meses al menos.

Y aunque ese contexto genera una enorme incertidumbre, hay una hoja de ruta definida que tiene que ver con que el departamento siga creciendo y siga desarrollando infraestructura, que vaya resolviendo los problemas históricos que ha tenido.

Esa es la visión o el objetivo que se pretende para la gestión que viene. Por eso siempre dije que la hoja de ruta está y que Guaymallén sigue teniendo la necesidad de esa reconstrucción.

Lo que ha ocurrido en las décadas pasadas no se resuelve de un día para el otro, era imposible realizar una reparación integral de todo lo que estaba mal, así que hay que seguir trabajando en lo que todavía queda por reparar.

Pero insisto en este concepto, eso va a estar tremendamente condicionado a las condiciones macroeconómicas de los meses que vienen e inclusive, de las decisiones que se tomen en el ámbito político.

¿Por esto de que se va a cerrar la obra pública?

Porque ha circulado una definición que ha expresado el futuro gobierno nacional, que tiene que ver con la privatización de la obra pública y la verdad es que ese concepto no goza de racionalidad, así como está planteado, y si hay una versión racional que hayan formulado, yo no la conozco.

Entonces, son las condiciones macroeconómicas y las políticas que se tomen a nivel nacional respecto al desarrollo de las infraestructuras públicas en el país las que nos van a condicionar.

¿No compartís el modelo de obra pública con todo el circuito privatizado que quiere impulsar el presidente electo Javier Milei?

Yo no comparto el título que dice que toda obra pública que sea rentable es deseable. Ese criterio no lo comparto, y tampoco comparto que toda obra pública, independiente de su naturaleza, se traslade al sector privado porque es imposible y no hay ningún modelo en el mundo que funciona así.

Él hace referencia al modelo chileno que yo lo conozco bien, porque soy ingeniero civil y trabajé en una consultora mientras viví unos años en Santiago de Chile, con intervenciones en obras públicas y te puedo asegurar que Chile tiene un modelo de obra pública que no está muy lejos del de Argentina.

En Chile tienen la obra totalmente pública, que es la obra pública tradicional que conocemos aquí, en donde el Estado la hace completa de punta a punta.

Después tienen las concesiones, donde se diseña, se financia y se opera por parte de un privado y que tiene asociada una contraprestación económica, por ejemplo, un peaje en el caso de una ruta, que permite el recupero de esa inversión.

Y el otro modelo que tienen es la inversión totalmente privada, pero solo para algunos tópicos o algunas obras de determinada naturaleza muy particular y que Argentina también los tiene, como, por ejemplo, los activos que son públicos y que tienen que ver con la energía. Argentina también tiene ese modelo de inversión completamente privada.

Bueno, la presa de Potrerillos se construyó con ese modelo a la chilena del que se habla.

Sí, sí, sí, hay muchos casos. Por ejemplo, lo que planteamos nosotros para la presa de El Baqueano, lo que plantea la gestión actual y es el pensamiento de Alfredo Cornejo, es justamente esto, que la inversión sea privada completamente y que, a través de la explotación de la obra, a través de la generación de energía hidroeléctrica el privado recupera la inversión.

Pero ese modelo no se puede aplicar en todas las obras públicas porque hay obras que no son explotables.

Exactamente, depende de la naturaleza de la obra porque hay obras de desarrollo de infraestructura que no tienen una rentabilidad asociada.

No podés cobrar el peaje a cada vecino por conducir líquidos cloacales en una colectora. Lo que sí podés es tercerizar la prestación del servicio, pero no podés desarrollar infraestructura pública de determinada naturaleza solo con fondos privados.

El modelo chileno tiene en cuenta todo esto que estamos conversando y te digo más, Chile invierte mucho más en obra completamente pública que Argentina.

Actualmente, Chile invierte entre el 4% y el 4,5% de su PBI (Producto Bruto Interno) y nosotros, este año creo, hemos llegado al 2% de nuestro PBI en inversión en obra pública.

Entonces, el problema del déficit fiscal no viene por la inversión en obra pública. La pregunta es otra: ¿Por qué funciona la obra pública en países como Chile? Por la seguridad jurídica y por la estabilidad macroeconómica que tiene el país, esa son las claves, y no los modelos de desarrollo de infraestructuras, que son secundarios.

Lo primario es la estabilidad macroeconómica, la seguridad jurídica y la reducción del gasto público, atajando esas variables la obra pública va a funcionar como funciona en cualquier parte del mundo.

¿Y en obra pública con fondos cien por ciento estatales Chile tiene mucha o poca obra pública?

Es lo que te decía, con fondos públicos, sin intermediarios Chile invierte mucho, invierte más de 4 puntos del PBI.

¿Con la billetera propia?

Exactamente, todo con fondos públicos.

Me llama la atención cuando usan mucho el ejemplo de Chile porque las concesiones de rutas con peajes ya se hicieron en la Argentina en la década del 90.

Por supuesto, y hay autopistas actualmente concesionadas pero mira este dato: en la gestión de Mauricio Macri se intentó avanzar en esta línea, de que en las obras viales hubiera inversión privada.

Hubo licitaciones, las denominadas PPP (Participación público privada) donde licitaron siete corredores viales y fracasaron con rotundo éxito, o sea que Macri ya pensó en avanzar en esta línea.

¿Y por qué fracasaron?

Porque no había condiciones macroeconómicas, porque la inflación en ese momento no era buena, la proyección inflacionaria tampoco era buena y no había seguridad jurídica, y son tan fuertes y tan grandes las inversiones que si no hay garantías para el privado te van a quedar desiertas o fracasadas las licitaciones como pasó con estos corredores viales.

Entonces, vos podés tener la intención de darle participación al privado en el ámbito público, pero si no hay condiciones adecuadas no va a haber participación del privado.

¿Y las provincias por sí solas no están en condiciones de asumir toda la obra pública que necesitan?

No, no.

Salvo que cambiaras el reparto de fondos que hace la Nación.

Exactamente, en ese caso vos podés avanzar en pasarle a la provincia la responsabilidad del desarrollo y el mantenimiento de infraestructuras que hoy asume la Nación, pero tenés que pasarles los fondos también, porque no puede la provincia o los municipios tomar nuevas competencias si no hay fondos asociados para el desarrollo de esa infraestructura.

¿Cuánta obra pública con fondos nacionales tiene Guaymallén hoy?

Actualmente, no tenemos nada de manera directa, es decir el municipio no está realizando obra pública con financiamiento nacional, pero si tenemos en el departamento obras públicas que se realizan con fondos que derivan de la Nación, pero que las están ejecutando distintos organismos, como por ejemplo Aysam (Aguas y Saneamiento Mendoza).

Aysam tiene dos obras grandes en Guaymallén, una es la colectora máxima que vincula Colonia Molina con la planta depuradora de Paramillo. Esa es una obra que como está en zona este del departamento tiene poca interacción con el ejido urbano, entonces pasa más desapercibida.

Pero otra de las obras, la colectora máxima de Elpidio González y Estrada, actualmente en ejecución, que está en un grado alto de avance. Es un contrato que maneja Aysam, que se hace con fondos que vienen de ENOHSA (Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento) y están vinculados a un crédito internacional del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), o sea que no es plata del Tesoro nacional sino de un organismo multilateral de crédito.

Esto es importante aclararlo porque la Nación, en los años anteriores, ya arribó a un acuerdo con el BID para la emisión de un crédito en dólares, que tiene una determinada tasa, ese crédito ya está operando, ya se está devolviendo y es plata que sí o sí va a venir en dólares y que tiene un destino específico, que son las obras que debe atender ese crédito.

Es decir, esos dólares ya están linkeados a la obra que se está desarrollando entre Elpidio González y Estrada. Hago esta aclaración porque es una sinrazón darle de baja, o paralizar esa obra, o suspenderla, porque es un crédito que está operativo, que está vigente, que ya hay en desembolsos en dólares con obras en ejecución.

Bueno, es que la Nación no puede tocar ese dinero porque es un crédito internacional del BID

No lo puede tocar para otros menesteres y dar de baja ese contrato en plena vida debe tener también una sanción que probablemente sea más perjudicial que terminar la obra y aparte, son créditos que tienen una tasa financiera, que hoy en las condiciones que tenemos sería imposible acceder a esa tasa, así que sería un despropósito absoluto.

¿Qué es lo que más necesita Guaymallén o lo que está demandando, que no siempre es lo mismo?

Hay una prioridad por una deficiencia que no podemos resolver nosotros y que tiene que ver con las redes de agua y de cloaca. Esa deficiencia para mí es muy importante porque hace a las condiciones de prestación de servicio sanitario dentro del departamento.

Pero aparte, porque me condicionan mucho el estado de circulación de las calles. ¿Qué quiero decir? Más del 60% de las redes de agua y cloacas de Guaymallén están obsoletas, viejas, ya cumplieron su vida útil y se rompen con mucha frecuencia, cuando esto ocurre rompen las calzadas vehiculares tenemos que estar constantemente reparando esas roturas. Esa es una de las urgencias más grandes que hay en términos de infraestructura.

Después, queremos avanzar en otros frentes que son importantes y que tienen que ver con el desarrollo de las infraestructuras que tengan un uso social, por ejemplo, infraestructura para el desarrollo de actividades deportivas.

Hay que seguir dotando de plazas con espacio para el desarrollo de actividades deportivas. Ya hemos construido 18 plazas y hay que continuar en esa sintonía, reconvirtiendo esos espacios que hoy están muy deteriorados, ya sea plazas existentes en algunos casos, o baldíos en otros que los estamos convirtiendo en plazas. Tenemos que seguir en esa sintonía.

Ahora, en este contexto macroeconómico, no sé si estemos en condiciones de avanzar a este ritmo, de estar construyendo unas 9 o 10 plazas por gestión. Hay que tener en cuenta que son ritmos de desarrollo de infraestructuras que nunca se habían dado en el departamento.

El otro frente donde ya tuvimos necesidades gruesas es el drenaje urbano, donde hemos trabajado mucho en estas últimas dos gestiones, y hemos construido 400 kilómetros entre cunetas y canales, algo inédito para el departamento y para cualquier otro departamento de la provincia. Nunca una gestión comunal ha construido tanto.

Y eso nos permitió resolver el problema del drenaje urbano que tenía Guaymallén. Antes de la gestión se inundaban 40 barrios, a las casas de esos 40 barrios se les metía el agua.

Después de semejante inversión y de construir esos 400 kilómetros de drenaje urbano ya no solo que no se inundan esos barrios, sino que el problema del drenaje urbano está virtualmente resuelto en Guaymallén, partiendo del punto de partida que era el 2015, que como te digo se inundaba casi todo el departamento.