La investigadora del Conicet da la fórmula para bajarle la temperatura al Gran Mendoza.
Érica Correa al Post: "Hay que pensar en implementar techos verdes en Mendoza"
El cambio climático que cada vez se hace notar más, promete para Mendoza veranos mucho más tórridos de lo que estamos acostumbrados, situación que se hará puntualmente insoportable en la zona metropolitana.
Pensar como refrescar la ciudad, como bajar su temperatura ambiente, que a veces llega a ser hasta 10 grados más alta que en sus bordes rurales, como lograr que nuestra propia casa sea más fresca empezará a ser una prioridad.
La fórmula no es secreta y está ante nuestros ojos: más verde, el sistema más económico y efectivo para combatir las altas temperaturas, descontaminar y cambiar el aire y proveer mayor oxígeno.
Érica Correa, doctora en Ciencias, experta en hábitat y diseño y energías renovables, ingenieras químicas e investigadora principal del CONICET (Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) en el INAHE (Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía) y profesora de la UNCuyo, explicó cómo lograrlo y también que hacer para reducir en 40 grados la temperatura de nuestros techos en verano.
Mendoza es naturalmente calurosa, y con el cambio climático esa característica se está profundizando. ¿Se puede hacer algo para que sea más fresca y ambientalmente confortable?
Creo que hay que ir sobre el paradigma de lo que se consideran ciudades frescas. Mendoza es naturalmente cálida por su localización geográfica, porque estamos en un bajo, en un valle entre montañas; tenemos escasos recursos hídricos, lo que es una desventaja porque el agua es una fuente de refrescamiento y también de atenuación de las máximas temperaturas.
Además, como nuestros ríos son de deshielo y por su volumen sólo están destinados a satisfacer nuestra demanda de consumo y la de regadío, no nos sobra el agua para vaporizar agua por los espacios de la ciudad para refrescarla.
Por otro lado, tenemos una baja frecuencia de intensidad de viento, lo que nos juega en contra porque el viento refresca, y por otra parte, tenemos gran cantidad radiación solar, lo cual es bueno para nosotros pero también es bravo en nuestros veranos.
Debemos tratar de evitar es que esa radiación solar se acumule en nuestros espacios abiertos, viviendas, evitar que aumente la temperaturas del aire que nos rodea y nos traiga disconfort, porque eso nos lleva a encender el aire acondicionado, que usa más energía, y expulsa aire caliente al espacio abierto, produciendo un efecto cíclico, en el que yo me refresco y la ciudad que me rodea se calienta más por el aire caliente que va afuera.
Entonces, lo primero que tenemos que hacer es desarrollar estrategias para acumular poca radiación solar. Eso se puede hacer de dos maneras. Una, es suministrar más sombra. Nuestra Mendoza está llena de una forestación urbana intensa, que es nuestra responsabilidad mantener y cuidar.
Nuestras posibilidades de confort y de supervivencia al exterior en la actualidad es disponer de una intensa sombra que nos proteja de la radiación solar en los espacios abiertos y que también proteja nuestros techos y las fachadas de nuestras casas.
También podemos trabajar sobre los materiales que usamos en el espacio urbano. Hay materiales, que, tanto por su color como por su composición, tienden a absorber mayor cantidad de radiación solar.
Si el material absorbe más radiación solar, lo guarda durante las horas de sol y una vez que el sol se va, lo libera, y esa liberación de calor, impide que nuestra ciudad se refresque en la noche. Por eso, una de las consecuencias de las olas de calor es que la gente experimenta altas temperaturas en horarios nocturnos.
En cambio, los espacios vegetados o verdes acumulan menos calor y en consecuencia se refrescan más rápido durante la noche permitiéndonos así hacer el ciclo de calentamiento y enfriamiento.
Entonces, las dos grandes estrategias son, trabajar sobre la vegetación, todo lo que es infraestructura verde de la ciudad, mantener bien, la red forestal del arbolado en el frente de las casas o los edificios y además pensar en implementar los techos verdes y paredes verdes.
¿Qué serían los techos verdes?
Los techos verdes son los mismos techos de los edificios que tenemos ahora, nada más que forestados o vegetados. En vez de tener una teja o una membrana en contacto con el sol, se colocan un conjunto de plantas que pueden ser de mediano o bajo porte y dependiendo del cálculo estructural del techo, también podrían poner árboles en la terraza, árboles de pequeño porte, como si hiciéramos un jardín en el techo del edificio.
¿Y en los techos de las casas de barrio se podría aplicar también?
A nivel de vivienda individual se puede, pero es complicado de manejar, porque además del peso, habría que trabajar con plantas de bajo consumo, gestionar el cuidado y el riego. No es la opción más práctica para viviendas particulares.
En ese caso, para las casas de techo plano lo mejor es usar una buena membrana con un aislante atérmico de buena calidad, una pintura asfáltica de color blanca, que se venden como pinturas atérmicas de buena calidad y que bajan la temperatura del techo de 70 a 30 grados.
¿Está diciendo que un techo con pintura atérmica va a tener 40 grados menos que sin esa pintura?
Sí, claro, no lo digo yo, están las investigaciones. Nosotros, en el Instituto de Ambiente, Hábitat y Vivienda, hemos trabajado calificando los materiales junto a la Doctora Noelia Alchapar, hemos hecho un análisis de todo lo que hay en el mercado y hemos tabulado cuál es el comportamiento del material de acuerdo a su color, a su textura, a su composición.
La diferencia entre una teja negra y una teja marrón ronda los 10 o 15 grados, por ejemplo, o sea, dentro de las mismas tecnologías que estamos habituados a trabajar, hay posibilidades más frescas, pero no sólo eso, también hay situaciones en las que se podría elegir mejor.
Aclaremos un punto para que no haya confusión. ¿Los 30 grados de temperatura que se le quitan al techo con una pintura atermica implican la misma reducción de temperatura al interior de la vivienda?
Eso depende de cómo esté aislado el techo. En la mayoría de nuestras construcciones tradicionales el techo no está aislado. Hay muchas construcciones de losa, donde el techo no ha sido aislado con tergopol o con lana de vidrio. Es decir, está la membrana apoyada sobre el techo de losa, en ese caso, el techo va a transmitir al interior de la casa los 30 grados.
Obviamente, va a tener que pasar el espesor de la losa y al cabo de un retardo de 2 o 3 horas estarán esos 30 grados en la superficie.
Ahora, si el techo está aislado en 5 centímetros ya no pasan los 30 grados, sino que pasarán 15 o 20 grados. Mientras mayor sea la aislación, menor será la cantidad de energía que pasa hacia el interior del espacio comunicado con el techo.
Pero hay una cosa más importante que hace esto. No es lo mismo la cantidad de transferencia de energía entre un techo que está a 70 grados y una casa que en el interior está en el verano supone que a 24 grados, que una cuyo techo está a 30 grados y el interior está 24.
En el primer caso tendremos un salto de temperatura de 46 grados, mientras que en el segundo ese salto será solo de 6 grados. ¿Por qué? Porque la cantidad de flujo de calor es proporcional a la diferencia de temperatura. Esto quiere decir que el calor va a fluir más rápido si la diferencia de temperatura es más grande.
Entonces, ya reducir las diferencias de temperatura de la superficies exteriores respecto de la superficies interiores es una gran ganancia para el ahorro energético y el confort, y es solo una decisión porque los costos son prácticamente los mismos.
Claro, estando la pintura atérmica, es más complicado poner verde en los techos.
Pero en un edificio no porque también hay que pensar en compensar las cargas. En una casa tipo viven de cuatro a seis personas. ¿Cuántas personas viven en un edificio? ¿Cuántos coches hay estacionados ahí produciendo dióxido de carbono? ¿Qué necesidad de verde tiene ese edificio? Porque hay una proporción también de verde. Recordemos que el verde no solo se usa para bajar la temperatura.
El espacio vegetado también produce el oxígeno que se respira, tiene un impacto paisajístico que afecta la estabilidad emocional y la mejora, tiene consecuencias sobre el valor inmobiliario de las propiedades, entonces, el impacto de un espacio verde es muy grande tanto en temperatura como ambientalmente.
¿Pero cuál sería el impacto si pusieras jardines o cubrieras de verde la mayoría de los techos del centro de Mendoza? ¿Sería igual que el arbolado por ejemplo?
No, porque el impacto del arbolado es superlativo, pero creo que tendría el 40% del impacto en términos térmicos del arbolado, a ojo de buen cubero
¡Es muchísimo! Medio arbolado más se estaría agregando de esta forma, que hoy no hay lugar donde poner.
Exacto, porque veamos esto.¿Cuál es la diferencia entre un techo y el arbolado? El arbolado tiene un impacto que va hacia el canal vial, o sea, está protegiendo directamente la gente que camina por debajo de la copa de los árboles, la fachada de los edificios que están.
Los jardines en los techos, en cambio, esto estaría protegiendo a las personas que están por arriba de la copa de los árboles, entonces vos estarías como haciendo un un segundo estrato de verde.
Además, esos espacios verdes en las terrazas, al estar irrigados generan focos fríos que son buenos para generar brisas locales, colaborar en la reducción de la contaminación del aire porque generan focos fríos donde fluye el calor.
Recordemos que el viento siempre va desde la mayor presión hasta la menor presión por lo que donde se concentra más aire frío, hay aire que puede fluir hacia las zonas más calientes, entonces, internamente esos focos fríos generados por el verde te sirven para mover el aire dentro de la ciudad.
¿El hecho de refrescar las casas con determinadas estrategias en verano no las hace más frías en invierno?
Creo que con las estrategias que nosotros proponemos no, porque en realidad hay que pensar que los muros sirven para entrar y sacar calor. Los muros, en los países de avanzada en general, están aislados, porque la ganancia solar, que es la que quisieras en el invierno para calefaccionar la tenés que manejar a través de las ventanas, no a través de los muros y de los techos, porque el muro que gana radiación en día, la pierde por igual en la noche.
Mendoza está pasando por situaciones de disconfort más asociadas al calor que al frío, y estos nuevos pronósticos asociados a las consecuencias del cambio climático, a los extremos que el cambio climático está haciendo más frecuentes, nos tiran un pronóstico de que más que tener acá en el área metropolitana, vamos a tener muchos más problemas con el calor que con el frío.
Yo empecé con estos estudios en el 2004 y ya en 2012 teníamos el 83% de los espacios de Mendoza en disconfort por calor.
¿Los techos de chapa se usan mucho en muchísimo en casas de material e industrializadas? ¿En estos también se utiliza pintura atermica?
Sí, pero, de todos modos, en estos casos es muy importante que haya una buena aislación térmica debajo de la chapa de zinc.
La chapa es buena, tiene mucha durabilidad y garantiza un buen comportamiento frente al agua, pero es un conductor solar, porque es metal, lleva calor el calor, el calor pasa por las membranas anticondensante, que por más que haya madera que es semi aislante, al final ese calor calienta el aire que está en contacto con el techo y bueno se va acumulando en el espacio, calentando radiativamente y convectivamente.
¿Todo pasa por el techo?
Aislar el techo es la regla para cualquier persona que quiera tener una casa fresca porque el techo es la superficie más expuesta a la radiación solar. Hay que aislar de 7 centímetros para arriba, de 7 a 10 centímetros es una buena performance.
Puede ser de tergopol el aislante que es lo más barato. También se puede trabajar con espuma de poliuretano o lana de vidrio, pero la lana de vidrio tiene el problema que si se moja pierde su propiedad aislante, y el poliuretano tiene un poder aislante muy superior pero un costo mucho mayor también, por eso hay una cantidad importante de opciones.
Ha hablado de los materiales que usamos que nos generan mucho calor extra. ¿Cuáles son?
El asfalto por ejemplo que es un derivado del petróleo, un material oscuro que absorbe aproximadamente el 95% de la radiación solar es decir que el 95% de la radiación solar que recibe la guarda y hace que su temperatura superficial suba mucho. De hecho, no se puede estar descalzo sobre el asfalto porque uno se quema los pies.
Esa temperatura no es solo que es temperatura, sino que irradia calor, irradia calor térmico y esa cantidad de calor, que el suelo irradia, provoca disconfort, estresa, enferma, si se sufre algún tipo de morbilidad puede llegar a producir shock térmico, es decir genera un impacto negativo.
Todo esto hace que la gente se traslade a los centros comerciales, que son lugares más confortables y frescos y que deje de frecuentar la ciudad que es un lugar de encuentro.
Un modo de atenuar estos efectos es utilizar una herramienta muy poderosa que tenemos en Mendoza: las plazas, sobre las que hay que reforzar y proteger sus espacios verdes. los beneficios de la plaza en términos microclimáticos a su entorno está asociada a la cantidad de verde que tiene y esas son oportunidades de generar espacios focos fríos donde frente a estas olas de calor. La gente pueda ir a refrescarse en las noches pueda desarrollar actividades en entornos que no están tan calientes como la vereda o como el interior de su casa.