El economista mendocino dice que hay riesgo de hiperinflación, pero menor que hace 6 meses.
Gustavo Reyes: "La tasa de inflación es una bomba de tiempo"
El 2022 cerró con una inflación anual del 94%. Medio país se debe estar preguntando si esto ya había pasado alguna vez y es comprensible porque efectivamente pasó, pero hace 31 años.
En 1991 rondó el 90% y con gran alegría para todos porque la inflación no venía subiendo, sino que venía bajando. El año anterior, en 1990, había sido del 1.343%. Si, sí, mil trescientos cuarenta y tres por ciento.
¿Qué pasará ahora en 2023? Para eso hablamos con el economista jefe del Ieral y de la Fundación Mediterránea , Gustavo Reyes, que como todos los +50 fue testigo de la odisea nacional con la inflación desde la última dictadura militar hasta hoy.
Inflación, hiper, dólar, crecimiento, ¿salimos o no salimos? Después de este 94% de inflación anual nunca más oportuno un "va de retro" para los que tenemos más de 50 años.
Si, por supuesto. Si uno ve un gráfico trazado desde la última vez que tuvimos esta inflación hasta hoy encontraremos una letra U perfecta entre diciembre de 1991 y diciembre de 2022. En el ‘91 estábamos entre el 91 o 93% de inflación, que ya venía bajando fuerte en ese momento por la convertibilidad y ahora estamos de nuevo ahí.
Esta es una inflación enormemente alta y el problema de eso es que ya sabemos que se trata de inflaciones muy inestables. Como ya he dicho otras veces, es como hacer un asado con dos garrafas de gas al lado del fuego.
Es una inflación del 5 o el 6% mensual, que puede llegar a 7%, niveles que con cualquier chispazo puede traer enormes problemas. Para que se dé una idea, la hiperinflación de 1989, que en julio de ese año alcanzó el 198% mensual había sido seis meses antes, en diciembre del '88, del 6% mensual.
No estoy diciendo que ahora nos vayamos a ir a una hiperinflación, sino reflejando cuán riesgoso es estar en los actuales índices de inflación. Hoy estamos mejor que en julio del año pasado, por ejemplo, momento en que podría perfectamente haberse disparado una hiperinflación. Ese mes estábamos cayendo al vacío, ahora estamos agarrados de la cornisa. Es una situación muy difícil e inestable.
¿Cómo está trabajando la gestión del ministro de Economía, Sergio Massa?
Masa está haciendo algunas cosas. Es verdad que hoy las cuentas fiscales están mejorando un poquito respecto de la mitad del año pasado. ¿Pero, cómo ha sido ese ajuste? Los gastos del Estado siguen aumentando, pero a un ritmo menor que la inflación. Entonces, si la inflación baja fuertemente, el gobierno ya no puede hacer eso. El mismo ajuste fiscal que están haciendo necesita de una inflación alta porque sino tendrían que aplicar uno mucho más duro.
Es una situación bastante complicada, con un mundo que lo está más, con los países vecinos con problemas como Chile, Brasil y otros que van a entrar en recesión este año, mientras nuestro país tiene enormes incertidumbres y sigue con esta tasa de inflación que es una bomba de tiempo.
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Pero la inflación se desaceleró, aflojó del casi el 7% y salió del 6%. ¿Eso no cuenta?
Hay dos cosas que mantienen esa estabilidad de los últimos meses a la que se refiere y que nos permite estar agarrados a la cornisa: la primera, es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que es muy laxo, se hacen los tontos...
El gobierno de Mauricio Macri y el de Alberto Fernández han tenido el FMI más bueno de los últimos 50 años.
Si, pero ojo, porque a Macri le dieron mucha plata, en cambio a Fernández no le han dado casi nada. El año pasado le dieron un poco pero este año hay que devolverle un poquito. Pero las condiciones han sido y son muy laxas y eso ayuda.
Y lo segundo que ayuda y nos mantiene donde estamos, es que como hoy en la Argentina, la tierra, las empresas, los bonos, en fin, todo está baratísimo valuado en dólares, ante la expectativa de que a fin de este año cambie un poco la situación económica, esto puede ayudar.
De hecho, ya lo está haciendo y se ve como la bolsa y los bonos han recuperado mucho en el último mes y medio, pero ocurrió esto porque estamos muy baratos. Como están baratas las empresas, están baratos los salarios ¿Y por qué estamos muy baratos? ¡Porque somos muy riesgosos! Es un círculo vicioso.
¿Los inversores ponen dinero como si se tratara de una apuesta, sabiendo que hay grandes chances de perder, pero que si ganan van a ganar mucho más?
Claro, porque con muy poco dinero se puede comprar bastante y la parte buena de eso es que le ayuda al país, pero es muy difícil que este año la economía pueda crecer. Las cuentas a nosotros nos dan una pequeña contracción (caída del crecimiento de la economía) y con una inflación de entre el 5 y el 7% mensual para el 2023, muy parecida a la del año pasado, que no terminó explotando pero que va a seguir, como dí el ejemplo, con las dos garrafas cerca del fuego.
Todo esto nos ocurre además en un contexto mundial muy complicado y un contexto político nacional muy complicado, lo que nos genera una situación económica que hará que sea un año muy, muy difícil de seguirlo.
¿Si en 2023 el gobierno logra una inflación mensual promedio del 5% mensual, no sería mejor que una del 7% mensual?
Yo diría que si el piso es 5% mensual hay que pensar que vamos a tener algún techo superior a cinco por lo que que para 2023 la inflación va a estar entre el 75% y el 100%.
Ahora, usted me plantea que si sería mejor terminar 2023 entre el 75 y el 80% en vez del 94% del 2022 y le respondo: ¿cuál es la diferencia de marearse de una altura de 20 pisos a una de 18? Se está un poquito más abajo pero no notará la diferencia.
Hoy pasa lo mismo con la prima del riesgo país, que ha bajado bastante en las últimas semanas por la suba de los bonos, pero cuidado, bajó pero sigue por encima de los 2.000 puntos básicos, cuando ya por arriba de 1.000 puntos básico no le presta plata nadie en el mundo. Esto es lo mismo, la verdad es que la economía no va a funcionar mejor.
Ahora, si una posible reducción de la inflación fuera producto de que la están bajando gradualmente porque hay un plan detrás, entonces sería otra cosa porque hay una estrategia detrás de las medidas y las podríamos proyectar.
Pero la verdad es que no es así, el gran ajuste que están haciendo es gracias a la inflación alta que tenemos, entonces si desaparece la inflación alta el gobierno se queda sin ajuste.
Otras de las cosas que el gobierno nacional está haciendo, y que es muy peligrosa, es que están devaluando poco y nada respecto del ritmo de inflación. Lo hicieron en 2021, cuando con una inflación del 3% mensual el gobierno devaluó a un ritmo del 1% mensual, todo porque había elecciones.
El año pasado aceleraron el ritmo de devaluación hasta llegar a una tasa del 6% para alcanzar a la inflación, pero no lograron alcanzarla y hoy volvieron a devaluar poco y nada, bastante por debajo de la inflación, en una economía que no tiene dólares y que sufre una sequía en el campo muy difícil, que según nuestro cálculo reducirá el ingreso de divisas entre unos 8 mil millones y 12 mil millones de dólares menos.
En una economía a la que nadie le presta un dólar, esta cifra que se perderá por la sequía del campo es un montón de dinero y si ante esto que ya sabemos que viene, encima el Gobierno da la señal de que el precio del dólar se va a atrasar más de lo que ya está atrasado, imagínese.
Ver: Empresas podrían frenar la producción por falta de insumos importados
Esto quiere decir que va haber más control de cambios, más restricción a las importaciones y así es muy difícil que crezca porque va a estar muy trabada por lo que todo indica que va a hacer un año con muy bajito crecimiento o sin crecimiento, puede llegar a ser de 1 punto negativo, y con un nivel de inflación que, aún estabilizada en estos números, sigue siendo enorme.
¿Económicamente se podría aplicar algún plan manejable que permita por ejemplo bajar la inflación a un 3% mensual?
Este año no, porque no están los elementos necesarios para que suceda. Para estabilizar con un programa o un plan se necesitan tres condiciones: la primera es que el gobierno tenga la convicción para llevarla a cabo; la segunda, es que el gobierno tenga gente idónea para hacerlo; y la tercera es que la gente crea en el plan.
Y la verdad es que hoy el gobierno no está muy convencido de eso, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein está completamente solo y no hay credibilidad de parte de la ciudadanía. Mucho menos cuando no falta ni un año para ir a elecciones.
¿Y entonces? ¿No pueden hacer nada?
La mejor contribución que puede hacer desde el gobierno nacional es tratar de que esto no explote, poner esas garrafas lo más lejos posible del fuego y nada más. Todos esos que ahora dicen que el gobierno tendría que comenzar a hacer un plan de ajuste, seamos realistas, no puede hacerlo a esta altura.
En cambio, con un gobierno con más credibilidad y más poder político, claro que se puede hacer. Y en términos del ajuste es bueno hacer una aclaración importante porque hay una gran confusión.
El ajuste se mide por cuanto produce la economía y cuanto gasto tiene. Cuando el gasto supera lo que produce y bueno, hay que bajar el gasto, es así de simple. Esto, hoy en la economía es casi cero. Es muy chiquitito. Lo que la economía produce y lo que gasta, en esa cuenta macro, está equilibrado.
¡Pero, cuando abrimos esa cuenta nos encontramos con otra cosa! Vemos la del sector público y la del privado, y descubrimos que el sector público tiene un desequilibrio enorme y el privado no, por lo que el Estado, que pierde plata, se financia con la que aporta la ganancia del sector privado.
¿Cómo consigue superávit el sector privado?
¡Lo consigue porque no gasta, está muerto de miedo! ¿Qué hace una persona cuando tiene miedo? Gasta poco, trata de ahorrar, y en qué, en dólares si es posible, pero gasta muy poco. El empresario se comporta igual, y además, también invierte muy poco. Entonces, el ajuste ya lo está haciendo el sector privado y de una forma muy fuerte, porque no son solo las empresas, son todos, los trabajadores, los jubilados, todo el mundo, tanto en consumo privado como en inversión privada.
¿Hay cifras precisas de cuanto es el déficit de uno y el superávit del otro?
Si, claro, el sector público-estatal tiene un déficit de 6 puntos del Producto Bruto Interno nacional. Para tener una idea, la economía de Mendoza representa poco más de 3 puntos del PBI por lo que el déficit del Estado Nacional es igual a casi dos PBI de Mendoza.
Mientras que el sector privado tiene un superávit de casi la misma magnitud, es decir de casi 6 puntos. Entonces, la economía entera no necesita un ajuste sino al contrario, lo que la economía necesita es que el sector privado gaste más y para eso hay que bajar el miedo y el que tiene que gastar menos es el sector público.
¿No hay plan que valga entonces?
Si hay. Cuando uno ve esto con un plan de estabilización bien hecho se logra el objetivo. En nuestro país se logró dos veces, que fueron los dos únicos planes que duraron algo de tiempo. Fueron el Plan Austral (en el gobierno del ex presidente Raúl Alfonsín) y el Plan de Convertibilidad (en el gobierno del ex presidente Carlos Ménem).
En el Plan Austral, después que se instrumentó, subió el gasto privado y por eso Alfonsín ganó las elecciones. Y lo mismo ocurrió en la Convertibilidad y luego Menem ganó las elecciones. Y en ambos planes el déficit fiscal bajó. Es decir, no hubo ajuste de toda la economía.
Pero el Plan de Convertibilidad se lanzó luego de que el gobierno lanzara el Plan Bonex, se quedaran con los ahorros de la ciudadanía a la que se le pagó con un bono a 10 años y de ese modo eliminaron el exceso de dinero circulante. ¿Para estabilizar ahora la economía, sería condición hacer antes un Bonex?
¡No, no! Hay otras herramientas. Es verdad que se aplicó el Bonex, que es cierto que limpió todo y mató a todo el mundo, pero después acumuló rápidamente inflación lo que los obligó a ir a la convertibilidad para evitar una hiperinflación.
Ahora, tenemos un lío con las Leliq (Letras de Liquidez), pero con un buen plan se podrían ir canjeando no compulsivamente como se hace ahora sino de forma voluntaria e ir alargando los plazos y si hay un buen plan, automáticamente baja la tasa de interés porque genera confianza y todos esperan menos inflación.
Entonces, con las Leliq, que tienen mucho que ver con la tasa de interés, se puede resolver. No es que no tenga salida y estemos condenados a un plan Bonex otra vez.
¿Este dólar a $350 o $360 no ayuda a traer inversiones?
Si, por eso decía yo que la Argentina está muy barata, valuada a ese dólar.
Parece que tampoco se estaría aprovechando eso.
Bueno, si hubiese confianza en la economía la gente se metería en más cosas, habría más interés externo porque están baratas las cosas a ese dólar, pero todo es porque somos de alto riesgo.
Es como el que le ofrece pagarte una altísima tasa de interés si usted le prestás un tiempo su dinero y la conclusión normal es, que si paga una tasa altísima vaya a saber si devuelve la plata. Con la ventaja del dólar alto nos pasa lo mismo.
De todas formas, pensar que la solución es solo un dólar alto es una solución muy miope porque detrás de esto siempre hay salarios bajos. ¿Cuál es la historia de la economía? La economía crece con inversiones, y eso se traduce en salarios más altos. Cuando se quiere crecer con sueldos bajos eso dura muy poquito porque en cuanto se empieza a crecer empiezan a subir los salarios y ya está, se deja de crecer, que es lo que le viene pasando a la Argentina en los últimos 40 años.
En cuanto al dólar, el precio que tenemos sigue siendo el de un dólar de miedo, pero de menos miedo hoy del que tuvimos en julio cuando llegó a $350, porque si a esa cifra se le sumara la inflación de julio para acá, tendríamos que tener un dólar de $450.
¿Cuánto? ¿Ya está atrasado en 100 pesos el blue?
No, no, lo que estoy diciendo es que el de hoy está 100 pesos más barato comparado con el de julio.
¿Estaba muy caro en julio?
Y claro, es que fíjese en esto. ¿Qué es el dólar blue? Es el ticket de entrada al Arca de Noé. Usted tiene pánico y paga cualquier cosa para entrar al Arca y salvarse. Y en julio del año pasado lo que hubo fue pánico, entonces era carísimo el dólar de julio, más caro que el dólar del 2002. ¿Hoy está más caro en términos históricos? Claro que si, pero comparado al de julio está más barato porque hay menos miedo.
Igual no se espera que el dólar baje de los precios que ya ha alcanzado
Le cambio la pregunta: ¿Usted esperaría que en 2023 baje el precio de la leche, el precio del pan, el de las gaseosas? Por supuesto que no, y por el contrario van a subir. El dólar hace el mismo camino, pero se mueve por espasmos. Pega un salto, después se estabiliza, baja un poquito y se recupera y da otro salto y todo esto es porque se mueve por el pánico. Por lo que el dólar va a subir.
Ahora, si la situación económica se agrava por alguna incertidumbre política en un año electoral, el dólar va a subir más que la inflación. Si en cambio, se mantiene en los niveles actuales, el dólar debería seguir a la inflación. Y si la economía mejorara y encontrara mayor estabilidad, no esperaríamos que el dólar baje pero si que aumente menos que los precios.
A veces da la impresión que falta profesionalismo en el manejo de la política económica. Cuénteme errores groseros de los últimos tiempos.
Bueno, ha habido errores groseros, pero también restricciones políticas muy fuertes, sobre todo sobre el Banco Central.
Ahora bien, un error muy grosero en el gobierno de Mauricio Macri fue aceptarle al Fondo Monetario Internacional la flotación del tipo de cambio, cuando tenía suficientes reservas para defender un cambio fijo. Una locura, un salto al vacío fue eso.
El último año de Macri se manejó todo muy muy mal, y antes de eso también porque tardó dos años en hacer el ajuste, lo empezó a hacer cuando ya estaba todo mal.
¿Y del actual gobierno?
También, errores muy groseros. Tardaron más de dos años en arreglar el tema de la deuda. Lo arreglaron, canjearon y ahora tienen más problemas que antes de hacerlo porque se llegó tarde y en peores condiciones que cuando había que concretarlo.
Y el cepo al dólar otra locura. Mire lo que pasa en el mundo, nadie tiene estas cosas raras, muy raras. Son políticas y decisiones que se dejaron de usar en la década del 80, porque quedó demostrado que andaban muy mal y Argentina insiste de nuevo con lo mismo que todo el mundo sabe que no puede funcionar.
Entonces, hemos cometido errores groseros en política económica y no hemos aprovechado los momentos favorables que nos ofrece el mundo cuando tenemos viento a favor, cómo, por ejemplo, el año 2022, que producto de la guerra de Ucrania, se nos presentó altamente ventajoso, pero se nos pasó el tren.