La crisis hídrica de Mendoza y el Plan Maestro para alivianar el consumo.
Marinelli: "Si no hacemos algo no alcanzará Potrerillos para darnos agua a todos"
Con una Mendoza inmersa en una crónica crisis hídrica, la mira está puesta, por parte de las autoridades, en la optimización del uso del recurso de la provincia. El panorama no es el mejor. Especialistas y funcionarios remarcan que así no puede sostenerse la actividad productiva y social por muchos años más y todos coinciden: hay que actuar. En ese orden, el superintendente del Departamento General de Irrigación, Sergio Marinelli, quien hace poco más de 8 meses comenzó su histórico segundo mandato, habló sobre las acciones que se piensan tomar y dio un panorama general del problema mendocino.
Durante los últimos días de 2022, el Consejo Asesor del Agua para el Consumo Humano mantuvo reuniones en la sede de calle Barcala de Ciudad con intendentes y funcionarios. El Plan Maestro del Agua con asistencia de la israelita Merokot es un hecho y el planeamiento de una Mendoza del futuro también. Ahora bien, ejecución, educación y convencimiento por parte de la población es a lo que apuntan las autoridades que entienden la gravedad del momento.
En esa reunión establecieron temas comunes sobre la demanda de agua potable en Mendoza, en general pero también específicamente en la Cuenta del Río Mendoza. En marzo próximo habrá información detallada al respecto de cada operador de la provincia, lo que servirá para tener un diagnóstico más claro.
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Con un fin de año movido y un 2023 que augura mucho trabajo, Marinelli dialogó con el Post y explicó detalladamente y dio importancia a la confirmación de su segundo mandato (por primera vez en la historia de Irrigación).
Cómo fue el 2022, un año complicado con una marcada crisis hídrica, pero con una reelección que te pone en la cabeza para trabajar de cara a los cambios en la demanda de agua
El tema de ser reelecto por primera en la historia está bueno como un tema personal, un poco de reconocimiento por la primera gestión, pero más que eso lo tomo como un desafío para las cosas que hay que hacer en Mendoza que son cosas muy estructurales, que no son para nada fáciles ni tampoco de una sola persona ni de una sola institución. Hay que empezar a pensar en la demanda y en cómo organizarla de otra manera, es un desafío difícil pero interesante.
Cada vez hay menos agua y esto se alinea con algo que Mendoza nunca tuvo, que es un plan a largo plazo que tiene que ver con la participación de todos los actores de la Cuenca. Para el 2030, 2040 y 2050 tenemos que pensar en qué Mendoza queremos productivamente, socialmente, ambientalmente, con todo lo que hay que tener en cuenta. El otro eje es el Código de Aguas, que es un ordenamiento legal que contemple temas ambientales, el ciclo del agua que no está contemplado en nuestra ley y eso debe también acompañar la idea de la Mendoza del futuro. En eso hay que trabajar en los próximos dos años y medio.
¿Cuál es el plan y qué hace falta?
El plan es una cuestión técnica y el desafío es la visión de la Mendoza futura, es fundamental hacer un diagnóstico sobre cómo estamos usando el agua bajo todo punto de vista, público, en el uso poblacional, en el uso productivo (industrial o agrícola); con eso se sabrá cómo encarar las acciones a futuro.
Las acciones y las obras con las cuales vamos a acercarnos de una demanda cada vez mayor con una oferta cada vez menor, eso vamos a trabajarlo con la Nación para tener apoyo de FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) con recursos humanos y capacitaciones para bajar ese plano a la realidad. El trabajo de convencimiento y de aceptación de esas políticas es una construcción que tenemos que hacer entre todos, que me va a tocar a mí en particular pero también al Gobierno y a los actores de la sociedad, discutir estos temas y llegar a un acuerdo.
En los últimos días de 2022 hablaste sobre el consumo excesivo de agua de la población
El consumo excesivo por riego tiene que ver con la cultura del agua, con educación, pero fundamentalmente con medición y con tarifa que castigue el exceso de consumo. Esas tres veces de agua que hace falta, que estamos consumiendo acá... para que la gente se de cuenta, en 2050, si no hacemos algo, no va a alcanzar un Potrerillos lleno para darnos agua a todos.
Hay tres grandes operadores en el Área Metropolitana de Mendoza, Aysam, Luján y Maipú, que manejan agua y cloacas. Entre el 35 y el 50 por ciento del consumo es pérdida, o sea que eso es inversión pública en renovación de instalaciones, reparación de cañerías rotas, acueductos, colectoras. Eso es un plan de inversión que tiene que generarse constantemente de acá en adelante.
Hay que hacer inversión pública, medición y una tarifa de castigo que pene el consumo excesivo. Hicimos un acuerdo con Aysam y ahora lo haremos con Luján y también con Maipú, haremos un cobro por agua razonable y el resto será un coeficiente que castigará el excedente. Esto pondrá responsabilidades donde hay que ponerlas.
En la reunión llevada adelante el pasado 22 de diciemre, Marinelli aportó datos concretos a partir del pronóstico de escurrimiento, en particular que al consumo humano se destinará para la temporada 22/23 un 37% del volumen total pronosticado para el río Mendoza en 800 hm3. Asimismo, también hubo espacio para referirse al proceso de codificar el Régimen Jurídico del Agua que está llevando adelante Irrigación.
En medio de la situación crítica, las precipitaciones dieron mejores números que años anteriores, pero todavía lejos de la media histórica.
Para darse una idea, Potrerillos no pasaría del 80% cuando otros años logró llenarse por completo. Los ríos empezaron a tener un buen caudal en diciembre, cercano a la media pero ahora están en un 30%. Estamos evaluando cómo vamos con los pronósticos y estamos en un 60% de la media histórica, por eso hay que lograr una eficiencia para poder seguir sosteniendo la actividad social, económica e industrial a futuro.
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