El empresario supermercadista habló con Mendoza Post de la problemática inflacionaria desde la trinchera de los precios.
Rubén David: "Hay inflación porque hay más plata y menos oferta"
Para Rubén David, uno de los dueños del supermercado Oscar David, uno de los mayoristas más importantes de la provincia, en la Argentina hemos perdido el sentido común a la hora de afrontar problemas.
El empresario asegura que tenemos que retomar los conceptos básicos de la economía y el mercado para resolver el problema de la inflación y que hace falta una mesa con todos los sectores y los partidos políticos para lograrlo.
En un mano a mano con Mendoza Post hablamos de los precios cuidados, de los faltantes de productos en estos programas, de la dinámica de la remarcación de precios,de porqué todo aumenta tan rápido y cual podría ser la solución, de la matriz productiva y el cuidado del agua.
Para Rubén David, la inflación mata al empresario chico, reduce la competencia, disminuye la oferta de productos, combo que genera un círculo vicioso de nuevos aumento de precios.
¿Cómo se vive la crisis desde el manejo de un supermercado con este cambio permanente que hay en los precios?
Se nos hace difícil porque tenemos que cuidar la empresa, tenemos muchas familias que dependen de nosotros, y por lo tanto tenemos que ver qué decisiones tomamos y no equivocarnos. ¡No nos podemos equivocar! Estamos permanentemente hablando con las empresas proveedoras, con los clientes, y lamentablemente las decisiones se están tomando a mil kilómetros de aquí (en Buenos Aires) por lo que al final, cuando se decide algo, nos llega tarde. Nos pasa con el congelamiento de precios, que no sabemos cómo van las negociaciones y es un problema porque puede pasar que uno compra y después congelan y uno se queda con una mercadería cara, o al revés no se compra y se congela y uno se queda afuera, sin haber adquirido esa mercadería. Estamos viviendo un momento muy complicado
¿Cómo es la dinámica si sabe que se va a congelar el precio de tal o cual producto?
Si supiéramos que los precios de determinados productos se van a congelar, no deberíamos comprarlos con aumento, pero la historia nos dice que los congelamientos no se han cumplido en el periodo completo, sino que siempre han sufrido algún cambio en el medio.
Pero, además, el mayor problema no es ese sino tener la mercadería. Uno puede congelar el precio, pero no hay mercadería porque no hay producción ni hay empresas nuevas que produzcan. Supongamos que uno dice: "Dejo de comprar a esta empresa porque me aumentó el precio más de lo que estableció el gobierno o más de lo que yo considero", y resulta que me doy vuelta para buscar otra empresa, otro proveedor y no hay ningún otro.
No hay proveedores que estén reemplazando a otro proveedor. Hoy no hay nuevas compañías y las compañías que están, están fabricando o elaborando lo justo, no se arriesgan.
En este problema nadie tiene en cuenta la ley básica de la economía que es la oferta y demanda. Cuando hay dinero en la calle se necesitan productos para satisfacer esa demanda y la oferta de productos no es grande.
¿Cuándo el gobierno anuncia que se congela el precio de tal o cual producto, el proveedor suyo le vende a Usted a un precio congelado que le permita mantener su ganancia?
Si, pero no me vende la cantidad que uno necesita. ¿Qué hace el proveedor? Mixea el camión. Un ejemplo. Trae un camión con aceite. Me trae la mitad del camión con aceite de Precios Justos, Precio Máximo o como se llame, y la otra mitad, que se la tengo que comprar, va con otra marca de aceite, con precio libre. Entonces, la mercadería de precio congelado nunca alcanza y lo que termina pasando es que los primeros clientes que encuentran ese aceite compran con el precio económico, pero cuando se acaba, el resto va a terminar comprando el aceite de precio libre que queda, con 50 o 60% más de aumento.
Y la gente te dice "¿Cómo me va a cobrar el aceite a 300 si el precio era 200? Bueno, es que el problema es que con 200 no alcanza, porque la empresa para recuperar la pérdida que le genera el producto que congela, la compensa con otro producto. Entonces el proveedor viene y me dice: "Yo te vendo dos aceites de precio congelados, pero si con ese envío van dos aceites del caro".
Claro, el proveedor no pone plata del bolsillo.
Es que no la puede poner porque se funde.
¿Por más grande que sea? Porque en la percepción del ciudadano de a pie, y en la mía también, no se explica que determinadas empresas corran riesgo de fundirse si son millonarias.
Si fuera cierto que todos los empresarios ganaran tantos pero tantos millones como se cree, estarían todos los empresarios del mundo viniéndose a la Argentina. ¿Por qué no hay más empresas en la Argentina si ganamos mucha plata?
Mire, si en alguna actividad puntual u oficio se gana fortuna, todo el mundo estaría estudiando para esa actividad o tratar de hacer el oficio. Y sin embargo. ¿Por qué en vez de haber cada vez más empresas hay menos? Esto es lo que pasa. Por supuesto que hay empresas que ganan. Y ojo, porque aquí cuando una empresa gana plata el gobierno también gana, porque se queda con el 35% del impuesto a las ganancias, más otros impuestos, al final se queda con el 40% de lo que una empresa gana. Entonces. ¿Por qué no hay más empresas si todos ganan tanto? La realidad es que cada vez hay menos empresas.
Yo, cuando voy a dar alguna charla a una escuela, les digo a los chicos que tiene que haber más empresas, que en la Argentina necesitamos más empresas y más empresarios, pero con esta situación que vivimos desde hace muchos años nadie quiere.
¿Pero cómo le explica esto a una persona trabajadora, que vive y sobrevive con un salario, y que da por descontado que los empresarios tienen muchísimo dinero y no arriesgan?
Olvidate. El 80% cree que somos multimillonarios. Lo que no sabe quien lo ve así, es que si uno no tiene empresas sanas no se puede salir adelante. Ningún país del mundo ha crecido o ha salido de sus crisis con empresas fundidas. Todos las han superado con empresas sanas, con gobiernos buscando donde exportar, haciendo acuerdos comerciales.
El problema central aquí es que esta crisis la padecemos hace 50 años, no es de ahora. Siempre me hace acordar al drama del cruce a Chile. Hace 50 años que cruzamos a Chile y todos los años el mismo problema de esperas interminables. Y uno piensa. ¿No ha habido nadie que ponga lo que hay que poner y arregle esto? ¡Llevamos 50 años con el mismo problema! Cuando no es del lado chileno es del lado argentino, cuando no es la nieve es choque, el tema es que hace 50 años que cada vez que se va a Chile hay 7 u 8 horas de cola y mientras tanto, el mundo ya solucionó este tipo de problemas.
Con la inflación nos pasa lo mismo, llevamos la misma cantidad de años con el mismo problema. ¡Lo mismo! Y no lo podemos solucionar. Y el mundo también lo solucionó hace 60 o 70 años. Es cierto que ahora hay un poco de inflación en Estados Unidos, en Europa y otros países por el tema de la pandemia, pero fuera de esto, era un tema resuelto hacía mucho tiempo.
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¿La desaparición de empresas tiene que ver con la pandemia o ya venía de antes?
Algunas si y otras no. Yo, por ejemplo, tenía un proveedor que tenía una empresita que me hacía las bolsas ecológicas. El mismo dueño las hacía a mano, pero decidió comprar una máquina para producir más bolsas, se metió en un crédito, compró la máquina y ahora resulta que no tiene el hilo especial que necesita la máquina porque la máquina es importada y el distribuidor que le tiene que vender el hilo no puede importarlo. Entonces se ha quedado con la deuda, con la gente que tomó y con la máquina sin funcionar.
Hace poco este empresario me contó: "Yo estaba bien como venía, estaba sólido, quise dar un pasito más comprando la máquina y me terminé fundiendo por querer hacer un poquito más". Si esta persona seguía como estaba, haciendo bolsas a mano, si no contrataba más gente, si no se endeudaba, no hubiese tenido problemas. Él quiso, por el volumen de ventas que tenía, comprar la máquina para crecer un poco más y ahora está fundido, está peor que cuando empezó. Esto es lo que pasa. Más allá de una decisión de importar o no importar, atrás hay gente que ha preparado, ha planificado, que se ha endeudado.
Y no lo digo por mí porque en mi caso estoy en el mejor lugar, que es comprar y vender, pero hay empresas que planificaron, que pidieron un préstamo para comprar un camión, una máquina y ahora están peor por esa decisión.
A mi me pasa en la panadería. Ayer vino uno de mis empleados a decirme que nos habían ofrecido una medialunera y le contesté que no la vamos a comprar porque la verdad que no se si el año que viene va a haber trigo para hacer facturas, porque con la sequía que hay, el kilo de pan el año que viene va a valer... no se... lo mismo que un kilo de helado.
¿Es una exageración lo del pan o lo dice en serio?
Lo estoy viendo en las noticias, en los diarios, los videos que se ven de las zonas de sequía, que van a tirar a los animales a comer ahí porque las plantas no van a crecer.
Y lo mismo va a pasar acá con la helada. Hay lugares en los que ha dejado sin producto casi al cien por ciento, como Alvear, Valle de Uco en parte. Uno trata de planificar, pero cuando no tiene las reglas claras, lo que termina sucediendo es que viene el componente de la especulación. ¿Y cómo funciona eso? Funciona así. Uno le dice al otro: "Mirá, no se que va a pasar mañana". "Bueno, entonces ponele un 20% o un 30% más por las dudas". Y como no hay oferta de otros productos que compitan con el precio, y la gente quiere llevar el producto, termina comprando a un 30% más. Pasó con las cubiertas. ¿Cómo las vamos a pagar tres veces más de lo que valen en Chile o en Uruguay? Y la respuesta es simple, porque no hay. Acá estábamos con producción parada, las fábricas cerradas y uno iba a Chile a comprarlas y en la Aduana te trataban como un delincuente, como un evasor, mientras uno iba a comprarlas allá para poder ponerles cubiertas al auto y cumplir con la RTO. Entonces, así no se puede. Los empleados míos no pueden gastar 150 mil pesos para cambiar las ruedas de un VW Gol, porque no los tienen.
Claro, un asalariado no puede gastar todo ese dinero de una sola vez en un solo producto de todo lo que consume o paga.
No puede pagar tres veces lo que vale un producto solo porque queremos defender la industria nacional, pero termina pagándolo el consumidor y yo tengo los empleados que trabajan aquí que no pueden cambiar las cubiertas y hacer la RTO, y peligrando que les metan una multa o les quiten los autos porque no pueden hacerlo, y menos pueden financiarlo con una tarjeta de crédito porque tienen un interés del 80 o 90%.
Otro gran problema que las empresas estamos sufriendo es la gente que se va perdiendo. Yo he perdido 7 personas que se me han ido porque se han ido a vivir fuera del país. No me había pasado nunca en la vida esto. Y se han ido los mejores. Entonces, me asusta lo que está pasando. Personas de muchos años, que trabajan muy bien y se fueron, se cansaron. Se van porque no pueden cambiar ni las ruedas de sus autos. ¿Por qué? Porque acá vale 4 veces más que en cualquier lugar. Está pasando también con los televisores o los repuestos y puedo seguir. Se empieza a ir la gente y no es solo una cuestión de plata porque yo les puedo ofrecer algo mejor, pero también tengo un límite, porque puedo pagar hasta donde me lo permite la empresa. No puedo poner en riesgo la empresa, tengo 300 o 400 familias que dependen de mí.
Recién me dijo justamente que el riesgo más grande era cometer un error que sea catastrófico. ¿Es tan fácil que pase algo así a una empresa a una empresa importante como la de ustedes?
Si, porque hay muchas ventanas abiertas. Y no es un problema de hoy, viene de mucho tiempo y uno la viene peleando y peleando y aclaro, yo no me estoy quejando, porque seguimos trabajando, con la pandemia pudimos trabajar, seguimos haciendo cosas, miramos el futuro porque esto que estamos viviendo tiene que pasar, esto no puede seguir así, algo vamos a tener que hacer entre todos porque sino nos vamos a quedar sin gente acá.
Lo que digo es que tenemos que sentarnos en una mesa todos los sectores, los empresarios con la responsabilidad que tenemos, los gobiernos, los sindicatos, el consumidor, pero todos tenemos que sentarnos en una mesa y ver qué es lo que vamos a hacer porque sino se va a poner muy complicado esto.
Esta situación no la resuelve una persona, o un gobierno solo, o los empresarios solos. El tema es que no nos podemos sentar todos en una mesa. Los que gobiernan se pelean, la oposición se pelea entre ellos, todos se pelean y nosotros, la gente, en el medio.
Mis empleados vienen a pedirme consejo todo el tiempo: ¿Compro o no compro? ¿Me voy, saco un crédito, me quedo? Y la verdad, no sabemos qué decirles.
Y aclaro, no voy a echarle la culpa a este gobierno. Este es un proceso que viene de hace mucho tiempo, porque la verdad es que Macri tampoco hizo nada.... ¡Nada! Tenemos un problema de fondo y no lo podemos resolver y hay que solucionarlo. Tenemos que arremangarnos y hacer las cosas bien.
Hablando de una mesa con todos los sectores. ¿Qué cree que hay que hacer?
Y, que todos tenemos que ser lo más bondadosos posibles, en el sentido de dejar a un lado esta postura de "esto me sirve a mi", "lo peleo porque me sirve para mi". Hay inflación y entonces, hay muchos que dicen "me sirve la inflación, que siga así".
Ahora. ¿Qué hacer? La ley impositiva hay que cambiarla, no podemos tener un millón de impuestos. Ya ni sabemos qué impuestos tenemos y lo peor de todo es que esto termina yendo al consumidor, al producto.
Todos le tienen miedo a la ley de trabajo y nadie está diciendo de quitarle los derechos al empleado, sino que hay que hacer una ley que sea mejor, acorde al momento, porque hay chicos que ya no quieren tener las mismas condiciones laborales que impone la ley. Por ejemplo, no quieren estar ocho horas trabajando.
Ya me han dicho varias veces esta curiosidad que sucede con la gente más joven.
Es que vienen y me dicen que quieren ser productivos, que están cansados de estar ocho horas para hacer 50 medialunas y que yo les pague lo mismo. Ellos quieren hacer 100 medialunas, en menos tiempo, y que yo les pague el doble. A mi me serviría porque me produce el doble y trabaja menos tiempo, entonces tengo menos gasto de luz, menos gasto de personal en la planta, menos consumo, pero no se puede hacer.
Quieren trabajar por productividad.
Es que el mundo ya se ha reconvertido al trabajo por productividad y no es solo eso, es un ejemplo, pero lo que digo es que la ley laboral necesita modificaciones para que sea mejor, mejor para el trabajador, además de ir adecuándose a lo que va sucediendo.
Si tenemos el 50% de empleados en negro, algo está pasando y el problema del empleado en negro es que cuando no te hacen aportes y se tienen que jubilar le vas a tener que pagar desde el gobierno un subsidio o una jubilación sío sí cuando resulta que nunca aportó al sistema porque estuvo en negro. Cuando eso pase, los que aportaron van a tener que compartir sus aportes con los que no aportaron, entonces no tenemos solo un problema ahora, sino que lo vamos a tener después porque nos vamos a quedar sin masa crítica, sin esta torta de plata para repartir y mientras menos dinero haya para repartir más va a tener que poner el Estado para llegar a algo, a un mínimo, aunque sea.
Está claro que en la situación actual la solución es crecer, más allá de cualquier plan de estabilización.
Mire, he escuchado tantos economistas decir cosas, ahora, antes, después, son todos unos genios cuando están afuera, pero cuando están adentro y tienen que resolver uno se pregunta por qué no hicieron lo que dijeron que había que hacer. No es muy difícil, hay que ir a las bases de la economía.
¿Por qué cree que sucede esto con los economistas?
Porque no hacen las cosas que hay que hacer, las básicas. ¿Qué quiero decir? Que el defensor tiene que jugar de defensor, el arquero de arquero y el delantero de lo que sabe, delantero. Si uno quiere poner el delantero de arquero puede salir bien una vez, pero en algún momento nos van a golear. Entonces. ¿Por qué no hacemos lo básico que demanda la economía? Después veremos qué modificaciones planteamos en el camino, pero por lo menos hagamos lo básico y no lo estamos haciendo.
Doy un ejemplo que pinta esto de cuerpo entero: hoy en día, yo tengo que hablar en la empresa sí o sí con el gerente financiero y no con el gerente de producción o el de ventas. Hoy en Argentina, los gerentes financieros son más importantes que los de producción y de ventas. Mientras esto siga siendo así, olvídese, nunca se va a arreglar el país, ni la inflación, nada.
Hoy, uno tiene que llamar a un gerente financiero que lo habilite a comprar mercadería porque quizá es más rentable para la empresa poner la plata en el plazo fijo, en acciones o en otra cosa, que hacer una lata para hacer tomate. Hoy ellos son los más importantes, entonces listo ya está. ¿Qué tenemos que hacer? Volver a poner el arquero donde tiene que ir, lo básico.
Esto no es algo que viene de hoy. Uno lo escucha a (Alfonso) Prat Gay, a (Carlos) Melconian, de hecho, a mi me invitan a charlas de todos lados, de los bancos, de los diarios, que viene este economista, que viene el otro, y yo no quiero ir a escucharlos más, porque lo que dicen es después lo que no hacen cuando les toca.
Vino el otro día Melconian y les pedí que no me invitaran más por qué este señor estuvo en el Gobierno de Macri no hizo lo que dijo que hay que hacer. ¿Ahora nos lo viene a decir? Así, hablando de afuera, lo digo yo también. Por eso no voy más a escuchar economistas a dar charlas en las que vienen y le dicen que si llega a pasar A el resultado será este, pero si pasa B será este otro y si es C, este otro. Y yo no quiero saber que pasaría si fuera A o C, quiero que me diga que va a pasar. Las opciones no me hacen falta porque yo ya las sé.
Vienen y dicen: si hay sequía los precios van a subir.... ¡Obvio, más bien que van a subir, si yo ya lo sé! Pero cuando están en el gobierno, del color político que me pongan, no hacen absolútamente nada de lo que dijeron.
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Cuando se empieza a descontrolar la inflación como ocurre ahora, es un clásico que los precios de los alimentos piquen en punta. ¿Por qué sucede eso?
Porque no hay oferta de productos, no hay la cantidad suficiente para la demanda que requiere la gente.
¿Porque no hay o porque el que lo vende lo esconde, o lo guarda especulando con los precios?
No, no. Porque en épocas inflacionarias nadie arriesga más de lo que tiene que arriesgar, entonces la inflación se produce, digan lo que digan, porque hay mucha plata disponible y poca mercadería para comprar, es así de básico.
Cuando hay inflación aumentan las tasas de interés, entonces el riesgo que uno tiene de pedir un crédito para agrandar su empresa y poder competir mejor, es muy alto. Las empresas no toman ese riesgo entonces empiezan: "Hagamos 10 paquetes de fideos, aunque podríamos hacer 11 pero mejor no, hagamos 10 y aumentémoslo un poquito más, si total vendemos los 10 sí o sí. Aumentalo un poco más porque no tenemos otro competidor". Y así se quedan en la que están. Y a la vez hay más plata en el mercado porque todo el mundo quiere comprarse algo porque uno se da vuelta y la plata que alcanzaba para dos aceites ya no alcanza. Entonces uno sale a comprar lo que sea lo antes posible y así la inflación provoca que todo se vaya concentrando más en las empresas más grandes, porque las chicas son las que más lo sufren.
Por ejemplo, para traer algo importado ahora el gobierno habilito para pagarlo con dólares que uno tenga en el exterior. ¿Cree que alguna empresa mendocina chiquita puede llegar a tener dólares en el exterior para importar un insumo?
No creo que los tengan
Entonces, qué tiene que hacer ese pequeño empresario, ir y comprárselo a un importador de Buenos Aires, y ese importador pone el precio que él quiere. Usemos el ejemplo del fabricante de bolsas que conté anteriormente que no puede hacerlas porque necesita un hilo especial que es importado.
Ese empresario va al importador y este le dice, "el hilo vale 20", y el empresario le va a contestar "pero como 20, si traerlo de afuera cuesta 10", entonces el importador le va a decir, "bueno, traelo vos" pero ya sabemos que el fabricante de las bolsas no lo puede traer porque no tiene dólares en el exterior. Entonces, al final paga el hilo a 20, hace la bolsita y qué le pasa: no es competitivo porque sus costos son muy altos. Mientras, el importador le vende ese mismo hilo, más barato, a la fábrica grande, la que tiene poder y si podría importarlo. Entonces la fabriquita de Mendoza no puede competir con él y mientras, que hace el consumidor, te dice "nooo, el de la bolsita mendocina es un chorro, en Buenos Aires cuesta mucho más barato" y el problema real es que el empresario chiquito no puede competir de la misma manera. Entonces, esto de la inflación concentra la economía en las empresas que más tienen, en las más grandes y mueren los más chicos.
Otro ejemplo: el gobierno acuerda los precios cuidados con Walt Mart, Carrefour y Coto y usted mañana me reclama el precio congelado de tal producto y no lo tengo porque el acuerdo se hizo en Buenos Aires y yo, con mi empresa, me quedé afuera. Y usted se va a ir a comprar donde está el precio cuidado.
¿Y que hace el gobierno? Concentra en dos o tres la operatoria. De hecho, la cámara de mayoristas, la de supermercados chinos y otras estan reclamando no quedarse afuera de los precios cuidados.
Ahora, ojo, porque no quedarse afuera significa no poder competir más porque qué hace la empresa que provee, viene, trae el camión y te vende 10 palet de un producto con precios cuidados y otros diez del mismo producto, pero de otra marca, con precios libre. ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro? El 100%. Entonces le venden a Oscar David a 100 pesos, y al negocio de la esquina a 200 pesos y el problema del negoico de la esquina no es que sea un chorro, sino que no tiene el costo para vender más barato.
¿Cómo hacen con los clientes cuando se acaba el producto?
La gente se enoja muchísimo. Fíjese que en esta entrevista llevamos 20 minutos hablando del tema ¿Dígame como se lo explico a la gente en un minuto? ¿Cómo hago para explicarle que lo que están diciendo sobre los precios congelados no es real? Yo a algunos les muestro los costos, pero nada.
Incluso tengo un chico en la panadería que está desesperado porque no puede establecer los costos, porque cuando presupuesta un costo, le cambian el costo de la luz, o el del gas, tiene que pagar un monto determinado a los empleados y aparece de golpe un plus porque la inflación se aceleró, y al final es cualquier cosa y la única planificación es que uno sabe que tiene que recaudar una cantidad determinada para seguir y después no sabe bien si ganó o perdió.
Se transforma en una estrategia para durar.
Exactamente e insisto, no me estoy quejando personalmente, porque además a mi este contexto me beneficia porque elimina la competencia. No lo celebro, pero es la realidad porque el proveedor de Buenos Aires prefiere venderle a un grande que, a cuatro o cinco mayoristas chicos, por ejemplo.
El proveedor de Buenos Aires me pide que le pague por anticipado y yo le pago por anticipado, en cambio el más chico no puede, entonces que tiene que hacer el mayorista más chico, venir a comprarme a mí y nosotros ya venimos cargados con el impuesto del impuesto. Entonces, a mi me termina favoreciendo esta situación, pero no es buena, no es sano para el país, porque al final me voy a quedar solo. Yo necesito que haya más empresas, más gente, más movimiento, porque las empresas cuando tienen pocos productos les venden a los que son más sólidos y a los que compran más.
Entonces, el proveedor, antes de vender la carga de un camión a cuatro o cinco pequeños o medianos empresarios, que lo tiene que repartir en cinco lugares, bajar mercadería en cada lugar, enviarle el vendedor para cobrarle, prefiere llamarme a mi y me dice, Rubén, tenemos un camión, yo les digo sí mandámelo, me lo traen acá, lo descargan en dos minutos y se van y ellos ya vendieron, en vez de hacer una distribución para vender un camión. Y eso pasa en todos los ámbitos.
Pero bueno, lamentablemente todo esto no tenemos dónde decirlo porque no tenemos voz y voto para opinar y que alguien escuche.
¿Pero hay una cámara de supermercados?
Siii..., atiende en Buenos Aires la cámara.
¿Y ustedes no están representados en la cámara?
Si, la misma representación que tienen las provincias con el gobierno nacional. Es lo mismo. Cuando llega el momento de levantar la mano, manda Buenos Aires y el resto vemos que es lo que hacemos.
¿El rubro de supermercados sigue concentrado en tres o cuatro manos grandes?
Así es, están los grandes y después algunos regionales como por ejemplo acá el Atomo, o en Córdoba el Tadicor.
¿En Mendoza está Usted, la gente de Millán y alguien más?
No, grande, grande así no.
Porque Mendoza ha tenido una larga tradición supermercadista.
Si, lo que pasa es que Vea vendió, Metro se fundió, Camenforte también se fundió, es lo que dije antes, hay que hacer malabares para no fundirse.
Recuerdo que la caída de Metro vino después que quisieron expandirse para competir con los hipermercados que recién llegaban al país y en ese entonces hicieron el Hiper Metro y terminaron quebrando
Un mal negocio. Miré, yo el otro día hice la cuenta con el contador bajo la hipótesis de cerrar el negocio y pagar todas mis cuentas y resultó que los activos que me quedan no me alcanzarían para poder pagar las indemnizaciones de los 250 trabajadores que tengo.
¿Cómo ve la situación de la provincia?
Creo que tenemos que agrandar un poquito la matriz productiva con el tema de la minería, con los cuidados necesarios porque si uno quiere una provincia sustentable se necesita minería. No se puede hacer una cosa sin la otra porque para hacer una batería se necesita litio, hierro o aluminio, o sea todos minerales, para hacer un panel solar hacen falta minerales. Entonces creo que hay que hacerlo con todos los cuidados y todos los controles. El mundo ya hizo bastante lío con esto de los impactos ambientales y ya regularizó toda esa situación para poder seguir haciendo minería. Sin ir más lejos, acá al lado lo tenemos a Chile, ellos han ganado un mercado agroindustrial impresionante en el mundo con minería. Sin minería no podemos hacer parques eólicos, nos estamos perdiendo de hacer cosas muy importantes. Ahora, hay que hacerlo con seriedad, hay que hacerlo bien y lo que se gane invertirlo en una infraestructura sustentable.
¿Qué quiero decir? Por ejemplo, el uso del agua. El Parque General San Martín se riega a manto, las plazas vienen con un camión de agua y con un gran chorro riegan el pasto, las plantas y la otra mitad del agua se va para la acequia. Entonces, defendamos el agua, defendamosla en serio.
En nuestro parque nomás se riega a manto. En el mundo, los parques se riegan por goteo, y nadie, en otras partes del mundo, puede poner un parque, sembrar o tener una producción agropecuaria sin goteo. Empecemos por donde hay que empezar. Yo he hablado con gente sobre el tema del agua, pero no se si es que no entienden. Vamos a tener que ver este tema de la mezquindad de cada uno, vamos a tener que empezar a rever eso y también los fanatismos.
Hoy estamos con el agua como con el ejemplo que me dio de las facturas
Es que, si nosotros no tenemos recursos para cuidar el agua, entonces vamos a seguir tirándola. Traemos el agua desde la montaña hasta Lavalle o San Martín, 200 kilómetros por canales de tierra, que se evapora y se filtra, y hablan del cuidado del agua. Es un poco raro lo que pasa. Entonces hablemos en serio del cuidado del agua.
Hace poco trajimos un experto israelí a través del CEM (Consejo Empresario Mendocino) y apenas bajó del avión me dijo: ``Ustedes no tienen problemas de agua, tienen un problema de infraestructura. ¿Cómo van a seguir regando a manto? Debería estar prohibido". Cuando se enteró que el agua de la ducha iba a la cloaca se agarró la cabeza.
Ni hablar cuando vio las acequias con agua: "Nooo, no me hagan ver más nada, con esto me alcanza para saber cual es el problema que tienen". Imagínese cuando vio el canal Cacique Guaymallén y eso que está impermeabilizado, pero está al aire libre. Ahí nos dijo que el 30% del agua se evapora en verano y nos explicó que en Israel todo eso está canalizado y presurizado.
Hoy nosotros no deberíamos construir un barrio si no tenemos una planta de recupero de agua. Y después está el tema de cómo cobran el agua. En Mendoza la cobran por los metros cuadrados de la propiedad. Entonces si yo soy responsable en el consumo y tengo una casa y un terreno grande me cobran más por el tamaño del inmueble mientras que el que tiene una casa pequeña y la desperdicia paga menos.
Como dije, creo que tenemos que recuperar el sentido de empezar por lo básico para resolver los problemas que tenemos.