En una entrevista con Mendoza Post, el intendente de Guaymallén afirma que "el problema de la clase política es que quiere repartir antes de producir".
Iglesias a Mendoza Post: "La Argentina involucionó por un descarnado populismo"
Marcelino Iglesias tiene el récord de haber sido parte de todos los gobiernos radicales desde el regreso de la democracia. Fue subsecretario y ministro de Salud con el ex gobernador Felipe Llaver (1983-1987), fue director de la OSEP con Roberto Iglesias y con Julio Cobos, (1999 y 2007), y es intendente de Guaymallén desde 2015, bajo dos gobiernos radicales, el de Alfredo Cornejo y ahora el de Rodolfo Suárez.
Áspero, frontal, políticamente incorrecto y rabioso antikirchnerista, ha sabido meterse en polémicas públicas de alto impacto sin preocuparse demasiado por el qué dirán. Habiendo sido protagonista en los últimos 40 años, lo indagamos sobre el presente y futuro del país y de nuestra provincia.
Después de toda la experiencia vivida. ¿Qué hay que hacer para sacar al país adelante?
Bueno, para empezar, creo que la última gran epopeya argentina fue la democracia y después hubo distintos ensayos económicos que triunfaron o fracasaron, pero más allá de esto, lo cierto es que la Argentina fue involucionando hacia el más crudo, descarnado y repugnante populismo, que es lo que estamos viviendo ahora, cuya máxima expresión es el kirchnerismo. Y aclaro que el populismo no es potestad de ellos, el populismo atraviesa a todos los partidos políticos incluido el mío (Unión Cívica Radical) pero por supuesto, donde se practica gozosamente es en el kirchnerismo.
Dicho esto, usted me pregunta: ¿Qué hay que hacer?
Primero, sentarnos todas las fuerzas políticas que creamos que hay que enfrentar esto con coraje y descarnadamente y tomar un rumbo. Apostar al crecimiento y al desarrollo de lo que podemos producir, comenzando por la ciencia y la tecnología, que es vital y que por suerte tenemos recursos humanos capacitados, no en la cantidad y calidad que quisiéramos, pero tenemos una buena base de partida. En este aspecto es fundamental reforzar la educación porque el problema de la educación es que tiene que ser de calidad y para todos los sectores ya que la pandemia ha dejado secuelas muy grandes.
Segundo, fijar objetivos y metas que sean políticas de Estado y mantenerlas a pie juntillas sin salirse del camino.
Tercero, terminar con el déficit fiscal y que la inversión se haga en estos rubros para poder producir, exportar, importar, integrarnos al mundo, cumplir con los compromisos y así ser creíbles y no vivir de refinanciamiento en refinanciamiento de las deudas que se hacen imposible de pagar.
Creo que esto se hace fácil decirlo, pero difícil hacerlo, pero nunca los cambios económicos de este tipo han sido fáciles. Esto no es para aquellos que siempre quieren proponer buenas noticias, que es otro de los problemas que tenemos: los políticos de nuestro país solamente quieren dar buenas noticias y esto no es posible.
¿La política no es una actividad para dar buenas noticias o para cosechar el cariño de la gente?
No. Ahí está el gran error. Yo no quiero que me quieran, ni me importa que me refuten o me insulten, quiero que me respeten y yo logro respeto diciendo lo que sinceramente pienso que es la verdad, generando debates. Lo que permite la política es discutir las ideas en los ambientes públicos, debatir sobre lo público diciendo la verdad, y la verdad a veces es muy dura.
Por ejemplo, ¿Soy un saboteador del gobierno cuando digo que tiene pocas reservas en el Banco Central? ¿Cuándo digo que la inflación carcome los salarios y las posibilidades de crecimiento de la gente que va perdiendo los sueños? ¿Soy un saboteador, un golpista, o un negacionista cuando digo que por este camino hay más pobres? No lo soy. Estoy diciendo la verdad. Algunas cosas serán opinables, pero que la inflación aumenta la pobreza, eso lo sabemos aquí y en cualquier economía del mundo.
Hay una impresión de que Mendoza no tiene la pujanza de hace 40 años. Cuando usted estuvo en el gobierno de Felipe Llaver, en la década del 80, Mendoza tenía fama de provincia rica, próspera, que marcaba el ritmo en la región y ahora no es así. ¿Qué pasó? ¿Qué cambió?
Bueno, en esos años Mendoza era la primera productora de petróleo del país. Producía alrededor del 23% o 24% de todo el petróleo nacional, en cambio hoy produce menos del 7%. Por eso, cuando se hace la ley de coparticipación federal, Mendoza salió tan perjudicada, porque en ese tiempo de cada tres pesos que recibía el Estado provincial para financiarse, un peso venía de las regalías petroleras, otro peso era de la coparticipación y el otro de la recaudación propia. Hoy los recursos de las regalías son muy pocos significativos, solo vivimos de la coparticipación y de la recaudación impositiva.
Por otra parte, se ha instalado una doctrina muy populista, dañosa y maliciosa contra la minería que no ha permitido explotar los recursos naturales racionalmente y cuidando el ambiente.
Demagogos y oportunistas han levantado esa pésima ley que es la 7722, que yo le dije a Julio Cobos cuando era funcionario de su gobierno, que esa ley era mala y se demostró a la larga que lo es porque no protege el agua, frena las inversiones y estigmatiza una actividad lícita. Nosotros nos negamos y bueno, San Juan la desarrolló. Y por otro lado San Juan y San Luis tuvieron el beneficio de la promoción industrial que nosotros nunca tuvimos y por suerte ya terminó. Esos fueron los grandes cambios de los años 80 a estos días.
Pero, aun así, Mendoza tiene una matriz productiva bastante diversificada y tiene posibilidades de crecer. Lo que la frena es la macroeconomía, las reglas de juego cambiantes que afectan mucho a los que pueden producir con valor agregado o a granel para exportar. Todo eso la afecta, como al resto del país, pero más a Mendoza. La provincia necesita una macroeconomía sana para crecer y ahí si los mendocinos podemos pelear con lo que tenemos más lo podamos desarrollar en mejores condiciones.
¿El tema de la minería lo da por terminado?
No, de ninguna manera. Claudio Scaletta, (economista político) muy cercano al kirchnerismo y muy estudioso, trata de ecolochantas a toda esta gente, algo que me resulta muy simpático y a lo que adhiero, a todos esos ecologistas que salen a batir el parche contra la minería porque han encontrado un tema como para posicionarse. Aspiro a que Mendoza pueda hacer una minería lo más sustentable posible, con el mayor cuidado del ambiente y moderna, no la descarto y soy promotor de esas ideas.
¿Hacer minería le daría una fuerte tracción de crecimiento a la provincia o no?
Aportaría a diversificar más la matriz productiva. Mire, hablemos de otra parte de la minería, porque minería no es ni más ni menos que extracción de recursos naturales. Entonces, hablemos del petróleo. Tenemos la lengua mendocina de Vaca Muerte, que según algunos estudios es abundante en petróleo cuando la parte neuquina es abundante en gas. Neuquén tiene numerosas explotaciones de YPF, de Vista Oil, de Panamerican Energy, empresas que producen más gas del que se puede consumir porque el gasoducto que Mauricio Macri dejó planificado para hacer y licitado, lo dieron vuelta en el gobierno nacional y ahora salen apurados a querer hacerlo. Pero todas las inversiones de Vaca Muerta se han dirigido a Neuquén y a nuestra provincia nada, porque casi todo está en poder de YPF y la empresa está quebrada, gracias a los brillantes negocios de estos genios de la economía como (Axel) Kicilloff y compañía que dijo que no iba a pagar un peso por YPF y después la pagó toda, dólar por dólar.
¿No hay inversiones privadas para explotar la lengua mendocina de Vaca Muerta?
Vuelvo a repetir, para eso YPF tendría que desprenderse de esos yacimientos. Ahora dicen que van a perforar dos pozos y si les va bien van a perforar más, pero bueno eso lleva tiempo.
Una de las críticas que hay al gobierno provincial, a la actual y al de Alfredo Cornejo, tanto de políticos como algunos empresarios, es que no hicieron infraestructura para que hubiese desarrollo en esa zona de Vaca Muerta, no hicieron rutas ni caminos.
Pero si en este país, a nivel nacional, se despilfarra todo. Este año, la Nación va a tener un déficit de 15 mil millones de dólares por los subsidios, sobre todo a la energía. Si parte de esos fondos se utilizarán en infraestructura otro sería el cantar.
Emilio Guiñazú, expresaba, cuanto estaba a cargo de Potasio Río Colorado, de la necesidad de construir un lugar de servicios para toda la industria sur de Mendoza que colinda con Neuquén, que es Pata Mora. Espero que después del viaje a Canadá del gobernador Rodolfo Suárez, el proyecto de Potasio Río Colorado, adaptado a la circunstancia, porque es menor que el proyecto original, pueda ponerse en marcha. Eso va a generar riqueza y trabajo que es lo que tenemos que hacer.
¿15 mil millones de dólares de déficit?
Efectivamente. Es una cifra descomunal. Ahora lo quieren cortar sincerando un poco las tarifas, pero mientras, se termina pagando con emisión de billetitos que cada vez valen menos y generan inflación y hay más incertidumbre a nivel familiar porque cada vez que la gente va al super se encuentra con precios más altos, mechado con falta de productos.
Uno lo ve, en el mamarracho que han hecho con las tarifas. Mire, y le aclaro, yo estoy de acuerdo con el sinceramiento de las tarifas, la gente tiene que saber que la energía cuesta y cuánto cuesta, después se subsidiará a aquellos que no puedan llegar a pagarla, con topes, como es en todos los países del mundo que no son productores, pero el gobierno nacional no lo ha sabido explicar porque son vergonzantes. En vez de informar un aumento de tarifas, hablan de redistribución de subsidios, o sea, mienten, mienten, y mienten. Y así generan más incertidumbre.
Nos pasa con la construcción, que hay grandes dificultades y la misma comuna tiene dificultades para adquirir algunos productos como hierro, cubiertas, ni siquiera se ha regularizado la provisión de gasoil. Hasta el Estado termina afectado porque acá, en la Municipalidad, durante junio y julio tuvimos que revisar todas las noches si teníamos el combustible suficiente o disponible para salir a hacer la recolección de residuos. No conseguíamos los repuestos para las máquinas viales, que casi en su totalidad son importadas. Cuesta conseguirlos porque hay un cepo extravagante en el que el dólar oficial vale la mitad que el blue. Verdaderamente la gente está desorientada y no ve medidas, ve anuncios.
El gobierno nacional habla mucho del impacto de la pandemia.
La pandemia fue un hecho que conmocionó a todo el mundo y nos obligó a reformular no solo la forma de gobernar sino hasta nuestra forma de vida, y le pegó muy duro a un gobierno, cuyo propio presidente de la Nación dijo que no tenía plan económico, y eso se notó a las claras. Fue el "‘vamos viendo", con algunos componentes muy peligrosos de populismo, comenzando por el energético, que, de alguna forma, Mauricio Macri ya había arreglado bastante con el sinceramiento tarifario, pero el pensamiento de Cristina y el kirchnerismo duro se impuso contra el sentido común, entonces la realidad es que estamos en una situación muy compleja porque se dejó avanzar demasiado el problema. Desatendimos al paciente, que es la economía, que ya venía dando algunos síntomas y ahora está en un estado muy delicado.
Y esto se junta con el relato del kirchnerismo, el cual consiste en no hacer el ajuste que ahora se está haciendo pero que no es nada, comparándolo con el verdadero ajuste que ellos han permitido y avalado mientras mienten con el relato. ¿A qué ajuste me refiero? A la inflación. No hay peor ajuste, más injusto, más indiscriminado y más arbitrario porque afecta más a los sectores de menos recursos, que son los que más gastan su dinero en alimentación y productos más básicos, pero los muy caraduras de los kirchneristas, sin ponerse colorados, ni por un instante hablan del no al ajuste. Al contrario, lo vienen haciendo y de la forma más brutal.
Usted rescata la política tarifaria de Macri, que aplicó aumentos altísimos y sin embargo eso no funcionó, igual Macri terminó en un proceso inflacionario.
Las tarifas tienen que valer lo que valen, yo estuve de acuerdo con esa política de tarifas. La inflación era menor en ese momento con las tarifas actualizadas. Ahora, con una inflación mucho mayor se produce el aumento de las tarifas. Igual, estas tienen que ser sinceradas y subsidiar a quienes no puedan pagarlas, pero no a todos. Yo no pedí el subsidio de zona fría que me viene en la boleta.
En el caso de la electricidad es distinto porque nosotros en el interior la pagamos más cara que en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) y todo está pensado por ahí.
Me causa gracia esta discusión porque algunas personas que han viajado a otros países con quienes he hablado, se sorprenden del costo de las tarifas del agua, luz, gas o combustible, alaban las cosas de aquellos países y después vienen acá y quieren tarifas irrisorias. De algún lado sale la plata y como no producimos lo suficiente como para subsidiar a todos y a todas, se emite plata y la emisión provoca inflación.
Pero ya llevamos muchos años con gobiernos que aplican medidas económicas muy duras y otros, con medidas que alivian más el bolsillo de la gente y ninguna de las dos recetas termina de resolver el problema
Es que no se puede vivir todo el tiempo de subsidios y engañifas. Yo fui el único candidato que en las elecciones de 2015 dijo que si era elegido iba a hacer un ajuste en Guaymallén, y aun así gané. No me dio vergüenza decirlo y no sé porque acá se quiere hacer todo con un lenguaje edulcorado que tiene su matriz en el populismo.
Los ajustes hay que hacerlos. Cuando dejé la Osep y me quedé sin trabajo, pasé por una situación difícil y tuve que salir a vender en la galería Tonsa unos pequeños recuerdos personales de mi padre que eran de oro, tuve que ajustarme, porque si no, no llegaba a fin de mes. Y esto es lógico.
Entonces, hay que ser claros y sinceros, algún día tenemos que hacerlo. ¿Qué hace el gobierno nacional? Lo contrario. El operativo no es mejorar la economía, el operativo es llegar, y que le explote la bomba al próximo gobierno que venga.
No es así, cuando me tocó asumir en el municipio, este estaba devastado, no se pagaban los sueldos, no tenía crédito, se adeudaban todas las obras públicas que estaban paralizadas, se debía a todos los proveedores, era un desmanejo, un desmán lleno de ñoquis, palo blanco, gente que no venía a trabajar. Hubo que ajustar. La filosofía para crecer fue vivir con gran austeridad. Reduje la cantidad de funcionarios políticos en un tercio, bajé de 6 a 3 las secretarías, no cobré sueldo durante seis meses, hicimos el ajuste y poco a poco pudimos volver a cumplir con todos los compromisos. Mi objetivo era y creo que lo he logrado, cambiar la lógica, la dinámica del municipio. Guaymallén era un departamento considerado de la B, donde las inversiones se hacían en otro lado. Entonces me propuse, antes de ser candidato, que si llegaba a ser intendente iba a invertir lo suficiente en infraestructura y servicios para cambiar la dinámica de retroceso que era como un tirabuzón.
El próximo intendente, sea quien sea, va a tener que seguir con la misma dinámica porque la sociedad de Guaymallén ya no va a tolerar otro escandaloso Luis Lobos y compañía, sino que va a exigir superar esta gestión. La obligación de la democracia es levantar la vara lo más que se pueda, es la competencia por mejores ideas, gestiones e iniciativas, y no de andar tirándose los muertos y la mugre por ahí. Y obviamente la gestión se hace con transparencia y objetivos claros, yo los tuve, y siempre digo que las condiciones para que algo llegue a buen puerto son básicamente tres: primero tener un proyecto, segundo conformar un equipo, que es muy difícil, porque hay mucha gente que es técnicamente capaz y políticamente comprometida pero no tanto para sumarse a las filas públicas con los vaivenes que tienen la actividad; y tercero, tiene que haber alguien que lo conduzca, uno solo, no pueden ser dos o tres y aquí se dieron las tres condiciones.
Le insisto. ¿Por qué no se encuentra la fórmula para salir adelante siendo que nuestro problema es económico y no tenemos otros males muy graves que abundan en el mundo?
Es que el problema de la clase política, de la que soy parte, es que primero quieren repartir antes de producir, y esto es imposible. Eso es el bendito populismo. Y se lo voy a definir para que entendamos de qué hablamos. Populismo es dar respuestas simples a problemas complejos, es distribuir lo que no se tiene, es el mesianismo, una persona providencial que todo lo soluciona mágicamente, el populismo tiene tráfico de influencias porque yo soy amigo del líder y consigo prebendas, me vacuno antes en el vacunatorio VIP, consigo obras como las que han quedado demostradas en el juicio que se le hace a la ex presidenta y todos sus secuaces, el populismo termina en corrupción,dejando a la sociedad unos pasos más atrás de donde partió y este es el gran problema que tenemos en el país. Este es el problema del populismo.
Yo lo veo a Sergio Massa, que ha tenido que transformarse en el hombre duro cuando toda la vida fue un demagogo, un oportunista y un saltimbanqui que iba de un lado a otro. Massa es un gran vendedor de humo que un día dice una cosa y otro día dice otra. Hace un tiempo iba a meter preso a los de La Cámpora, ahora está de la mano de La Cámpora. En definitiva, estoy esperando las medidas, porque salvo el tema tan confuso de las tarifas y algunas otras cosas muy segmentadas que anunció para las importaciones de petróleo, la realidad es que quedan pocas reservas sin manotear que son aquellas que no deben, porque son intocables, que son de los depositantes y no del Banco Central.
Se refirió a Cristina Fernández de Kirchner. ¿Por qué cree que el peronismo no encontró en los últimos años otro liderazgo que no sea el de ella?
Bueno, la verdad es un problema de ellos. Mire, Jorge Remes Lenicov que fue el ministro de Economía del ex presidente Eduardo Duhalde, fue quien hizo el ajuste (en 2002), después vino Roberto Lavagna, que ordenó todo y lo llevaba bien y eso le permitió a Néstor Kirchner tener los famosos superávits gemelos. Después de eso, empezó una política más o menos equilibrada y luego vino Cristina con el distribucionismo, el relato y toda la hipocresía. Es como en el tema de los 30 mil desaparecidos que no es cierto, es parte del relato, a mí me duele mucho resaltar esto, pero es así. El otro día leía a Vaca Narvaja reivindicando la famosa contraofensiva del 79 y el 80... ¡Por favor!!! Yo no fui espectador en esa época, fui protagonista, pasaron cosas que me marcaron de por vida, como el derrocamiento del presidente Arturo Illia en junio del 66 o el Cordobazo, donde estuve, que fueron verdaderos levantamientos populares, no fue la guerrilla del ERP o de Montoneros, las que fueron verdaderamente catastróficas para la juventud, que en aquel momento estaba llena de idealismos, porque era una época de grandes cambios en el mundo, la guerra en Vietnam, la aparición de nuevos países en África que dejaban el dominio colonial, había un auge de la revolución cubana y en medio de esto Montoneros fue una catástrofe. Fue un grupo de delirantes que venía en su gran mayoría de la derecha católica, tal es así que el primer antecedente es Juan García Elorrio, con su publicación Cristianismo y Revolución. Los Montoneros se creyeron iluminados, se creyeron una vanguardia y terminaron siendo los corresponsables de las torturas, desapariciones y muertes de muchísimos jóvenes idealistas que querían un cambio, que no estaban preocupados por cambiar la casa y el auto, sino que, como todos, queríamos cambiar el mundo. Lo que pasó, es que algunos tomaron el camino de las armas, influenciados por ese grupo de delirantes y asesinos. Porque los Montoneros fueron asesinos y cobardes, encima ellos se exiliaron, tanto Mario Firmenich como Horacio Mendizábal, Fernando Vaca Narvaja y Cirilo Perdía, y dejaron desprotegidos a muchos de sus propios militantes que fueron cazados por las tres A (la Triple AAA o Alianza Anticomunista Argentina, grupo paramilitar de la década del 70) o por la terrible dictadura del 24 de marzo.
Y le digo más, la violencia no comenzó el 24 de marzo, ya había comenzado antes, cuando (el ex presidente Juan Domingo) Perón los echó de la plaza, cuando mataron a José Ignacio Rucci dos días después del triunfo de Perón en el 73, que había arrasado con el 61,5% de los votos. El objetivo de los Montoneros era, Perón al Gobierno, el pueblo al poder, y dos días después de su triunfo electoral le matan a Rucci que era uno de los interlocutores privilegiados de Perón, le tiran el cadáver en la cara prácticamente.
Lo de Montoneros fue terrible, se creyeron que iban a arrastrar el peronismo detrás de ellos, pero el peronismo no les dio bolilla, tuvieron enfrentamientos con ese aparato asesino de las tres A que montó la derecha peronista con el ex ministro José López Rega y los sindicalistas. Pasamos por la masacre de Ezeiza, en el retorno de Perón a la Argentina, por el asesinato de algunos genuinos defensores de presos políticos como Rodolfo Ortega Peña y en el camino también cayeron algunas personas que no levantaban las armas, que no hacían la lucha armada, como Mario Amaya, o Hipólito Solari Yrigoyen que tuvo tres atentados, uno de los cuales fue en su auto y lo dejó con secuelas que todavía tiene, a casi 90 años de edad.
A diferencia de ellos, los militantes radicales jamás levantamos un arma, discutimos con las ideas, y jamás en esa época, ni Néstor Kirchner ni Cristina Fernández hablaron en una asamblea. Ellos se dedicaron a preservarse durante la dictadura y ahí está la foto donde, durante la toma de las Malvinas, está Néstor aplaudiendo junto al interventor militar en Santa Cruz. Es todo un gran acto de hipocresía lo de los Derechos Humanos. Como dijo el fiscal Diego Luciani en el juicio, la corrupción atenta también contra los Derechos Humanos.
Pero los Derechos Humanos no son prerrogativa del kirchnerismo, no los inventaron ellos.
No, no, pero ellos (los Kirchner) lucraron con eso, cooptaron a los organismos y tenemos ese esperpento que es Hebe de Bonafini diciendo las barbaridades que dice, lo que pasa es que la gente ya no lo toma en serio porque devaría, pero recordemos los hechos históricos. Yo lo veo hoy a Alberto Fernández, que es una persona irresoluta y me pregunto: ¿Hubiera tenido el coraje que tuvo Alfonsín de procesar a las Juntas militares? Seguramente que no.
Recordemos lo siguiente, los que hoy se proclaman kirchneristas y andan con La Cámpora, votaron a Ítalo Lúder (ex candidato a presidente en 1983), y Lúder había hecho un acuerdo con el último presidente de la dictadura, Reynaldo Bignone para convalidar la autoamnistía que se habían dado los militares, mientras Alfonsín recorría el país diciendo que iba a juzgar a los responsables como efectivamente pasó.
Se llenan la boca hablando de la obediencia debida y el punto final, pero Alfonsín no solo metió preso y juzgó con la justicia ordinaria a los militares, también puso preso a López Rega, a Firmenich y compañía. Y después fueron todos indultados. ¿Por quién? Por el ex presidente Carlos Menem.
Cuando se constituye la Conadep (Comisión Nacional de Desaparición de Personas), que tuvo la terrible tarea de empezar a citar a los sobrevivientes y a descubrir todas las atrocidades del gobierno militar, el peronismo se negó a integrarla porque ellos tenían un acuerdo con los militares.
Es más, en la campaña electoral del 83, el Ejército, el sindicalismo, el peronismo y la Iglesia estaban alineados en contra de Alfonsín. Esto lo sabemos todos los que fuimos protagonistas y después construyeron un relato cazando leones en el zoo, Néstor Kirchner ordenando bajar el cuadro de Videla (ex presidente de facto), cuando en 20 años no se había hecho nada por los Derechos Humanos. Kirchner lo llamó luego a Alfonsín para pedirle perdón y él le solicitó que lo hiciera público. Por supuesto, como siempre tuvo un doble discurso, Kirchner no lo hizo.
Pero, aun así, el matrimonio Kirchner impulsó la reapertura de los juicios de lesa humanidad, los llevaron a cabo y se ejecutaron. No dejaron impunes a los militares.
Pero los líderes de la fuerza militar de la dictadura ya estaban ancianos, la posibilidad de un golpe de Estado había desaparecido porque la gente ya había abrazado la democracia.
El que tuvo fragor fue el Doctor Alfonsín. Por algo, en todos los países del mundo, se considera el ejemplo argentino del juicio a las juntas militares, como algo único, porque ni en Uruguay, ni en Chile, ni Brasil, ni en los otros países vecinos o cercanos donde también había dictaduras, los juzgaron. Además, recuerde que Alfonsín asumió la democracia, rodeado por todos los países vecinos y cercanos que seguían dominados por dictaduras. Alfonsín, no hizo como hicieron en Nuremberg, que después de la Segunda Guerra Mundial, se enjuició a los nazis con tribunales especiales. Alfonsín lo hizo con los tribunales ordinarios, después de que los tribunales militares se lavaran las manos.
Quiero que la gente más joven, que tuvo la fortuna de nacer en democracia, escuche la verdad, no un relato mentiroso, amañado, parcial, tendencioso que es el relato de La Cámpora, que cuentan una historia que no fue. Incluso hay un proyecto que presentaron integrantes de Juntos por el Cambio, que yo considero un proyecto mordaza porque promueve que no se puede elogiar al gobierno militar. Yo nunca voy a elogiar al gobierno militar, yo fui víctima y fueron víctimas muchos de mis amigos, de mi partido y de otros. ¿Cuál es el único relato que va a quedar? ¿El de La Cámpora? ¿Ese relato mentiroso del kirchnerismo? Noo, yo hasta el último día de mi vida voy a seguir contando lo que viví y recomiendo la lectura de tres libros: "Montoneros, la soberbia armada", de Pablo Giusiani, que revela el accionar autoritario y delirante de los montoneros; "Los años crueles", de Hipólito Solari Yrigoyen, que habla de cuando empezó la violencia y lo cuenta alguien que fue víctima de las tres A, y el tercero es, "Los deseos imaginarios del peronismo", de Juan José Sebreli. Recomiendo estos libros de cabecera, porque ahora hubo mucho libro oficial para contar una historia que no fue, o no fue tal cual la comentan.
Como dijo Néstor Kirchner una vez en su intimidad a sus amigos, ‘Ser de izquierda, ser progre, ser de los Derechos Humanos garpa", pero nunca lo hicieron cuando debieron hacerlo, nunca se jugaron, se escondieron. La preocupación de ellos pasó por otro lado, por acumular poder y dinero y en el alegato del juicio por asociación ilícita quedó palmariamente demostrado que eso fue lo que ocurrió.
La última. Llegado el momento de discutir las postulaciones a gobernador de Mendoza. ¿Se va a anotar en esa carrera?
Le contesto con una parte de la pregunta. Llegado el momento, veré.