Milton Kuret, director de Bodegas de Argentina habló de las inversiones más importantes que requerirá el sector.
Las bodegas esperan un salto en calidad y productividad en 2022
Las exportaciones nacionales de vinos fraccionados alcanzaron un récord histórico en 2021 con un monto total de US$ 817 millones, según comunicó el Ministerio de Relaciones Internacionales y Culto de la Nación.
De acuerdo con datos del Laboratorio Estadístico del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la Argentina logró su mayor valor en la historia para las exportaciones de vinos fraccionados en el 2021 con US$ 817 millones, y superó el récord anterior logrado en 2012 de US$ 786 millones.
No obstante, más allá de los datos, casi todas las industrias han sufrido los avatares de la pandemia, generando algunas incertidumbres respecto al crecimiento, al empleo, a la productividad, sobre todo, a los escollos que introduce la economía nacional.
Milton Kuret, director de Bodegas de Argentina, dialogó con el Post y trazó una radiografía de lo que se espera en la industria para este año.
¿Estiman que crecerá la producción del sector este año, respecto a 2021?
Aun no tenemos números oficiales para asegurarlo. También es difícil generalizarlo a todas las zonas. Entendemos que a fines de enero, el INV dará una estimación de la cantidad de uva.
¿Se sumarán nuevos puestos de trabajo, bajarán o se mantendrán estables respecto al año anterior?
Si intentamos correlacionar empleo con volumen de producción, el volumen total de vinos despachados del 2021 es algo menor al del 2020 (con datos a noviembre), con buen desempeño de las exportaciones, no así el mercado interno. Esto hace pensar que el empleo estará similar al año pasado. La pandemia, viene generando niveles de ausentismos tales que obligan a reemplazos de los puestos de trabajo, pero no es un crecimiento genuino del empleo. Esto representa una baja en la productividad de las operaciones.
¿Cuáles cree que son las principales inversiones que van a requerir las bodegas este año?
Sustentabilidad, Calidad y Productividad, son los ámbitos que seguramente van definir decisiones de inversiones. Obviamente, sin olvidarnos aquellas intangibles que hacen crecer las marcas. Las exportaciones, si bien representan una porción menor del volumen total elaborado y comercializado, marcan nivel o el target que deben alcanzar las empresas en los tema citados. Para venderle al mundo, la empresas deben demostrar gestión e inversiones en los aspectos de la sustentabilidad, el estadío de calidad ya ha sido superado por el de inocuidad y la competencia por precios es enorme, lo que lleva a mejorar la productividad.
Ver: Las exportaciones de vinos superaron en 2021 los mil millones de dólares
Si tuviera que mencionar las principales dificultades de la industria, ¿cuáles tendría en cuenta? ¿Falta de financiamiento, relaciones laborales, caída de la demanda, carga impositiva, regulaciones estatales distorsivas, falta de infraestructura? ¿Otras?
La distorsión de la economía es muy importante. Los costos y la presión fiscal no dan tregua. Pensemos que en el 2021, la materia prima duplicó su valor, paritarias e insumos se incrementaron por encima del 50% mientras que los precios de ventas locales estuvieron bajo control y el tipo de cambio para las exportaciones, tuvo una variación del 22%, sumado a las retenciones que deben pagar los productos que se comercializan al exterior.
Ver: La FEM pide enseñar programación en todas las escuelas de Mendoza
Las regulaciones nacionales, regionales y provinciales, también tienen su impacto, tanto al momento de elaborar (vinos versus mostos), como la inmovilización de vinos que se puede dar durante el año si el stock supera un determinado nivel y el control de precios de comercialización que hubo durante el año.
El acceso al crédito en condiciones razonables, sigue siendo un desvelo de la industria. Por naturaleza, la vitivinicultura tiene un capital de trabajo importante y financiarlo no resulta sencillo. A lo anterior, que es estructural, debemos sumar lo coyuntural que sucedió con las botellas durante el año pasado y que complicó y seguirá complicando a las bodegas, al menos el primer semestre del 2022.