Después de 38 años el actual presidente Provisional del Senado comienza retirarse de los cargos públicos, pero no de la política.
Juan Carlos Jaliff: "Me pregunto si existe hoy el peronismo"
En el mediodía del lunes 26 de julio y el edificio legislativo inaugurado por Laura Montero en 2019, se veía desierto. La pandemia lo ha desolado, pero el vicegobernador Mario Abed y presidente provisional del Senado Juan Carlos Jaliff invitaron a los referentes de la Izquierda a conversar luego de la conferencia de prensa del FIT-U que se hizo para presentar a sus candidatos en las elecciones de este año.
Ese escenario de silencio lo muestra a Jaliff como un personaje más meduloso aún de lo que es. El hombre de 70 años, representa casi 40 años de historia política de Mendoza. Un radical clásico, pero siempre aggiornado a la época y circunstancia, testigo y protagonista de cada uno de los cinco gobiernos radicales de esta etapa democrática iniciada en 1983. Responsable del Instituto Provincial de la Vivienda en el momento del terremoto del 26 enero de 1985, ministro de Gobierno en la crisis del 2001, vicegobernador en 2003 y protagonista del cisma radical, cuando Julio Cobos pretendió emular, sin conseguirlo, la Concertación chilena con Néstor Kirchner. Hace 12 años que ocupa una banca en el Senado provincial, pero en estas elecciones parlamentarias no será candidato.
Significa que está llegando el final de una etapa para quien combina vehemencia (o pasión), conocimiento y experiecia democrática. Alguien que alos largo de las dos últimas dácadas se fue convirtiendo en una referencia para el ejercicio de la política y de las instituciones, para propios y extraños, en este tiempo escaso de guías para hacer una buena actividad pública.
"Ya tengo edad de jubilarme pero voy a seguir en política, voy a seguir ayudando acá a Mario (Abed) en la Legislatura, me ofrezco a ayudarlo, yo siempre voy a estar a disposición de quien sea, por una consulta, algún comentario, opinión, siempre voy a estar haciendo política. Tengo amigos, gente que se ha hecho en política al lado mío. Por ejemplo ayudé mucho a Mario en la primera candidatura a intendente (de Junín). Alguna vez te dije que nunca habría ?jalifismo' y así fue porque es mi forma de ser. Sí participé en las decisiones del partido, porque fui dos períodos presidente de la Unión Cívica Radical en Mendoza", dice el mejor histórico "número 2" de los radicales mendocinos. Por eso me senté en su despacho ante él para hacer esta entrevista y empezamos por la coyuntura política y electoral que nos envuelve a los que nos interesa la política partidaria.
-Ustedes sabían que se discutiría la candidatura de Rodolfo Suarez como senador suplente ¿Cuál es el argumento constitucional para poder hacerlo?
-El artículo 115 de la Constitución de Mendoza (que prohíbe al gobernador presentarse como candidato al Senado de la Nación) estaba directamente relacionado con la forma de designación establecida en el inciso 4 del artículo 105. Si se sostiene que el artículo 115, que impide al gobernador ser senador, sigue vigente ¿Entonces el inciso 4 del artículo 105, que faculta a la Asamblea Legislativa a elegir los senadores nacionales, también sigue vigente? ¿Sí es así, en Mendoza a los senadores lo eligen la Legislatura? ¿No sería un absurdo sabiendo que la elección ahora es en forma directa? Entonces, también sería un absurdo y hasta ridículo afirmar que uno está en vigencia y el otro no. O están en vigencia los dos o ninguno de ellos. Los dos artículos están en desuso, desuetudo, jurídicamente hablando, después de la reforma de la Constitución Nacional del ?94, por lo que son inaplicables e ineficaces.
-La candidatura de Suarez es un signo de que el Frente Cambia Mendoza se proyecta a largo plazo, pero también parece una herramienta electorla del radicalismo para ganar elecciones que aprovecha la buena imagen del gobernador.
-Primero el frente está consolidado y ampliado. O sea no solo que se ha consolidado, sino que se ha ampliado. Además es un proyecto gubernamental porque en definitiva hay muchos funcionarios que no pertenecen a Unión Cívica Radical, ni a los dos gobiernos, ni el de Cornejo ni el de Suarez. Por supuesto que eso va en la impronta que le van dando los gobernadores, los ministros. Acá en la Legislatura nosotros siempre estamos consultando con la gente que no son de la UCR. En eso hemos trabajado muy bien con el socialismo, con el Pro, con Libres del Sur; no ha habido prácticamente disidencias, algunas puntuales, no me acuerdo pero no ha habido grandes disidencias.
-¿No pasó lo mismo con el Partido Demócrata que se terminó yendo del frente denunciando falta de participación en las decisiones del gobierno?
-Eso es extraño la verdad, porque el Partido Demócrata tenía funcionarios en el Poder Ejecutivo, tenía legisladores... pero bueno es la decisión de algunos directivos, dirigentes aislados, demócratas que han decidido irse, no sé con qué resultado. No me gusta andar analizando las decisiones políticas que toman otros partidos, en definitiva tienen todo el derecho del mundo de tomarlas, pero creo que es un error, una equivocación, creo que hay, que es una lectura equivocada de la situación política de Mendoza; porque dadas las circunstancias y lo que se está viviendo y lo que se ha vivido, lo que acá hay que evitar es ser funcional al kirchnerismo y así, voluntariamente o involuntariamente, están siendo funcional al kichnerismo. Lo más importante es eso, después viene la posición e cada partido, pero insisto las respeto.
-Hablemos del MendoExit que terminó siendo el socio del PD en estas elecciones.
-El MendoExit fue una expresión fruto del hartazgo, de las situaciones que ha padecido la provincia con respecto a la Nación. Entonces esa expresión se trasformó después con una postura política, porque en definitiva no se puede hacer una separación de Mendoza porque está impedido por la Constitución Nacional, y Mendoza es parte de la Nación.
-Todos entendemos en Mendoza que tiene un perfil autonomista y no separatista.
-Si pero (Hugo Laricchia, referente del MendoExit) dijo que ningún legislador nacional había presentado un proyecto de ley de modificación de la coparticipación federal y es algo que no puede, está impedido, está prohibido en la Constitución Nacional que un legislador presente un proyecto de reforma de coparticipación; porque la Constitución establece un mecanismo distinto para esa ley, que es un acuerdo de las 24 provincias y que vaya al Senad y después aprobado por cada legislatura provincial. En la práctica es muy difícil, porque con la reforma constitucional del ?94, se necesita el acuerdo de las 24 provincias. Ninguna provincia que se ve beneficiada con el modo de distribución va a aprobar una reforma como son San Luis, Formosa, o Chaco.
-Dígame que piensa de Alfredo Cornejo
-Primero que ha sido un administrador eficaz de los gobiernos en los cuales le tocó participar. Es un hombre que ha demostrado un espíritu de trasformación, de las legislaciones que tenía la provincia. Me refiero por ejemplo, a los hechos en los temas de seguridad, en la modificación de los códigos procesales, en la modificación de la Justicia, en el manejo del gasto público, en generar políticas en las que el Estado participe, ayude pero sin el aumento del gasto público; ha controlado y disminuyó considerablemente la planta del personal de la administración pública, que ha sido el grave problema que estuvo en Mendoza, hasta el 2015. Me resultó llamativo que haya sido un licenciado en administración pública el que aplicó reformas judiciales de esa característica cuando tendría que jaber sido un abogado. De todos modos único abogado de los últimos 20 años que ha sido gobernador fue (Paco) Pérez, y desde el ?83 fueron fueron (Felipe) Llaver, (Arturo) Lafalla. Sólo tres abogados (sin contar al actual, Suarez, que sí lo es). Cosa que ha sido distinto con los presidentes a nivel nacional.
-¿Y Suarez?
-Realmente demostró una capacidad de liderazgo y de eficiencia también en la administración pública con la pandemia, le tocó apenas asumir un tema muy complejo, complicado y supo manejarlo con prudencia, con decisión, con personalidad. La verdad demostró ser un gran gobernador de entrada nomás. Tuvo éxito en las políticas que aplicó, equidistantes de los que había tomado la Nación, mucho más eficaces y de mejor resultado respecto de la actividad económica, que aún con sus problemas, logró que no se resintiera tanto como ocurrió a nivel nacional. Y los resultados de la pandemia Mendoza tiene menos contagio de la población que representa en el país, tiene menos muertos por millón de habitantes que tiene el país. Ha tenido un nivel de atención del sistema público impecable, gracias a lo realizado desde 2015, porque la verdad es que el sector de la salud pública gestionada por el Estado realmente tenía problemas. Nuestros hospitales tenían carencias realmente asombrosas, no había infraestructura para una provincia como Mendoza. Eso permitió que en los peores momentos de la pandemia nunca llegó a colapsar el sistema de salud pública.
-Usted fue vicegobernador de Julio Cobos, a la distancia cómo ve esa época post crisis del 2001
-Con Julio trabajamos muy bien, le dio una impronta a la provincia, también por sus propias características. En ese periodo hubo un plan de obras públicas que se llevaron a cabo. Eso creo que lo marca porque logró un plan de infraestructura, ya sea con fondos provinciales o con fondos nacionales. Eso es lo que lo ha caracterizado. Además un Estado ordenado, siempre presente, y supo sobrellevar los conflictos que se plantearon como con los sectores gremiales y estatales que se lograron ordenar.
-Desde el retorno de la democracia Mendoza se ha distinguido por la alternancia en el poder entre radicales y peronistas ¿Por qué cree que pasa esto?
-Mendoza tiene una característica muy especial. Es la única provincia bipartidista del país, donde no ha habido hegemonías de un partido sobre otro, de hecho lo demuestra que de diez gobernadores, cinco han sido radicales y 5 peronistas. Obviamente después los años el radicalismo ha logrado la preponderancia en la provincia, ha ganado las últimas elecciones, de hecho el radicalismo no ha perdido una elección legislativa desde hace 20 años, la última fue en el 2001. Y de las últimas seis elecciones de gobernador, el radicalismo ganó cuatro de las últimas seis es decir: (Roberto) Iglesias, Cobos, Cornejo, Suárez. Por supuesto, con vaivenes en la relación con el justicialismo, como debe ser en una situación bipartidista en la que hemos vivido. Pero yo creo que el PJ le hizo muy mal a la provincia, fundamentalmente en el último gobierno de ellos (el de Paco Pérez) donde se aumentó el gasto público enormemente y fundamentalmente en la planta de personal de administración pública. Y ahí esta una de las causas del déficit.
-¿Cuál es su mirada del kirchnerismo?
-Debemos reconocer la maniobra de Cristina (Fernández) al decidir poner a Alberto Fernández (como candidato a presidente). Fue una decisión de alta política y que le dio resultado, pero gobernar es otra cosa. Y tampoco dejo de reconocer que en el gobierno de Néstor (Kirchner) la economía funcionó, había superávit fiscal gemelo y eso era importante, más allá de los hechos de corrupción que después se conocieron en ese período, después Cristina no supo manejar la economía del país. De hecho desde la última vez que creció el país fue en el 2010 y después fue ya un declive. Y avanzar sobre temas que hacen a la república por parte del kirchnerismo, creo que esa es una de las cosas más cuestionables. Se ha dado una particular situación con el kirchnerismo, que hoy manda el en el peronismo. En realidad me pregunto si existe hoy el peronismo ¿Existe el peronismo? Yo sé que el justicialismo siempre se ha ido vistiendo de distintos ropajes, pero ya no sé si hoy existe el peronismo como tal. Existe una liga de gobernadores que se dicen peronistas pero que nunca enfrentaron al kirchnerismo.
-¿Por qué dice que Mendoza es distinta y que incluso el peronismo es distinto?
-En Mendoza el peronismo mendocino tiene otra característica que el peronismo nacional, pero igual terminó siendo liderado por el kirchnerismo, los intendentes no se animaron a enfrentarlo. En Mendoza es distinta la situación, acá hay cosas que el peronismo no puede hacer como en otras provincias y en el país, nunca se animarían a hacerlo, por la propia forma de ser del mendocino. Nos consideramos distintos, este hecho del bipartidismo que no se le da tanta trascendencia produjo hizo que haya cinco gobiernos de un partido y cinco gobiernos de otro. Eso muestra que Mendoza es diferente al resto del país.
-Es raro que el PD no haya ganado una elección a gobernador en esta época democrática.
-Y en el ?99 que fue un error de estrategia del PD (que tenía como candidato a Carlos Balter) de no ir en la boleta con (Fernando) De la Rúa. Al no tener referencia nacional podemos decir que le costó el gobierno. El asunto es que no tenía referencia nacional. De hecho me acuerdo, que cuando renuncia (José) Genoud (como candidato a gobernador, y (Roberto) Iglesias asume la candidatura, lo invita a Balter a formar parte de la alianza en el Hotel Aconcagua, estaba sentado al lado mío, yo era presidente del partido y lo invitó y Balter le dijo que iba solo. Fue impactante, estábamos todos ahí estaba al lado de Iglesias, lo invitó y él no acepto. También debo reconocer que en largo periodo de tres gobernaciones consecutivas del justicialismo, el radicalismo siguió estando en el escenario, en el ring gracias a (Víctor) Fayad. Él tuvo que ver mucho con eso, aunque perdió elecciones lo mantuvo al radicalismo; su acción dio un fruto en el ?99 cuando gana Iglesias.
-La crisis del 2001 es un capítulo aparte en el gobierno de Iglesias y usted era ministro de Gobierno.
- Claro, surgió el reclamo "que se vayan todos" y había que tomar decisiones que no nos gustaron, como bajar el sueldo a los empleados públicos, aunque después se lo devolvimos con los aumentos correspondientes. Yo firme el acuerdo como ministro de Gobierno, la devolución de la antigüedad que les había sacado (Arturo) Lafalla a los empleados. Cumplimos con lo que resolvió la Corte y además pagamos la retroactividad durante los cuatro años de Cobos. Fueron momentos muy difíciles que me tocó, después se nos terminó reconociendo cuando en 2003 ganamos con Cobos la elección.
-Y luego la historia del radicalismo con los Kirchner terminó frustrada.
-Fue en 2008 cuando a Cobos (siendo vicepresidente de la Nación) lo querían obligar a hacer lo que él no quería hacer, entonces se terminó. Cobos desempató en la votación (con el voto "no positivo") contra la (resolución) 125 (de las retenciones móviles a los agroexportadores). Yo era presidente del INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura) y renuncié, y aclaro, no porque me lo hayan pedido, sino porque lo consideré, renuncié y me fui. Y después de a poco se fue volviendo al radicalismo y terminamos, trabajamos con Alfredo (Cornejo) el manejo político de toda esa situación.
-¿Qué hecho lo impactó a lo largo de estos años de actividad pública?
-Hay algo que a mí me marcó y fue el primer escrache de la democracia. Me lo hicieron a mí en mi casa, en el 2001. Me impactó mucho porque involucraba a mi familia, yo no estaba en ese momento. Cuando me dijeron volví y me enfrenté y les dije a los que estaban escrachando, "charlemos". Hubo otros, tomar la decisión a bajar los sueldos a los empleados públicos, a mí no me gustó y fue una de las cosas más fuertes que nos tocó vivir en ese momento. Y con Julio (Cobos) tuvimos hechos puntuales, por los hechos resonantes por la inseguridad.
-Terminemos la entrevista con una definición de qué es ser radical en estos tiempos.
-Es preocuparse por los problemas de la gente, encargarse de solucionarle los problemas a la gente, eso es ser radical. Es respetar las instituciones, respetar la división de poderes, cumplir con la ley, escuchar a la gente, eso es ser radical, como lo fue toda la vida el radicalismo; más allá de que se ganara o se perdiera una elección. Ganamos muchas más de las que perdimos, con el resto del país se dio así y lo hemos hecho defendiendo la república que es un tema que nos debe preocupar. Cuando nos dicen que el radicalismo se ha corrido hacia la derecha no lo tomo como una afirmación política, en realidad es una chicana. El radicalismo está en el mismo lugar de siempre.