El diputado nacional por Mendoza festejó el fallo de la Corte sobre la suspensión de clases presenciales.
Petri: "El kirchnerismo volvió para someter a la Justicia"
La Argentina está pasando por un momento de crisis sanitaria. A esto se le suma una situación de tensión interna en el gobierno nacional. Pero no todo queda ahí. Hay un fuerte enfrentamiento también entre oposición y oficialismo y también éste último con parte de la Justicia, aunque más precisamente ahora el objeto central es la Corte Suprema.
Uno de los que está diariamente en el ring de la política es el diputado nacional por Mendoza Luis Petri. Sin dudas, es de los duros de Juntos por el Cambio. Sus críticas hacia la gestión del gobierno nacional son muy fuertes. Tiene una visión, que comparte con el ala dura de la oposición, de que el kirchnerismo no volvió mejor, sino que regresó para llevarse puesto todo.
En síntesis, desde este lugar habla Petri y se lo puede leer a diario en Twitter y también en canales de televisión porteños. Al ser consultado por el POST sobre distintos temas de actualidad, fue fiel a su estilo.
- Siendo abogado, en un momento de excepción por la pandemia, el fallo de la Corte que sostiene que la autoridad sanitaria es el gobierno nacional pero que eso no puede avanzar sobre la autonomía de las provincias, ¿cómo se explica?
- La Corte lo que dijo que tanto las facultades sanitarias como las competencias educativas son concurrentes entre Nación y las provincias. En el ámbito educativo, el gobierno central sienta las bases y las provincias son las que ejecutan y determinan, de alguna manera, las que determinan las modalidades. Pero lo que dice el fallo es que esta situación (la suspensión de clases presenciales en el AMBA) se debe resolver de buena fe y bajo los principios que rigen al federalismo, que son de lealtad, buena fe, coordinación y de concertación. Luego la Corte aclara que la Nación, justificada en la pandemia, lo que no puede hacer es imponer restricciones sanitarias que afecten a la educación; y que de hacerlo estaría cometiendo un abuso e intromisión de la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires o eventualmente de cualquier otra provincia. Agrega el fallo que le reconoce a las provincias lo que se denomina el poder residual, esto es que las provincias conservan todo el poder que expresamente no le deleguen a la Nación. Con lo cual, dice la Corte, en el caso de que una legislatura dice algún acto, éste solamente podría ser inconstitucional si es una facultad expresamente reservada al gobierno federal, al Estado nacional o al Congreso Nacional, caso contrario se consideran actos válidos.
- ¿Y si el gobierno envía al Congreso un proyecto de ley para blindar los DNU y que, en el caso de la suspensión de clases presenciales, sean convertidos en ley?
- Lo que dice la Corte es que no van a juzgar el mecanismo empleado (el DNU) que restringe la situación educativa, pero aclara que, si la herramienta empleada hubiese sido otra; por ejemplo, una ley con el mismo contenido material, idéntico sería el resultado. Porque en el fondo de lo que se trata es el avasallamiento a las autonomías provinciales. Porque son las provincias las que definen sus políticas educativas.
- Entonces, ¿Juntos por el Cambio no va a acompañar el proyecto de ley que adelantó el gobierno que enviaría al Congreso?
- Por supuesto que no y mucho menos con este precedente de la Corte Suprema de Justicia. Porque además el fallo sostiene que aun cuando el decreto cuestionado ya haya vencido, en abstracto dice que estas situaciones se pueden repetir en el futuro y este fallo tiene que servir como guía y norma de interpretación.
- ¿Cómo gestionó Suarez la pandemia en Mendoza?
- Para mi ha sido muy buena. Rodolfo en muchos casos acordó con el gobierno nacional pero en otros se diferenció, garantizando la educación y oxigenando la economía. Por eso Mendoza ya desde el año pasado viene tomando medidas distintas a la Nación que permitieron un desahogo a los sectores económicos. Es decir, Rodolfo calibró de otra manera tanto en materia económica como educativa, siendo que hubo mucha sintonía con el gobierno nacional en cuestiones sanitarias. En cambio, la Nación terminó ahogando a la economía y produciendo daños irreparables en educación.
- ¿Alguna vez pudieron saber qué fue lo que frenó el acuerdo con el laboratorio Pfizer?
- No. Porque lamentablemente la ley de vacunas que se votó tenía una confidencialidad absoluta. Debería haber contenido solo la confidencialidad de la fórmula de la vacuna, pero no en lo que hace a las condiciones de contratación, al precio, a la distribución y a los plazos de entrega. La verdad es que no sabemos cuáles cuestiones frenaron la contratación pero sí sabemos por Pfizer que las condiciones propuestas a la Argentina fueron las mismas que a otros países con los que sí lograron contratos. Lamentablemente, el gobierno no justifica acabadamente por qué no cerró con este laboratorio pese a que se hicieron estudios clínicos en la Argentina que involucraron a 6.000 personas por lo que había una priorización hacia nuestro país de 13 millones de dosis.
- ¿Se siente cómodo con la calificación de que está del lado de los Halcones y no de las Palomas en Juntos por el Cambio, siendo que estas divisiones parece que salieron de su propio espacio?
- Creo que es un espacio plural donde conviven distintas fuerzas políticas en las que hay distintas formas de entender la oposición, que tienen que ver en el lugar en el que uno se sienta. Es distinta la posición que pueda tener un legislador y la forma de ejercer la oposición de un gobernador en una provincia. Pero más allá de los matices, estamos todos contenidos.
- El otro día nos decía Alfredo Cornejo que a Juntos por el Cambio no le sobra nada pero no hay que ir con fórmulas del pasado. ¿Macri ya cumplió un ciclo?
- Tenemos que abrazar a todos y coincido con Alfredo. Tenemos la obligación de mantener este espacio opositor y ampliarlo porque necesitamos ganarle al kirchnerismo con un proyecto amplio en 2023. Después, cómo nos ordenamos, eso lo definirá dónde está cada uno. Porque el kirchnerismo volvió para someter a la Justicia y liberarse de las causas de corrupción, y eso es un enemigo común que construye un poder hegemónico en el que busca perpetuarse.
- En esa línea, ¿cuáles son sus aspiraciones?
- Todavía no nos hemos sentado a charlar. Yo estoy en un proceso de construcción nacional y provincial como parte de un equipo con Alfredo (Cornejo), con Rody (Suarez), con Julio (Cobos) y los intendentes. Desde ahí trataremos de dar la pelea electoralmente. Me parece que hoy esa discusión aún no está abierta.
- ¿Con qué político o política del actual oficialismo nacional se lleva mejor?
- Lo complicado no es a quien nombrás, sino a todos los que no nombrás. Con Daniel Arroyo (ministro de Desarrollo Social).