Sobreviviente de la "Masacre de Flores" de 1994. Habla este jueves en la audiencia citada por la Suprema Corte de Mendoza.
Matías Bagnato: "Los únicos que sufrimos perpetua, somos las víctimas"
Matías Bagnato tenía 16 años cuando, cuando un socio de su padre llamado Fructuoso Álvarez González, al que le decían "Cacho", roció la vivienda de los Bagnato con combustible y la prendió fuego en febrero de 1994, en Flores, Capital Federal. Murieron los padres y los hermanos menores de Matías, y un niño de 11 años que estaba de visita.
Su vida cambió del modo más drástico que un ser humano podría imaginar, y se quedó sólo, con su abuela, que ese día estaba en Mar del Plata.
Con los años, entre las amenazas del asesino de su familia y la transformación del dolor en otra cosa, Matías se transformó en un luchador por los derechos de las víctimas, en cualquier foro que hubiere. Consiguió junto a otros familiares de víctimas de asesinos, una ley para proteger a familiares y sobrevivientes de ataques que en general cuestan la vida. Es integrante del Observatorio de Víctimas del Delito y el jueves hablará en la audiencia citada por la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, a raíz del caso "Valija Fúnebre", en que el juez Eduardo Martearena consideró que la prisión perpetua es inconstitucional. Ayer, Matías habló con nosotros en nuestro programa "Te Digo Lo Que Pienso" que se emite por Radio Nihuil, de lunes a viernes de 10:00 a 13:00. Fue minutos antes de conocer que el asesino de su familia no saldría en libertad:
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- ¿Te preguntás por qué sobreviviste?
- Uf... muchas veces, sobre todo al principio. Fueron muchos años de terapia, de culpa... tenía 16 años y era el hermano mayor, el único que se salvó... que me salvé... Yo me fui a dormir una noche con toda mi familia y me desperté solo... era tan imposible de asimilar que mi vida había cambiado tan bruscamente... Es normal, le pasa a cualquier sobreviviente de una tragedia... imagínate cómo es para alguien que ha sido el único sobreviviente de una familia. Se potencia por mil.
- ¿Cómo cambiaste el dolor, por la lucha en favor de las víctimas?
- No fue algo que premedité. No dije "Voy a hacer esto...". Intenté hacer una vida lo más normal posible desde que el asesino de mi familia recibió la condena a prisión perpetua. Mi abuela focalizó sus energías en que yo pudiera hacer una vida "normal" sin odios ni rencores. Obvio, con las ausencias... hasta que en 2010 este monstruo me vuelve a amenazar... Había obtenido una libertad de la que nunca fuimos notificados. Y lo primero que hizo fue buscarnos para decirnos que nos iba a prender fuego como a mi papá y a mis hermanos. En ese momento decidí hacer pública la situación porque nadie me daba pelota. Iba a los juzgados y me decían que la causa estaba en etapa de ejecución penal. Siempre aclaro esto... la gente común, el que no es abogado, no entiende esto... Tuve que aprender a las trompadas qué es ser querellante... Cuando hice público lo que pasaba empecé a recibir infinidad de mensajes en las redes, de familiares de víctimas de todo el país. Me decían que mi caso era terrible, pero que tenía suerte porque yo podía hablar con la prensa, funcionarios o legisladores. Cuando ustedes los periodistas están encima, las causas se mueven y los jueces responden, la ley de víctimas funciona. Ahí entendí que no podía quedarme sólo con mi caso, que debía hacer algo más. Y me puse en contacto con montones de personas que estaban cada uno por su lado luchando por su causa, y así pudimos sacar esa famosa ley de víctimas...
- El asesino de tu familia estuvo a punto de salir el año pasado... aunque está condenado a prisión perpetua...
- Es otra de las partes que uno no conoce, si no te pasa... Cada seis meses, el asesino de mi familia puede pedir su libertad. Llevo diez años así. Están planteando que la perpetua es absoluta, que no salen nunca... no es así... están llenos de beneficios... El 99 %, después de cumplir tres cuartas partes de la condena, van a tener la libertad o salidas transitorias... ¿de qué perpetua me hablan?
- Este jueves vas a tener la posibilidad de hablar ante los siete jueces de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza. ¿Qué les vas a decir?
- Lo que me pasó, mi experiencia, lo que te estoy contando a vos. Que la prisión perpetua es un título, que no existe ni se cumple. No es una verdadera "prisión perpetua". Y ojo, que nunca me vas a escuchar a mí ni a los familiares de víctimas que están conmigo hablare en favor de la pena de muerte, o decir que nadie se puede resocializar. Pero hay casos, "y casos". Tenemos que tener una justicia justa, acorde a los delitos cometidos. No es lo mismo alguien que roba, que alguien que incendia y mata a cinco personas. Espero poder aclarar esto al tribunal... el debate me parece absurdo. La prisión perpetua no se debate en el mundo... retrocedemos continuamente.
- Sí... es un debate anacrónico...
- La realidad es que no hay prisión perpetua. Cuando un familiar de víctima va a un juicio y escucha "perpetua", piensa que el asesino no sale nunca más, como creí que sería en en mi caso, que mató a cinco personas y no te avisan que un monstruo así tiene posibilidad de salir... ¿de qué perpetua estamos hablando? Acá los únicos que sufrimos perpetua somos las víctimas. El dolor que siento es perpetuo... mi familia falta para siempre... es una ausencia perpetua... y la revictimización a la que estoy sometido hace diez años es perpetua. Eso es lo que le quiero decir aql tribunal.
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Epílogo
Nota de la redacción: Minutos después de la entrevista con Matías, le notificaron que el matador de su familia no podrá tener salidas. Por seis meses, podrá respirar y vivir tranquilo: