El ministro y bodeguero señaló que la aprobación de las prácticas de desalcoholización del vino por parte del INV, es positiva para la industria, ya que abre las puertas a nuevos mercados.
Vargas Arizu: "El consumidor demanda bebidas con menos alcohol"
Este miércoles, el Instituto Nacional de Vitivinicultura publicó una resolución (5/2024) en la que habilita las prácticas de desalcoholización de los vinos en la Argentina, la cual no estaba permitida.
Esta nueva legislación autoriza a todas las bodegas a elaborar vinos reducidos en alcohol o directamente vinos sin alcohol, productos que ya se comercializan en otras partes del mundo.
El ministro de Producción de Mendoza y también empresario bodeguero y olivícola, Rodolfo Vargas Arizu, dialogó con el Post y señaló que la medida tomada por el INV es "una alternativa más para las bodegas".
"Esta medida atiende a una demanda de un público de Argentina y un público mundial que quiere, en muchos casos, tomar menos alcohol", explicó el funcionario, agregando que "no va a cambiar mucho en los vinos de gama alta, pero sí en los vinos de todos los días".
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"Cuando se le saca el alcohol al vino, desnaturalizás la construcción del vino, cambian absolutamente, por eso en los vinos de gama alta no va a cambiar mucho", argumentó Vargas Arizu. El ministro también explicó que sí va a cambiar en los vinos "de todos los días", debido a que "van a empezar a competir con distintas bebidas, en un rubro donde hay millones de bebidas sin alcohol o con menor graduación alcohólica, que está muy bueno".
El ministro Vargas confesó que los vinos sin alcohol no son de su agrado: "Probé uno, una vez en Europa, y son cosas muy distintas". Sin embargo, aclaró que "hay que probar distintos vinos más trabajados".
Vargas Arizu asegura que el vino presenta la posibilidad de que coexistan los productos vínicos actuales, con la graduación alcohólica normal, con estos nuevos productos que se pueden comenzar a elaborar con menor cantidad de alcohol o, directamente, sin alcohol. Esto se debe a que, para el ministro, "el vino tiene un glamour que no lo tiene otra bebida, porque es una forma de vida o rememora todo, desde la uva y muchas cosas para atrás. El vino está marcado por momentos, por eso creo que no va a cambiar mucho".
Sin embargo, añadió que la desalcoholización de los vinos "es una alternativa más, bienvenida, obviamente, porque adaptamos nuestra legislación a la legislación de Nueva Zelanda, de Francia, de Estados Unidos y de Australia", mercados con los que los vinos argentinos sin alcohol podrán empezar a competir.
Esta medida era reclamada por el sector, debido a que se estaba desperdiciando un mercado en donde los vinos argentinos no aparecían. "Seguramente algunas empresas le van a sacar provecho a bajarle la graduación alcohólica a los vinos. Después puede resultar que se vuelve un boom, por lo que está muy bien que se incorpore una alternativa y que hayan hecho el cambio de legislación", avaló el ministro.
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La demanda de bebidas con menos graduación alcohólica es una tendencia y, según Vargas Arizu, "existe una mayor demanda de vinos de exportación de alcohol cero y una mayor demanda de menor graduación alcohólica", comentó y añadió que "el consumidor es el soberano y el consumidor demanda líquidos de menos graduación alcohólica".
"El mercado va cambiando y esto es ir adaptándose al mercado y ofreciendo lo que el mercado va pidiendo y ofreciendo también cosas nuevas, que después puedan mejorar en el mercado", analizó.
"A medida que la vida se hace más rápida y ágil, hay cosas que se dejan de hacer. Se está tomando menos vino en general, pero se toman más vinos de gama alta, es decir, se está premiumizando el consumo de vino. Se toma menos vino que hace 40 años, quizás ya no todos los días, pero el fin de semana la gente se toma un buen vino", señaló el ministro.
Las bodegas argentinas ya pueden comenzar a elaborar el vino desalcoholizado, aunque ese proceso requiere de equipamiento y maquinarias especiales, lo que requiere una gran inversión. Para concluir, Vargas Arizu señaló que esta nueva legislación aprobada por el INV beneficia al sector vitivinícola, al permitirle acceder a nuevos mercados, a los que los vinos argentinos no podían acceder. "Es una alternativa más para el sector. Es una alternativa más para que se venda el vino. Es buena tener estos productos y que seamos competitivos", enfatizó.