La eliminación del cepo cambiario en Argentina marca un punto de inflexión en la política económica del país. Sebastián Laza, economista y docente universitario, analizó los primeros efectos de esta decisión y las posibles consecuencias que podría acarrear en el mediano plazo.
"El primer día sin cepo fue bastante tranquilo para lo que uno esperaba", dijo Laza en diálogo con "Tenés que saberlo", con Gabriel Conte y equipo, por Radio Post (92.1 en el Gran Mendoza, 96.9 en Luján de Cuyo, 100.1 en San Martín y 96.7 en La Paz). Y agregó: "No hubo corrida, no hubo pánico. Se notó cierto alivio en los mercados, aunque también mucha cautela".
"La verdad que fue un día muy tranquilo. Se notó mucha expectativa en los mercados, pero también bastante calma. Creo que eso responde a que, en los días previos, el gobierno había logrado acumular reservas, generar cierta previsibilidad y preparar el terreno", siguió.
Según el economista mendocino, la eliminación del cepo era una decisión inevitable para comenzar a normalizar la economía: "Era una medida esperada por muchísimos sectores. Sobre todo exportadores, que sentían que estaban liquidando sus divisas a un precio que no era el real. Eso desincentiva completamente".
Sin embargo, Laza fue enfático al señalar que este es apenas un primer paso dentro de un proceso más complejo. "Lo importante es entender que esto recién empieza. El fin del cepo es apenas una primera etapa. Lo que viene es más difícil, porque hay que sostener la estabilidad y construir confianza. La economía argentina está tan golpeada que cualquier error puede costar muy caro", planteó.
En los primeros movimientos tras la medida, el dólar se mantuvo relativamente estable e incluso mostró una leve baja en algunos segmentos, lo que fue interpretado como una señal positiva. Pero Laza advirtió que no hay margen para el triunfalismo.
"Que no haya habido una corrida el primer día no quiere decir que no pueda haber tensión más adelante. Esto es dinámico. Todo depende de cómo el gobierno maneje las expectativas y de si los actores económicos perciben que hay un rumbo".
El economista hizo foco en la necesidad de políticas coherentes a nivel fiscal, monetario y productivo: "Uno puede levantar el cepo técnicamente, pero si no tiene reservas suficientes, si no tiene una política fiscal ordenada, si no transmite confianza, eso no se sostiene".
También subrayó que, sin crecimiento económico y mejora del poder adquisitivo, el impacto del fin del cepo será limitado: "Si no se reactiva la actividad, si no empieza a mejorar el empleo y el poder adquisitivo, todo esto puede ser flor de un día. La clave ahora es cómo sigue la película, no tanto este primer capítulo".
Por último, Laza reclamó mayor claridad y estabilidad para que el cambio de régimen tenga sentido real en la vida de las personas: "Lo que hace el fin del cepo es ordenar el mercado de cambios, sí. Pero si no ordenás el resto, si no tenés una política productiva, si no bajás impuestos distorsivos, si no simplificás trámites, no sirve de mucho. La confianza no se compra en el mercado, se construye día a día".