Sobran los plomeros en Mendoza y sus servicios son cada vez más requeridos

 En tiempos de recesión y crisis económica, hay cosas que no se pueden dejar de lado. Llega el invierno y hay que chequear las estufas, se tapa algún desagüe y hay que llamar a un plomero. Porque no tenemos las herramientas, porque no tenemos los conocimientos o porque simplemente no tenemos tiempo de hacerlo por nosotros mismos, los "especialistas" son los que salvan cuando las papas queman.

El testimonio de dos plomeros-gasistas da cuenta de cómo es el momento que viven. Por un lado, Juan Carlos de 52 años que trabaja como plomero y gasista hace más de 20 años; por otro, Leo de 33 años que también se desempeña en ese oficio.

"Hace 8 años soy plomero, empecé en el 2016 y hasta la fecha sigo ejerciendo la plomería", reveló Leo, quien viene de familia de plomeros. "Yo no estudié en ningún lado la plomería, hay gente que hace cursos, yo aprendí de mi papá, él lleva más de 30 años en el oficio", contó.

Juan Carlos, por su parte, también aprendió el oficio sin ir a un curso en particular. "Yo aprendí con gente que se dedicaba a esto y lo hago desde fines de los '90 cuando me quedé sin trabajo", explicó.

En Mendoza hay escuelas de oficios que ofrecen la posibilidad de aprender tanto plomería como instalaciones de gas. Por otro lado, algunas escuelas técnicas de Mendoza también instruyen en las nociones básicas para estos oficios.

En cuanto a la diferenciación, Leo explicó que "son dos oficios que se ejercen juntos, una es plomero y otra es gasista. Se puede hacer uno sin el otro, no necesariamente van de la mano, pero en la mayoría de los casos sí".

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En ese sentido, el técnico explicó que "cuando se sabe algo de plomería también sabe algo de gas. El tema es que, para ser gasista, lo ideal y lo recomendable es que sea matriculado, que se hiciera el curso, se matricule y tenga la matricula al día".

"Hay gente que se le anima a la plomería, aunque no es lo que corresponde, pero con el gas es más complicado, hay que saber en serio y estar matriculado. Y si tenés que hacer algo en casa, tenés que pedirle al que vaya que tenga la matrícula", aseguró Juan Carlos.

La consulta ronda entre los 12 mil y los 15 mil pesos, el trabajo no incluye materiales y suele ser una consulta "primaria" para un diagnóstico y una resolución sencilla. "Los materiales, como varían mucho los precios, no se puede dar un monto exacto. Siempre se pasa la mano de obra por un lado y los materiales aparte", detallaron los plomeros.

En tanto que aseguraron que es importante también pedirles factura a los plomeros en caso de compras de materiales, "es una cuestión de confianza, para que sepan qué compraste para los arreglos".

"Yo me dedico full time a esto, plomería, gas y cloaca, pero también soy casi licenciado en Recursos Humanos en la Universidad Champagnat. Me quedan unas 10 materias para recibirme", explica Leo que durante mucho tiempo combinó la vida de plomero con la de estudiante.

Juan Carlos, por su parte, contó que "una vez que empecé a trabajar de esto, no lo dejé más. Hay mucho chanta dando vuelta, entonces cuando haces un buen trabajo te vuelven a llamar o te recomiendan".

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Los oficios y la crisis

Tal como contaba Juan Carlos párrafos atrás, las crisis suelen ser una puerta de entrada a los oficios. Ante situaciones de emergencia o con los habituales mantenimientos, siempre es mejor llamar "a alguien que sabe". Por esa razón, ante lo que podríamos llamar "la inevitabilidad de la consulta", hay personas que ven en los oficios una salida laboral.

A diferencia de los albañiles, que ven resentidos sus trabajos ante la crisis, los oficios como zapateros, plomeros, gasistas y distintos técnicos ven en estos momentos su auge. "Hay muchos más plomeros que antes, pero lamentablemente son plomeros multifunción que supuestamente ‘saben hacer todo' y no respetan algunas medidas de seguridad", explicó Leo.

"Cómo se hacen los trabajos, qué materiales que se utilizan, son cosas a tener en cuenta", advirtió y añadió que "la calle está más dura y se largan muchos ahora a querer ese trabajo de plomería sin saber bien. No es una ciencia, pero hay que saber".

"Pasa que muchas veces te llaman para arreglar lo que otro hizo mal", explicó Juan Carlos en este sentido. Y apuntó que "en el caso de los gasistas es más complicado, ahí hay que tener cuidado con lo que se hace".

El "lado bueno", apuntaron ambos entrevistados, es que "hay trabajo, la gente siempre necesita esto y uno puede vivir de la plomería". En ese sentido, Leo agregó que "no tengo un sueldo fijo, pero yo sé que a mí me va bien por suerte y depende de cada uno cómo trabaje, cómo se mueva, a qué importancia le da la propaganda y demás".

Mientras que recordó su "linaje plomero" y apuntó que "mi papá se dedicó a esto porque trabajaba en un tambo en su época y lo echaron. Se quedó sin nada, en la lona. Y se dedicó a esto aprendiendo de otra persona también".

"Gracias a lo que él aprendió, me lo enseñó a mí y seguimos el linaje", contó Leo, quien publicita sus trabajos en Facebook mediante la cuenta Millán Service en la que recibe mensajes y consultas, además de su teléfono.

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Juan Carlos, asegura que es más de la vieja escuela, y publicitaba con carteles en negocios cercanos a su barrio. "Ponía el teléfono con los papelitos que se cortaban y me llamaban, ahora ya trabajo con el boca en boca porque llevo muchos años", reveló el plomero.

Finalmente, ambos aconsejaron realizar un curso que para poder acceder a la matrícula. Asimismo, cuentan que "quienes se registran como monotributistas pueden facturar y hacer trabajos para consorcios o empresas, por ejemplo, eso también es una herramienta".

En cuanto al trámite para matricularse, los gasistas contaron que lo maneja cada distribuidora de gas. En el caso de Mendoza, el otorgamiento de las matrículas corresponde a Ecogas. "Es una matrícula que se renueva una vez al año, se abona y se renueva", finalizaron.