De qué se trata la moneda digital que anunció el ministro Massa y cuánto se parece a las criptomonedas.
Peso digital: ¿un símil bitcoin argentino o nada que ver?
El domingo pasado, el ministro de Economía y candidato a presidente Sergio Massa, sorprendió, anunciando que si es elegido, creará el peso digital argentino. ¿Cuál es la novedad? ¿Acaso, no son pesos digitales los que pagamos y recibimos a diario por Mercado Pago y otras billeteras electrónicas? ¿O quiere crear un símil bitcoin argentino? ¿O será una criptomoneda de banco central cuya sigla internacional es CBDC? ¿Sería un criptopeso gestionado por sus usuarios y sin banco central, o todo lo contrario?
La mayoría de estas preguntas no tienen respuesta porque el ministro no dio detalles, salvo alguna pista. Por eso explicaremos que es una cosa y otra y que están haciendo los países que están más avanzados en proyectos de monedas digitales nacionales.
No es todo lo mismo
Primero que nada, solemos tratar como si fueran lo mismo los términos dinero digital, moneda virtual y criptomonedas, pero no lo son.
El dinero digital ya está entre nosotros hace mucho tiempo. Es la representación electrónica del papel moneda que está circulando. Es el que transamos a través del homebanking, de las billeteras electrónicas como por ejemplo Mercado Pago y Modo entre otras, es el que usamos con las tarjetas de crédito o débito o las transferencias directas a través del teléfono.
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Todos estos movimientos de dinero que van y vienen electrónicamente tienen que estar respaldados en el dinero físico, el de soporte papel que emite el Estado.
Por otro lado, están las monedas virtuales, que también tienen ya sus años de existencia. El ejemplo más común son las de los videojuegos, que se utilizan para comprar y vender dentro del video juego. No es dinero para transar fuera de este y no tienen soporte en papel moneda.
Y luego tenemos las criptomonedas, que, si funcionan hoy como dinero digital y a la vez son cien por ciento virtuales, es decir, no tienen su equivalente en papel moneda. Pero, además, son diferentes al resto, porque usan criptografía.
Coinbase, uno de los primeros intercambios de criptomonedas lo define y explica de la siguiente manera: "La criptografía es el estudio y la práctica de enviar mensajes o datos seguros y cifrados entre dos o más partes".
Precisa que "el remitente cifra el mensaje para ocultar el contenido a un tercero, mientras que el receptor descifra el mensaje para que sea legible nuevamente. Las criptomonedas usan la criptografía para permitir que las transacciones sean anónimas, seguras y confiables, sin necesidad de terceros".
"Bitcoin, al igual que Ethereum y muchas otras criptomonedas, utiliza una tecnología llamada cifrado de clave pública y privada. La clave pública es la única información que alguien necesita para enviar bitcoins, sin embargo, para acceder a esos fondos, a esos BTC, se necesita la clave privada".
"Esto permite -dice Coinbase- que las transacciones sean confiables sin necesidad de terceros; y así, dos personas que no se conocen, pueden realizar transacciones mutuas sin la actuación de un intermediario de confianza", como lo han sido históricamente los bancos o las tarjetas de crédito.
¿Criptopesos = Bitcoins?
Volviendo al anuncio de Massa, el primer interrogante válido es: ¿Quiere crear con el peso algo parecido a Bitcoin?
Bitcoin es una criptomoneda descentralizada. Esto quiere decir muchas cosas: que no depende ni es emitida, ni gobernada por un banco central. No pertenece a ningún país, tampoco tiene un dueño ni ha sido creada por una empresa.
Bitcoin es un programa o software informático que funciona automáticamente, pero a partir de la participación de sus usuarios. Su sistema de cifrado criptográfico es el que ha garantizado su éxito y su funcionamiento óptimo desde su aparición hace 14 años.
Son los usuarios los que mantienen vivo a bitcoin porque el software demanda que los usuarios "trabajen" para emitirlos. Este "trabajo" consiste en registrar y validar las operaciones de bitcoin que luego se guardan en bloques, en la cadena de bloques o red blockchain.
Los usuarios que cumplen esta tarea son conocidos como los mineros. Cuando los mineros completan un bloque el programa los recompensa con nuevos bitcoins emitidos. Esa recompensa se va reduciendo a lo largo del tiempo.
En la práctica, el usuario que es minero no tiene que estar trabajando delante de la computadora. Solo pone a disposición su computadora para minar y el programa se encarga automáticamente de hacerlo.
De esta forma, bitcoin distribuye el registro y control de sus operaciones entre miles de mineros en todo el mundo, lo que permite que el control no esté bajo una sola entidad, ni la información esté en un solo servidor y que por lo tanto, la emisión de bitcoin y el registro de sus operaciones, no pueda ser manipulado ni modificado.
Peso digital o CBDC
Ahora bien. Llegamos al peso digital y ya podemos inferir que no va a ser como un bitcoin pues ningún presidente ni gobierno va a dejar la emisión de pesos y el control del registro de sus operaciones en manos de sus usuarios.
El ministro Sergio Massa dio una pista, señalando como ejemplo a Brasil, donde están embarcados en un proyecto similar. Se está refiriendo a la creación de una CBDC, una moneda digital de banco central o como lo indica su sigla en inglés: Central Bank Digital Currency.
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De hecho, ya hay experiencias en funcionamiento. Bahamas tiene el Sand Dollar, la primera CBDC que se puso en marcha y hay un puñado más de países pequeños que pusieron en circulación las suyas, entre ellos Venezuela, por ejemplo.
Entre los grandes, China ya creó el yuan digital que sigue en prueba piloto, y la Unión Europea, Rusia, Estados Unidos y otros 50 países están explorando la opción de crear sus propias CBDC.
Una CBDC no es una criptomoneda sino una moneda digital emitida por un banco central para reemplazar definitivamente al papel moneda, para operar de forma electrónica y que persigue como fin la utilidad de uso que hoy ofrecen las criptomonedas.
Pero una CBDC no es controlada por sus usuarios sino por un Banco Central, no está en principio basada en criptografía, su emisión no depende de la comunidad ni tampoco su gobernanza.
Esto quiere decir que los usuarios no pueden administrarla ni tomar decisiones sobre una CBDC como si lo hacen las comunidades de usuarios en los ecosistemas de cada criptomoneda, por votación mayoritaria, a través de las DAO u Organizaciones Autónomas Descentralizadas.
Así, la promesa de Massa no tiene concreción inmediata. Los países que están embarcados en la temática llevan varios años trabajando en sus proyectos de CBDC y además, este formato no le va a evitar ni a Massa ni a ningún gobierno la tarea obligatoria de estabilizar la economía y recuperar la moneda.
Dicho de otro modo, no va a desaparecer la inflación y la crisis por la creación de un peso digital. Si hoy hubiera que reemplazar todos los pesos papel en circulación por pesos digitales, estaríamos en el mismo dilema inflacionario pero con una moneda electrónica.