Los nuevos casos en el Norte del mundo generó que se cerraran nuevamente todas las actividades. Qué puede pasar en Argentina en el próximo año.
Economía y población, ¿aguantarían una nueva cuarentena?
La pandemia del coronavirus no ha terminado a pesar del relajamiento que existe en Argentina. Mientras tanto, en el norte del mundo, los rebrotes llevaron a cerrar todas las actividades mientras comienza la aplicación de las primeras vacunas.
Pero de cara a 2021: ¿puede la Argentina necesitar y, en tal caso, soportar otra cuarentena, aunque fuere atenuada y no tan extensa como en 2020? ¿La situación sanitaria pondrá al Gobierno de Alberto Fernández y a la sociedad ante esa disyuntiva?
Infobae consultó a varios especialistas del sector para dar respuesta a algunas de estas preguntas. "No lo veo factible, y me animaría a decir que tampoco el Gobierno, por varios motivos. Por un lado, la fatiga social que hizo que la cuarentena acabara de facto antes del anuncio oficial, sobre todo en sectores vulnerables y hacinados. En año electoral, no veo a ningún dirigente distrital arriesgando votos para hacer cumplir el ASPO. Por otro lado, la cuarentena se cumplió a duras penas con ayuda del Tesoro, a través del IFE y sobre todo el más oneroso ATP. El fisco no tiene hoy los recursos ni puede emitir masivamente como en 2020 para mantenerlo, y sin ayuda no hay encierro viable", respondió Eduardo Levy Yeyati, decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato di Tella.
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El economista y profesor visitante de la Universidad de Harvard cree que los costos de una crisis son acumulativos: una nueva cuarentena dispararía el cierre de pymes que quedaron al borde de la quiebra este año. También aceleraría la destrucción de empleo formal que este año se contuvo con prohibiciones de despidos y ayuda fiscal.
"Si hay segundo ola, habrá que perfeccionar el distanciamiento. En este contexto, apurar la distribución de una vacuna probadamente efectiva es primordial. No hay que perder de vista que, una vez adquirida, la distribución lleva tiempo, sobre todo teniendo en cuenta la baja capacidad de gestión de nuestro sector público, lo complicado de la administración de una segunda dosis o la confección de certificados de inmunidad en un país con un déficit de datos como la Argentina", completó.
"Para empezar, aunque la economía se mantuviera en marcha hay un montón de interrogantes, que se pondrían peor si hay que dar marcha atrás y restringir actividades como Industria y Construcción, en las que hoy tenés un rebote", dijo a su vez Daniel Artana, economista jefe de FIEL.
"Emitir menos pasa por tener en 2021 un déficit fiscal menor al proyectado (4,2% del PBI) y colocar más deuda en lugar de emisión monetaria. Además, suponían aumento de tarifas, que ya patearon para marzo, lo que deja dudas sobre el cumplimiento. Si la pandemia obliga a cerrar, se vuelve a caer la recaudación, el problema fiscal se amplía y todo se complica: más brecha cambiaria, más inflación", completó.
Según Artana, como están ya los números, el Gobierno tendrá en 2021 un déficit primario de USD 15.000 millones, que lo obligará a conseguir financiamiento por USD 9.000 millones "por arriba de lo que vence", lo que significaría colocar unos USD 20.000 millones de deuda, incluyendo el mercado local.
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Algo parecido planteó Esteban Domecq, director de la consultora Invecq: "No es posible esperar que una cuarentena no tenga efectos sociales y problemas macroeconómicos serios si tu única fuente de financiamiento es la emisión monetaria; en un escenario así iríamos a un estadío socioeconómico mucho más complejo", le señaló a Infobae. Otra cuarentena es "inviable", dijo, porque "el descalabro monetario nos haría ir a un escenario de hiperinflación que trituraría ingresos y provocaría un alto grado de miseria en la población.
"Este año se pudo monetizar un agujero fiscal completo, porque teníamos una economía con baja monetización, pero ahora está sobremonetizada; cualquier peso adicional que tires le metés una fuerte presión a los precios. Este año la pobreza termina en 45% y no en 60% porque se controlaron las variables nominales, pero no hay espacio fiscal ni monetario para repetir eso sin un fogonazo inflacionario" que haría subir la pobreza en 15 a 20 puntos. "Y si mantienen tarifas y precios para contener la inflación y aumenta el déficit, la inflación puede superar el 100%", agrega. Un escenario sumamente complicado.