La minera Allkem ponderó al país como uno de los ejes de su desarrollo futuro.
Argentina se encamina a estar entre los mayores proveedores de litio
La minera australiana Allkem prevé triplicar su producción global de litio en 2025 hasta las 120.000 toneladas, para lo cual el desarrollo de sus proyectos en el Salar de Olaroz y en el Salar del Hombre Muerto permitirá consolidar a la compañía entre los mayores proveedores globales, aseguró el jefe de Operaciones y Tecnología de la compañía, Hersen Porta.
La Argentina "se va a transformar en pocos años en el tercer mayor productor global de litio por la cantidad de nuevos proyectos" que tiene en construcción, y por la calidad de las salmueras que resultan "muy superiores a las que se pueden obtener que en otras regiones o con menos complejidad", aseguró el directivo en diálogo con Télam.
El posicionamiento del país también lo avizora por entender que "no hay una gran cantidad de productores experimentados, con más de 15 o 20 años, porque no era un insumo que tuviera la preponderancia de hoy en el mercado, y porque ha habido una demora en los proyectos que requieren nuevas tecnologías con su desarrollo y etapas distintas a otras industrias".
"Tenemos un plan de llegar al 2025 a 120.000 toneladas de carbonato de litio equivalente, incluyendo las operaciones de Australia y la futura de Canadá. Pero muchos de los assets (activos) para lograrlo están aquí en la Argentina y son en los que vamos a estar expandiéndonos", afirmó el directivo.
Con la premisa de acompañar la demanda global y mantenerse entre los cinco mayores proveedores mundiales, Alkem avanza en el aumento de producción de la etapa II de Olaroz, en Jujuy, que le permitirá sumar unas 25.000 tns de carbonato de litio, y en el desarrollo del proyecto Sal de Vida en el Salar del Hombre Muerto, en Catamarca, con otras 10.000 tns.
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Además de esperar "condiciones macroeconómicas que faciliten la implementación de los proyectos", Porta indicó que "todo lo que está alrededor de la industria del litio es un desafío, por lo que conlleva todos los servicios y recursos asociados a ese tipo de inversiones".
"Estamos hablando -enumeró- de energía, de caminos, de infraestructura ferroviaria y portuaria, de redes de energía eléctrica, de gas natural, de muchísimas materias primas que insumen esta industria, y de una alta y fuerte demanda de recursos humanos calificados".
Porta también planteó la necesidad de contar con incentivos para la eventual instalación de la producción de hidróxido de litio, un recurso que "está ganando importancia a partir de la calidad de baterías que está demandando el mercado" con un agregado de valor químico y físico que otorgan mayor densidad de energía y capacidad de carga.
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"Hay muchísimo incentivo en algunos países para que se radiquen esas industrias, y es un aspecto competitivo que también hay que considerar como un desafío a la hora de decir dónde se va a instalar una planta de hidróxido de litio", explicó al destacar que ese tipo de producción se ubica hoy en proximidad de los fabricantes de cátodos y de baterías.
No obstante el debate, para Porta "las baterías de LFP seguirán siendo atractivas para distintos segmentos del negocios, y el carbonato de litio va a seguir teniendo posibilidad de mercado. Por eso, la oportunidad es en los próximos dos o tres años, en los que es necesario conseguir volumen y escala apropiada para generar relaciones comerciales con las industrias que pretenden tener grandes proveedores".