La actividad económica volvió a crecer y en el horizonte aparece un virtual acuerdo con el FMI. Lo peor: los ingresos de las familias argentinas siguen por el piso.
Lo mejor y lo peor de la semana económica (y un susto para el Gobierno)
Termina una semana con indicadores positivos para el gobierno de Javier Milei, quien estaría en condiciones de sostener que lo peor del ajuste ya pasó. Sin embargo, esto se "compensa" con la paralización de la obra pública y los ingresos de las familias, que siguen por el piso, entre otras cosas. El "salto" del dólar blue, el susto de la semana.
Lo mejor de la semana
- El PBI volvió a crecer. Después de las dudas que generó el indicador de actividad económica, que cayó levemente en setiembre, el EMAE (estimador mensual de actividad económica) de octubre volvió a crecer. Cuando se compara año contra año, 2024 vs. 2023, se sigue observando una caída del orden del 2.5%, pero el dato relevante para la coyuntura es la comparación mes a mes: en octubre volvió a ser positiva en un 0.6%. Podemos sostener que lo peor del ajuste ya pasó o, como dice el presidente, que "la recesión ya terminó".
- Superávit fiscal en noviembre. Casi cerrando el periodo fiscal 2024, con los resultados de noviembre publicados, el gobierno nacional acumula un superávit primario de 11.7 billones de pesos ($ 11.700.000.000.000) lo que contrasta fuertemente con los $ 3.7 billones de déficit del año 2023. Este superávit le permitió afrontar con recursos genuinos el interés de la deuda pública por $ 8.3 billones y tener un excedente de de 3.3 billones de colchón para los mayores gastos de diciembre y los primeros pagos de deuda del 2025. Este es el gran logro del gobierno y el sostén de la política antiinflacionaria. La contracara es que los gastos en infraestructura, la obra pública, virtualmente desaparecieron del presupuesto.
- Los precios mayoristas, para abajo. El gobierno festejó el aumento de solo el 1.4% mensual en la inflación medida a nivel mayorista con valores negativos en importados. En la medida que esto se traslade a los precios al consumidor, ayudará a que la inflación minorista siga a la baja. No olvidemos, de todas maneras, que las subas más altas en los precios al consumidor de los últimos meses fueron en el rubro servicios (salud, transporte, gas, electricidad) y que estos no se miden en el índice mayorista, donde hay principalmente bienes.
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- Se viene el acuerdo con el FMI. El ministro Luis Caputo anunció que en el I cuatrimestre de 2025 habría un acuerdo nuevo con el FMI. No especificó si había fondos frescos o no. El apoyo del FMI, aún sin grandes fondos adicionales, será un espaldarazo de confianza a nivel internacional que incidirá positivamente en la Argentina.
Lo peor de la semana
- El blue nos dio un susto. Con la devaluación de Brasil y el aumento de la demanda de dólares de argentinos para turismo en el exterior, el dólar blue y los financieros dieron un salto del 10% desde el viernes 13 de diciembre hasta el jueves pasado, día en el que fue controlado por el gobierno. Posiblemente falló la sintonía fina del BCRA, que fijó un nivel de tasas de interés demasiado bajo para la época del año. La "pax cambiaria" es uno de los logros del gobierno y por unos días estuvo de nuevo en el tapete. Por el momento, solo un llamado de atención.
- Los ingresos de las familias, por el piso. Se publicaron los datos oficiales de ingreso de las familias y su distribución. El Indec informó que los 9.8 millones de asalariados que abarca su medición ganan en promedio 640.000 pesos mensuales. Entre ellos, hay 6.2 millones que están en blanco y llegan a percibir $ 810.000, y 3.6 millones de trabajadores que están en negro con solo 330.000 mensuales. Desde estos niveles bajísimos de salarios de los trabajadores se debería iniciar el año que viene una recuperación. Esta es la realidad cruda de la Argentina destruida por una década perdida de crecimiento y al menos 40 años de desatinos económicos.
- La inversión público privada en infraestructura no arranca. Una parte vital de la infraestructura son las rutas que están en muy malas condiciones y empeorando. Mendoza es una afectada directa por el virtual abandono de la ruta 7 a Chile que está colapsada y no recibe inversiones fuertes hace años. Por el momento se hicieron anuncios sobre futuras licitaciones de corredores viales para el año que viene, pero no está claro cómo se afrontarán las billonarias inversiones necesarias ni los tiempos que demorarán. La economía argentina, en este caso las constructoras y los bancos públicos y privados, tiene una capacidad muy limitada de financiamiento y por el momento no se percibe interés de fondos internacionales por entrar a un negocio de largo plazo donde hay que "enterrar" cientos de millones de dólares y esperar varios años por el retorno. Un gran test para el gobierno de Milei que viene demorado y dubitativo con este tema crítico.
- ¿Dólar barato o precios en dólares caros? El precio del dólar oficial no lo determina el mercado, sino el gobierno que devaluó fuertemente al inicio de la gestión y luego estableció un ritmo de devaluación del 2% mensual, muy por debajo de la inflación interna. El ministro Caputo se metió en el debate sosteniendo que el dólar oficial en Argentina no está barato, sino que hay precios en dólares muy caros. En defensa de su argumento puso algunos ejemplos de productos argentinos (camperas, ollas) que se venden a mitad de precio en el exterior que en el mercado local, aunque no se extendió en que solución propondría. Desde esta columna venimos sosteniendo hace meses, a diferencia de Caputo, que el dólar oficial sí esta barato respecto de los costos internos y que esto afecta a Mendoza como receptora de turistas internacionales y productora de bienes transables como el vino. Por supuesto que Caputo acierta en que hay precios caros en textiles, electrónicos, indumentaria y autos debido a que cuentan con regímenes estatales privilegiados. Pero en el resto de la economía también tenemos cientos de bienes y servicios desfasados en dólares para los cuales no hay explicación, excepto que la unidad de medida, el dólar, está desacomodado. ¿O alguien piensa que la fuerte suba de salarios medidos en dólares es equivalente a una suba de su poder adquisitivo?
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Se entiende que las salidas no son fáciles. Devaluar tiene consecuencias en la tasa de inflación y es muy improbable que el gobierno lo encare en un año electoral; de hecho todavía no se siente en condiciones de levantar el cepo. "Bajar los costos internos y los precios" es una consigna fácil de formular, pero una tarea difícil y lenta que tiene que ver con regulaciones, logística, tarifas de energía, leyes laborales, impuestos excesivos, protecciones arancelarias, etc. Es un desafío para más de un gobierno. Mientras tanto, la realidad es que el turismo se cae y los exportadores de valor agregado pierden dinamismo. Nada bueno para la economía real y un desafío muy fuerte para el gobierno y las empresas. Negarlo no sirve.