Las mejoras respecto al riesgo país y la puesta en marcha del régimen de incentivos a las grandes inversiones generan optimismo en materia financiera. Lo más flojo: las relaciones diplomáticas "tóxicas" que generan dilaciones con los socios comerciales de Argentina.
Lo mejor y lo peor de la semana económica: qué pasará con Mendoza
En el cierre del décimo mes del año se destaca la gestión financiera del gobierno de Javier Milei que ya ha recogido frutos importantes, respecto a un aumento en la confianza de los bonos argentinos y la puesta en marcha del RIGI, con beneficios claves para Mendoza.
Sin embargo, en materia de relaciones diplomáticas, los "enemigos" y "amigos" que van mutando respecto a la mirada del Presidente, puede generar escenarios adversos o, al menos, poco predecibles.
Lo mejor
- Octubre financiero a toda orquesta. Lo venimos comentando hace semanas pero este fin de mes de octubre merece remarcarlo. En menos de un año y sin apoyo del FMI , el país ha resucitado en términos de sus finanzas. Las acciones y bonos subieron fuertemente, el riesgo país continuó cayendo y se acerca a valores "civilizados". El fundamental macroeconómico es el superávit fiscal y sobre todo la convicción de Milei para sostenerlo aun pagando "costos políticos" importantes. Los inversores están respondiendo, comprando papeles argentinos y haciendo subir su cotización. El veranito financiero ya se ha convertido en una tendencia firme que continuará sino surgen problemas políticos.
- Empezó a funcionar el RIGI y el primero fue en Las Heras. El régimen de incentivos a las grandes inversiones (mas de U$S 200 millones) esta comenzando a desplegarse principalmente en energía, gas, petróleo, renovables y minería. El parque solar de Las Heras es un ejemplo de la cantidad de inversiones que se podrán captar en los próximos años. Ya no se trata de finanzas sino de economía real, de "enterrar" plata en el país pensando en el largo plazo. Vale a la aclaración que el régimen tiene beneficios importantes, algunos lo consideran excesivos, para las empresas, que de alguna manera compensan la desconfianza histórica en el país e incluso el hecho de que todavía existe cepo en especial para girar dividendos al exterior.
- Bajan las tasas de interés. El Banco Central bajó la tasa de política monetaria de 40% a 35% TNA . Según reza la comunicación oficial "La decisión del BCRA se fundamenta en consideración del contexto de liquidez, de la baja observada en las expectativas de inflación manifestadas tanto en el REM como en los niveles implícitos en el mercado secundario de títulos, y en el afianzamiento del ancla fiscal". La baja debería traducirse en una mejora en las condiciones de créditos para las empresas y familias. Un éxito del gobierno no haber apostado a subir las tasas como política antinflacionaria (tal como impone la receta tradicional del FMI) sino todo lo contrario. Recordemos que el año pasado era imposible tomar créditos a menos del 100% anual excepto algunos subsidiados de bancos oficiales. Para quienes tomaron créditos el año pasado (aunque sea a una cuota fija) sería muy beneficioso consultar si pueden tomar un nuevo crédito a tasas mas bajas y cancelar el anterior ya que los ahorros pueden ser muy significativos.
Lo peor
- Según Milei vamos a un régimen de "moneda apreciada". El Presidente explicó que los sectores de oil & gas, el campo, la minería y los servicios asociados tienen un enorme futuro y que habrá un fuerte ingreso de dólares para inversiones en estos sectores, lo que hará apreciar el peso. ¡Bienvenidos! Pero, ¿qué pasará con el resto de la economía? El turismo receptivo por ejemplo, gran generador de empleo y actividad para empresas medianas y pequeñas ya está sufriendo las consecuencias. Lo mismo ocurrirá con muchas empresas de las economías regionales que no sean de la pampa húmeda y las que producen las pocas manufacturas que hoy exportamos. ¿Alcanzarán las mejoras que puedan generar en productividad y costos las empresas para compensar los altos costos en dólares producto del dólar barato? La experiencia indica que es muy difícil. Una gran parte de la economía argentina esta expuesta al riesgo de no poder competir, no por su propia ineficacia, sino por un modelo macro donde ingresan dólares por grandes inversiones concentradas en pocos sectores, que aprecian el peso y le restan competitividad al resto. En una época este fenómeno se conoció como la enfermedad holandesa. Este artículo del FMI lo explica corta y sencillamente.
- ¿Y Mendoza?, ¿será ganadora o perdedora en este nuevo modelo que pronostica el Presidente? Veamos: no tiene ventajas comparativas en petróleo y gas y su minería esta recién arrancando 15 años después que San Juan. En estos sectores corremos con desventaja. Su base económica tradicional agrícola y agroindustrial, especialmente pero no solo el vino, esta basado en la generación de productos de alto valor agregado y diferenciados en mercados globales muy competitivos y de rentabilidad baja. El dólar barato claramente nos va a afectar. Mas aún si agregamos que las inversiones en conectividad e infraestructura que debería encarar u organizar el Gobierno Nacional todavía no arrancan. Nuestra gran ventaja comparativa, que es estar ubicados en el lugar óptimo para ser el segundo canal de Panamá, tiene su infraestructura colapsada. Tenemos altos costos logísticos con puertos y rutas nacionales destrozadas. Por supuesto que si la macro mejora habrá oportunidades, pero la primera mirada indica que tendremos que trabajar mucho, rápido y muy bien, para que Mendoza se pueda subir al modelo que imagina Milei.
- Milei despistado en relaciones internacionales. Mientras por un lado se muestra firme en sus convicciones económicas por otro lado es fluctuante e incompresible en su manejo de las relaciones internacionales. Más allá de los dimes y diretes sobre cómo ocurrió el despido de la Canciller por un voto en Naciones Unidas, todo el evento fue un papelón para el país. Por momentos el Presidente parece manejarse más por prejuicios, caprichos y enojos que de la manera profesional que le exige su cargo. Exige "obediencia debida" para los funcionarios de la Cancillería pero él mismo cambia de opinión abruptamente en temas fundamentales. Como ejemplo más visible está nada menos que el de China, que pasó de ser en la consideración presidencial un país comunista con el que no se negocia, a otro que " lo sorprendió gratamente y que lo único que quiere es que no lo molesten". O el caso de Brasil nuestro principal socio estratégico con el que debemos acordar nada menos que el acuerdo con la Unión Europea, por ejemplo, con el cual estamos manejándonos con insultos y bravatas. ¿Los profesionales de carrera deberían pedir instrucciones todos los meses para saber si "en cada momento queremos o dejamos de querer a un determinado país" ? Un error no forzado que ojalá el gobierno pueda corregir.