El contexto internacional y la situación de los proveedores que también fabrican dólares y euros tendría consecuencias en el país.
Por qué está en riesgo la impresión del billete de mil pesos
A la suma de problemas económicos que tiene el país se suma una novedad: podría haber faltante de los insumos con los que se imprime el billete de mil pesos.
Según publicó este viernes La Nación, el problema tiene varios orígenes. Algunos de ellos son la emisión excesiva y la devaluación del peso, pero también se suma un factor de corte internacional: uno de los proveedores de insumos en Argentina, fabrica también dólares. En el contexto actual por la guerra entre Rusia y Ucrania, entre otros aspectos, aumentó la impresión de billetes en Europa y Estados Unidos por lo tanto los proveedores no alcanzarían a cubrir toda la demanda.
Según diversos especialistas, la provisión de un insumo clave para la fabricación de billetes podría traer dificultades para abastecer los cajeros automáticos en junio, con el pago del aguinaldo. Fuentes oficiales, en cambio, lo descartan. Sostienen que el país tiene stocks y plazos de entrega firmes.
Esta situación comenzó en 2016 cuando el por entonces presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, lanzó una nueva línea de billetes con animales que incluía al billete de mil pesos. El del hornero se convirtió en el de mayor poder cancelatorio.
Por tal motivo, el Central decidió que este billete debía tener elementos de seguridad a la altura de las principales monedas del mundo. Entre ellos un hilo de seguridad tipo banda "aventanillada" que lo recurre. Esta aplicación es una versión parecida a la que tienen los billetes de cien dólares.
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El hilo de seguridad del hornero se llama Rapid, lo fabrica una empresa sueca llamada Crane Currency y el valor por kilómetro de este hilo es de US$112,80
El problema es que la inflación argentina afectó la relación con el proveedor sueco. Cuando el billete del horneo salió a la calle equivalía a US$60, pero ahora cuesta menos de US$5.
A pesar de esta situación, el país mantuvo esta medida de seguridad, requiriendo cada vez más papel, tinta y kilómetros de hilo de seguridad, aunque también en el resto del mundo la demanda de billetes subió, impulsado también por la pandemia.
Finalmente el problema terminó de instalarse a fines del año pasado cuando la Casa de Moneda lanzó dos licitaciones para comprar papel para imprimir el hornero. Este insumo incluía el hilo y fue en escenario que Argentina entró en un cuello de botella con la firma sueca.
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