Es parte de un debate que se encendió por estas horas en Estados Unidos, a partir de declaraciones del principal portavoz del gobierno en materia de salud pública. Las botellas de bebidas alcohólicas podrían tener carteles de advertencia sobre los riesgos de su consumo.
El vino podría tener advertencias de cáncer como los cigarrillos
El reciente anuncio del cirujano general de Estados Unidos, el doctor Vivek Murthy, principal portavoz del gobierno federal en temas de salud pública, encendió una fuerte polémica en torno a los riesgos asociados al consumo de alcohol.
Entre las propuestas más controvertidas que realizó, se encuentra la posibilidad de que las bebidas alcohólicas lleven etiquetas de advertencia similares a las de los cigarrillos, alertando sobre el riesgo de desarrollar cáncer. Para Mendoza, el corazón de la industria vitivinícola argentina, esta idea es mucho más que una simple discusión sanitaria.
Murthy sustenta su propuesta en investigaciones recientes que vinculan el consumo de alcohol, incluso moderado, con al menos siete tipos de cáncer, como el de mama, hígado y boca. Según los datos presentados, el alcohol es la tercera causa prevenible de cáncer en Estados Unidos, después del tabaco y la obesidad. Sin embargo, el debate se torna especialmente delicado cuando se pone el foco en el vino, una bebida que durante años ha sido promocionada como parte de un estilo de vida saludable y como un potencial aliado del sistema cardiovascular.
Durante años, se ha argumentado que una copa de vino al día puede tener beneficios para el corazón, gracias a compuestos como los polifenoles presentes en el tinto. Sin embargo, estudios recientes citados por el doctor Murthy y medios internacionales, como The New York Times, rechazan esta idea. Los nuevos datos sugieren que incluso consumos moderados de alcohol incrementan el riesgo general de mortalidad, incluyendo enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Además, investigaciones detallan que el alcohol, al descomponerse en el organismo, genera acetaldehído, una sustancia química que daña el ADN celular y puede desencadenar tumores malignos. "Los datos no respaldan la idea de que beber dentro de los límites actuales sea completamente seguro para el riesgo de cáncer", afirmó Murthy en declaraciones recogidas por The Washington Post.
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