A 20 años del "corralito", en una entrevista el ex ministro de Economía consideró que el problema no estuvo en la medida concreta, sino en la pesificación.
Cavallo afirma que si seguía la convertibilidad, el dólar estaría hoy a $5
En una entrevista al diario Perfil, el ex ministro de Economía de la nación, Domingo Cavallo, señaló que si mantenía la convertibilidad, el dólar estaría hoy a $5 y no a $200.
A 20 años anuncio de el "corralito", considera que el problema no estuvo en la medida concreta, sino en la pesificación. Cree que dejó una economía ordenada y que lo que siguió, aun hasta hoy, fue una suma de factores que se cristalizan en el control de precios y el cepo. Aun así, existe la posibilidad de llegar a 2023 con inflación del 60% sin hacer lo que considera que son reformas estructurales indispensables.
"Me aflige que lo que decidí el 3 de diciembre fue luego mal utilizado desde que nos sacaron a Fernando de la Rúa y a mí del gobierno. Lo transformaron en un pandemónium. Lo del 3 de diciembre, lo que se denominó el corralito, fue una restricción para retirar efectivo de los bancos. Pero la gente tenía disponibilidad de todo el resto de los ahorros por tarjeta de débito o por cheque. No se le desvalorizaban los ahorros", comenzó la entrevista a Perfil.
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Además, señaló que "como había un movimiento para producir lo que luego se llamó la pesificación, una avivada de los endeudados en dólares para sacarse de arriba las deudas y ponerlas sobre las espaldas de los ahorristas, la decisión fue tergiversada. Llamaron "corralón" a las decisiones de Eduardo Duhalde en enero de 2002, simplemente para emparentarlo con el corralito. Pero no tuvo nada que ver. Fue una utilización aviesa, malvada, de las disposiciones de diciembre. Justamente, el corralito fue para evitar lo que finalmente hicieron. Tuvieron que sacarnos al presidente y a mí para hacerlo".
"Cuando hay corridas bancarias, en todos los países del mundo se pone alguna restricción al retiro de depósitos. Hubo restricciones de este tipo en muchas oportunidades. El sistema de banca fraccionaria corre siempre el riesgo de que la gente quiera extraer más depósitos de lo que los bancos tienen como reserva", agregó.
También contó que "el día anterior al corralito se había logrado reestructurar más del 50% de la deuda, alargando en tres años los plazos y bajando al 7% las tasas de interés, que en algún momento habían llegado a ser casi del 14%. Un canje de los bonos por un préstamo garantizado al gobierno, garantizado por la recaudación del impuesto al cheque".
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"Nos daba a su vez un mecanismo para que en poco tiempo más, menos de 90 días, poder reestructurar todo el resto de la deuda que no había participado en ese canje. Teníamos los instrumentos para hacerlo. Esa reestructuración ordenada fue diseñada por Jacob Frenkel y Horacio Liendo. Había sido sugerida por John Taylor y la gente del Fondo Monetario. Daniel Marx quedó ofendido porque no participó de eso. Pero no tenía una idea de cómo hacerlo. Daniel Marx, con el jefe de Gabinete, con Chrystian Colombo, querían que me fuera del ministerio. Posiblemente quería asumir él como ministro. Si me hubiera ido y asumía él, lo habrían tomado a él de chivo expiatorio. Como me sucedió a mí".
Luego indicó que "si terminábamos la reestructuración de la deuda, la factura de intereses de la Nación y las provincias, que había sido de casi 12 mil millones de dólares en el año 2001, habría bajado a menos de la mitad. Calculábamos 5.500. Ya habíamos logrado con la primera etapa una rebaja de más de 2 mil millones de dólares. Con esa rebaja, estábamos en déficit cero. Todo el déficit del año 2001 fue por los intereses. El Fondo Monetario Internacional habría desembolsado una cantidad de dinero que nos había prometido. Habríamos tenido liquidez en el sistema bancario como para levantar la restricción. La economía se habría normalizado. A seis meses, se habría revertido la recesión, porque los precios internacionales empezaron a subir enormemente. Si no se hubieran adoptado las decisiones de enero de 2002 de destruir la convertibilidad, de pesificar compulsivamente, Argentina en los años siguientes hubiera tenido un crecimiento tanto o mayor por efecto de los precios internacionales. Con una gran ventaja, hubiera sido sin destruir la base contractual de la economía, sin reintroducir la inflación y manteniendo organizada la economía, que se desorganizó totalmente".