La joven cuenta su experiencia y ascenso en el mundo de la Web3.
CryptoChica, la influencer mendocina referente del mundo cripto de LATAM
Casi de casualidad, Romina Sejas descubrió las criptomonedas a través de un amigo. Muy pronto, entendió su utilidad y que le podrían servir para su vida cotidiana. Lo que no imaginó, es que le cambiarían la vida.
Esta mendocina de 30 años, oriunda de La Colonia, Junín, terminó trabajando en Web3, pero no con la especulación del trading sino gracias a la difusión y divulgación de contenidos y a su participación en proyectos educativos y de consultoría.
En muy poco tiempo, se hizo un nombre y se transformó en una referente de fama nacional e internacional en el mundo cripto y en la comunidad de Ethereum, la plataforma de contratos inteligentes (smart contracts) cuya criptomoneda es Ether, la más fuerte e importante después de Bitcoin.
Con nombre de heroína, Romina es CryptoChica en el ámbito de las criptomonedas, una reconocida influencer, que además viaja y da charlas por el mundo.
Así fue como en estos días, volvió a su tierra para participar de Mendoza Innova, la jornada sobre innovación tecnológica e inteligencia artificial que organizó la Universidad Champagnat, en el Teatro Independencia.
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"En 2018, un amigo con el que fui a comer una pizza me contó lo que era bitcoin, pero no la parte especulativa del trading sino cómo funcionaba, que operaba sobre una blockchain o cadena de bloques y que con las criptomonedas podía transferir dinero en el momento, a cualquier hora, por internet", arrancó CryptoChica, en una charla mano a mano con Mendoza Post.
Aquel amigo le explicó las ventajas de la cadena de bloques: que no se podía manipular por que la información de las transacciones no estaba en un solo servidor sino en una red de servidores, por lo que cualquier cambio en uno sería detectado por el resto; que permitía que las criptomonedas se transfieran de persona a persona, en el acto y sin intermediarios, y que todo funcionaba automáticamente porque hay códigos de programación que hacen este trabajo.
"Para mi eso tuvo mucho sentido -continuó CryptoChica- porque en ese tiempo el dinero en efectivo era el rey y yo vivía en La Colonia, donde hay un solo cajero automático que casi nunca tenía plata, por lo que me tenía que organizar para cobrarle la pensión a mi mamá, yendo a la ciudad de San Martín o a la ciudad de Mendoza, cuando iba a estudiar a la facultad".
"El QR, Mercado Pago o Modo no estaban difundidos, recién se estaban armando y los negocios no tenían la gimnasia de cobrar con múltiples medio de pago. Fue ahí que pensé que era muy bueno que existiera algo que te permitiera hacer un pago sin tener que depender del banco, y aclaro, que yo no tengo nada contra los bancos. Pero hay muchas partes del mundo en donde no hay bancarización, pero sí hay internet, y esto permite que las criptomonedas sean de gran utilidad".
Y aunque en la Argentina, al día de hoy se ha masificado el pago y transferencias electrónicas usando estas aplicaciones, a través de servicios con intermediarios, ya sean bancarios o de billeteras virtuales, para CryptoChica "las criptomonedas aún son una forma de darle a las personas una herramienta más para manejar sus finanzas personales como ellas quieran. Mientras más posibilidades tengamos, más libres somos".
El descubrimiento de las criptomonedas motivó a CryptoChica a buscar más. Investigó, aprendió y dio con gente que estaba en ese ambiente: "Yo estaba en muchos grupos cripto, en las comunidades en Discord, en Telegram y siempre ayudaba a otros en lo poco que sabía, por ejemplo, a cómo descargar una wallet, etc; y fue así como obtuve mi primer trabajo. En un momento, me ofrecieron ser creadora de contenidos para una wallet argentina que se estaba creando y ahí se me abrió un panorama muy grande".
Tan grande fue el panorama que se abrió para CriptoChica que hoy integra algunas de las principales comunidades cripto en Latinoamérica como SEED Latam y Eth Kipu.
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"SEED Latam, quiere decir Soberanía, Educación, Evolución y Descentralización Latinoamérica y es una comunidad como lo fueron en su momento las comunidades de Linux o de software libre, en la que nos dedicamos a ayudar a otras personas".
Contó además que "por esta labor que hacemos podemos cobrar porque hay mucha gente que está interesada en que esto suceda. Entonces, como vos vas a educar, hay gente que te da un presupuesto, un subsidio, para que lo puedas hacer posible".
Sobre la nueva comunidad de Eth Kipu, relacionada con Ethereum, CriptoChica explicó: "La fundamos hace un mes porque nos dimos cuenta de que somos un montón de gente desperdigada por Latinoamérica. Entonces dijimos: ¿Por qué no nos juntamos y vamos para un mismo lado? Así, todos enseñamos y nos apoyamos entre nosotros porque si no, son esfuerzos aislados que no sirven. Y así es como creamos Eth Kipu y pusimos un equipo en acción".
Aquí entra en juego un factor clave para comprender la dinámica y los valores en el mundo de las criptomonedas. Al fundar Eth Kipu, la comunidad no tuvo que pedirle un permiso especial a la plataforma Ethereum para utilizar el nombre.
Ella lo explica: "Uno de los valores de la Fundación Ethereum es la colaboración, por lo tanto, no se trabaja desde la competencia. Se va construyendo de una forma más horizontal, no hay una bajada de línea. El concepto es que todo esto es open source, es abierto, por lo que si vos querés crear una comunidad en tu ciudad o en tu pueblo, podés hacerlo".
Con Eth Kipu "lo que buscamos es aunar los esfuerzos de las comunidades regionales, poner el foco en la educación y en generar contenidos".