La medida del Banco Central generará un impacto en el costo para el consumo.
Con la suba de las tasas de interés, esto costará refinanciar las tarjetas
La última suba de las tasas de interés, decidida el jueves por el Banco Central, tendrá un impacto en el costo para el consumo. Por lo tanto, se encarecerá el financiamiento con las tarjetas de crédito y también las cuotas del "Ahora 12", que ya había tenido un fuerte incremento hace algunas semanas. En disminución de las inversiones en dólares.
Para pasar en limpio, desde ahora, la tasa efectiva anual de los plazos fijos pasa a 107,1% equivale a un dólar contado con liqui o MEP de unos $600 para septiembre de 2023.
Cuánto cuesta patear el gasto con las tarjetas
Tras el nuevo retoque, el costo financiero total para postergar el pago de la tarjeta pasó al 132% anual (77% nominal anual y 111% efectivo anual). Es casi imposible que los sueldos crezcan al 132% anual, para ponerse en equivalencia con el costo que cobran las tarjetas si solamente se abona el mínimo.
El costo financiero total para postergar el pago de la tarjeta pasó al 132% anual.
"Ahora 12"
A diferencia de lo que ocurría, hace más de una década, cuando fue creado, el sistema del "Ahora 12" ya no significa comprar a 0% de interés. El costo financiero, ya subió al 97,8% anual, en línea con la inflación de los últimos 12 meses, también con las mejoras salariales. Pero lógicamente ya no es "gratuito".
Con la actualización, lo más probable es que el Costo Financiero Total, supere al 100%. La secretaría de comercio en la última resolución afirma: "Las nuevas tasas directas se harán efectivas a partir del quinto día hábil posterior al día que el Banco Central de la República Argentina modifique la tasa de referencia", según el Boletín oficial publicado en mayo de este año.
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El costo financiero, ya subió al 97,8% anual, en línea con la inflación de los últimos 12 meses.
El nivel de consumo tendrá impacto debido a la subas de los costos por una doble vía. Una, por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios que pierden inevitablemente ante la suba de precios y otra por que las cuotas quedan cada vez más lejos de lo que un asalariado puede abonar.
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