El economista Gustavo Reyes presentó un informe comparando los tres gobiernos con hiperinflación y la situación actual de Argentina.
Comparaciones de las tres hiperinflaciones que vivió la Argentina
Con un inflación actual que se mantiene alta e incontrolable es posible recordar las grandes crisis financieras que vivió la Argentina en 1975, 1985 y 1989 que dejaron un marca. La población teme volver a pasar por lo mismo.
Un estudio del economista Gustavo Reyes, del Ieral de la Fundación Mediterránea publicado por Infobae, aseguró que hay muchas coincidencias en los errores que se cometió en el "Rodrigazo" de 1975, el pico de inflación de mediados de 1985, previo al lanzamiento del Plan Austral, y la hiperinflación de 1989, cuando el aumento de los precios minoristas rozó el 200% mensual.
Una de las cosas en común que tienen las tres hiperinflaciones es que en las tres el gobierno gastó más allá de sus recursos, es decir, gastó más plata de la que ingresaba a las arcas del Estado.
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El economista aseguró que la situación actual del país es inquietante y comentó: "La economía se encuentra prácticamente estancada", además señaló que hay varias similitudes de la actualidad que coinciden con la previa situación a la hiper de 1989.
"El Banco Central cuenta con muy pocas reservas propias, el índice de Confianza en el Gobierno continúa cayendo, se registraron fuertes caídas en los precios de los bonos ajustados por CER anticipando posibles problemas de financiamiento, el proceso de huida del dinero doméstico (pesos) continúa acelerándose y crece considerablemente el grado de indexación en la economía" explica en la parte del informe.
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Cada uno de los episodios estudiados la deuda pública alcanzó su punto máximo durante el año previo a la hiperinflación, dejando al gobierno sin la posibilidad de seguir financiando, es decir al gobierno cada vez le cuesta más conseguir fondos a través del mercado de la deuda.
En los tres casos los gobiernos obtuvieron una deuda que se les hizo difícil de afrontar. El Banco Central mantuvo controles cambiarios e intentó calmar la dinámica de los precios devaluando el dólar oficial a un ritmo menor que la inflación.
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Actualmente la Argentina tiene superávit de cuenta corriente, aunque ahí el grueso del mérito es del sector privado, que acomoda el déficit fiscal del sector público, aunque el déficit actual es considerablemente menor a los registrados en la previa 1984 y 1988, dos de las tres híper relevadas.
Los 15 indicadores relevados, solo 4 son positivos respecto de los momentos previos de los episodios hiperinflacionarios, aunque "de vital importancia, ya que el menor desequilibrio fiscal es sumamente relevante, los buenos precios externos ayudan a consolidar tanto las cuentas públicas como las externas y el pequeño margen de acción que tiene el Banco Central con las reservas brutas también puede aportar positivamente aunque solamente en el cortísimo plazo", explicó el economista.
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