El economista Gustavo Reyes habla del riesgo país, del precio del dólar y de lo que vendrá el año que viene.
Cómo seguirá la inflación en 2025 y quiénes son sus dos principales enemigos
La semana pasada se anotó una novedad económica impactante: después de muchos años, la Argentina logró bajar el riesgo país por debajo de los 1.000 puntos básicos. Este índice es el que permite a los países acceder o no a créditos internacionales. Pero, además, es un signo de confianza desde los mercados internacionales hacia la política económica nacional.
Por otro lado, el precio del dólar no se ha disparado en medio de debates sobre si su valor está sostenido artificialmente o atrasado, y la inflación ya logró perforar el piso del 4% mensual y va por terminar el año por debajo del 3%.
Ante este panorama, Mendoza Post habló con el economista mendocino Gustavo Reyes que le espera a la Argentina en 2025.
El riesgo país perforó el piso de los 1.000 puntos. ¿Cuánto de trascendente es para la economía argentina que ese hito se haya alcanzado?
Es importante, pero hay que ver la trayectoria. Por un lado, es irrelevante respecto a lo importante, que es conseguir financiamiento en el exterior. Hoy la Argentina no necesita financiamiento, pero si necesita nuevo financiamiento para lo que se llama el roll over de su deuda.
El año que viene vencen unos 12 mil millones de dólares de capital y poder refinanciar eso en mercados internacionales sería muy importante. Para eso se necesita no solo que la prima de riesgo haya caído por debajo de los mil puntos como ha sucedido ahora, sino que además baje a menos de 700 puntos. La buena noticia es que estamos más cerca, la mala noticia es que todavía falta.
La otra buena noticia es que eso se ha dado en un mes de octubre un poco complicado a nivel internacional. El escenario de septiembre era muy bueno porque el dólar estaba bajando en todos lados, la plata volvía a los países emergentes, Estados Unidos había bajado la tasa de interés, entonces era un escenario muy bueno y sobre todo porque eso se reflejaba en mayores precios de commodities.
Bueno, ahora con la guerra de Irán contra Israel ese panorama cambió, la tasa de interés de largo plazo de Estados Unidos empezó a subir y el dólar empezó a aumentar en todos lados, se lo puede ver acá en Chile, en Brasil, en México y con respecto al euro también se fortaleció.
Esto ocurrió porque el mundo se volvió más riesgoso con la guerra, las bolsas cayeron, el dólar aumentó en todo el mundo y en ese escenario, que haya bajado la prima del riesgo país argentina es una buena noticia.
Pero repito, acá lo relevante es si podemos conseguir el roll over de la deuda y por supuesto que estar por debajo de 1.000 puntos es mucho mejor que estar en 1.500 pero necesitamos que baje mucho más y todavía falta.
¿El roll over es lo que comúnmente llamamos refinanciación cuando tenemos un préstamo?
Claro, claro, son bonos, pero pensemos que nosotros le debemos al banco A, entonces vamos al banco B, le pedimos un préstamo y con eso le pagamos al banco A. Entonces, no es que la deuda aumentó, sino que antes le debíamos a un banco y ahora le debemos a otro.
Hoy Argentina no necesita financiamiento porque por suerte las cuentas fiscales están equilibradas y eso es un avance enorme, pero si tiene que afrontar los vencimientos de deuda del año que viene y si no tiene acceso a los mercados internacionales lo debe afrontar con sus propias reservas del Banco Central.
Y ya sabemos que las reservas no están bien y aunque hayan aumentado mucho, aún siguen siendo negativas, por lo que al momento que haya que pagar estos vencimientos, si estamos por debajo de los 700 puntos de riesgo país estamos bien, sino tendremos que ir a usar las reservas.
¿Si no estamos debajo de los 700 puntos no hay roll over porque nadie nos presta?
Es muy difícil porque es un poquito caro tomar deuda a esas tasas, si estamos en 800 puntos de riesgo país alguien nos puede prestar, pero es un poco caro. Pensemos que la tasa del riesgo país es la sobretasa que pagamos por ser riesgosos.
Si hoy Estados Unidos toma deuda a 10 años al 4,1% de interés anual y nosotros estamos en 1.000 puntos de riesgo país, esos 1.000 puntos son igual a una sobretasa del 10% sobre la tasa norteamericana por lo que podríamos tomar préstamos a una tasa del 14,1% como mínimo. Y una tasa al 14% o 15% en dólares es una tasa de interés difícil de afrontar, ese es el problema.
¿La cotización del dólar está atrasada en nuestro país o durante este año el mercado tuvo demasiadas expectativas y al final el precio del dólar encontró su lugar?
Hay varias cosas ahí. Uno tiene esa sensación, sobre todo los mendocinos que vamos a Chile y compramos muchas cosas. Ahora, ¿qué compramos los mendocinos en Chile? Compramos tecnología y en este rubro, por poner uno de tantos ejemplos, Argentina no tiene ninguna ventaja competitiva, normalmente estos productos en Mendoza son caros.
Pero encima de ser normalmente caro si compramos tecnología aquí, además les ponemos muchísimos impuestos y entonces es lógico que en Chile sean bastantes más baratos que aquí porque allá no le ponen impuestos.
Chile en algunas cosas no es más barato que acá y en otras sí es mucho más barato. ¿Cómo saber entonces qué pasa con el dólar? Si uno mira la foto de hoy de la Argentina, no es una foto compatible con la del atraso cambiario.
Si uno mira los síntomas de una economía que tiene atraso cambiario, por empezar, el Banco Central tendría que estar subiendo la tasa de interés porque la gente estaría esperando que se devalúe el tipo de cambio y la economía tendría que estar entrando en recesión.
Bueno, hoy el Banco Central compró 1.500 millones de dólares, las tasas de interés están cayendo y la tasa que fija el Banco Central está cayendo, no están subiendo como sí ocurriría si hubiese un atraso con el tipo de cambio del dólar.
Si uno ve a futuro, las expectativas de devaluación del tipo de cambio están cayendo y la economía lentamente se está reactivando, es decir que está saliendo de la recesión, todos síntomas que no son propios de un dólar cuyo precio está atrasado.
Es más, si miramos las exportaciones, no las del agro que el año pasado fueron muy buenas y este año tienen que ser mejores, sino las exportaciones industriales, y no miremos los precios sino las cantidades vendidas, resulta que están subiendo fuertemente según lo informado por el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos)
¿No hay atraso cambiario, entonces estamos mucho mejor?
Bueno, dejame que avance un poquito en este sentido. Si a la economía le va bien, si la inflación sigue bajando y si la reactivación se convierte en crecimiento económico, que falta mucho para eso aún, si en algún momento pasa, tenemos que ver qué les pasó a todos los países que crecieron en forma sostenida.
¿Y qué pasó?
Los que crecieron en forma sostenida tienen más inversiones, demandan más trabajo, sube el salario, y cuando sube el salario baja el precio del dólar, lo que los economistas llamamos el precio del dólar real.
Frente a esto hay una relación inversa. Cuando el dólar está altísimo el poder adquisitivo de los salarios es bajísimo, y al revés cuando los salarios están altos, se cae el precio del dólar.
Y de hecho podemos pensar que cada vez que pasó eso en la Argentina, cuando bajó el dólar y subió mucho el salario, nos terminó yendo muy mal. ¿Y qué hicieron los países que tuvieron el mismo problema? Mejoraron la productividad.
¿Qué significa mejorar la productividad?
Que vendés más cosas que antes o lo mismo, ya sea con el precio más caro porque el producto es mejor que antes o bajando los costos para venderlo más barato. Esa es la forma en que crece el mundo.
El mundo no crece con dólares altísimos y salarios bajísimos, las economías productivas crecen con sueldos cada vez más altos y detrás de eso hay una mejora de productividad.
Entonces, si a la Argentina le sigue yendo bien vamos a eso, pero en ese mundo hay que hacer muchísimas tareas, tanto las empresas como el Gobierno. Las empresas tienen que hacer cosas que hace más de 20 años que no hacen.
¿Cómo cuáles?
Mirar los costos, mirar en que pueden mejorar sus productos. ¿Y por qué no lo hacían hasta ahora? Porque la inflación tapa todo, por ahí los podía ayudar más un negocio financiero, a lo mejor venía una devaluación y te salvaba todo.
Entonces, las empresas tienen que hacer mucho y el Gobierno también tiene que hacer mucho, incluidos los gobiernos provinciales. Una economía estable, con baja inflación, no es compatible con la logística y los impuestos que tenemos hoy, ni con retenciones muy fuertes, ni con el impuesto al cheque.
Tampoco es compatible con los impuestos provinciales que tienen todas las provincias, incluida Mendoza. Nuestra provincia viene bajando ingresos brutos y el impuesto a los sellos y eso está muy bien pero aún no es compatible con una economía que tenga una inflación muy baja.
Si miramos, los niveles de impuestos a los sellos e ingresos brutos respecto a toda la producción de Mendoza están prácticamente al doble de cuando Mendoza y la Argentina no tenían inflación, allá por los años 1997, 1998.
¿La tendencia de la inflación va a seguir a la baja? ¿No puede estar amenazada si se está comenzando a reactivar la economía?
No, no. ¿Nosotros esperamos para el año que viene? En la entrevista anterior que tuve con el Post hablamos que esperábamos un segundo semestre mejor que el primero porque no íbamos a tener tasas de inflación del 25% o caídas de ventas en términos reales de 30% porque esos datos surgían de comparaciones anuales ya consumadas cuando las comparaciones mensuales estaban dando una información distinta.
Es decir, la discusión estaba en si la actividad económica subía fuerte o gradualmente, pero estaba claro que iba a dejar de caer. Y como el combustible de la inflación es la emisión monetaria y esta se estaba frenando seguramente la inflación iba a caer y es lo que está pasando.
Y para el año que viene esperamos lo mismo, porque entre otras cosas el promedio de 2024 es muy malo. Pensemos en los peores pronósticos del mercado. El peor pronóstico lo tiene el FMI (Fondo Monetario Nacional) que dice que en 2025 vamos a tener una inflación del 45% y este año la inflación va a estar en el 120%. Es decir, que mirando el peor pronóstico para 2025, la inflación va a caer de un 120% que mediremos este año a un 45$ anual para el año que viene, muchísimo más baja.
La actividad económica va a caer este año entre un 3% y 4%, o sea que va a ser un -3% o un -4% por ciento promedios. Mientras que para el 2025, el pronóstico más conservador sobre la actividad económica apuntado por los especialistas y el Fondo dice que va a crecer un 3%.
Entonces, si este año te da -3% y el año que viene te da +3%, vamos a tener una mejora de 6 puntos en el PBI (Producto Bruto Interno). Claramente va a ser mejor porque vamos a tener mucho menos inflación, una economía que no se contrae, sino que se recupera.
Pero ojo, estamos en la Argentina por lo que hay riesgos. ¿Cuáles? Te doy dos: uno, claramente, es el riesgo político porque por un lado el Gobierno nacional sigue estando muy débil en el Congreso y tenemos un presidente (Javier Milei) que nunca se sabe con quién se va a pelear, mientras la oposición no colabora mucho.
Y el otro riesgo muy importante pasa por el mundo. Hasta septiembre las tasas de interés en el mundo venían bajando, el precio del dólar se debilitaba y las commodities se recuperaban. Bueno, con la guerra de Irán con Israel cambió todo. El dólar sube en todos lados, también la tasa de interés y las commodities están cayendo.
Por lo qué, en la medida que el Gobierno se mantenga con el programa económico, genere confianza y evite los problemas políticos; y por otro lado, los problemas del mundo no se nos vuelvan en contra, bueno, probablemente podamos tener un 2025 mucho mejor que el 2024.
¿Esto quiere decir que sea buenísimo? Nooo, porque venimos de una inflación altísima y una caída importante del nivel de actividad económica, y aunque la inflación seguiría siendo alta, no lo sería tanto como este año y el nivel de actividad económica empezaría a recuperarse.
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