El INV informó que por segundo año consecutivo se registró una merma. Cómo influyeron las inclemencias del tiempo, los aumentos y qué se espera de la próxima cosecha. Bodegueros mendocinos dan su punto de vista.
Cayó el consumo interno de vinos y se esperan subas de hasta 300%
La presente vendimia arrancó complicada por las contingencias climáticas como heladas tardías y granizo que afectaron zonas de producción vitivinícola en Mendoza y también de otras provincias donde se desarrolla la industria.
En este contexto, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) dio a conocer los datos de los despachos de vinos del año pasado, los cuales indican que durante el 2022, el consumo interno cayó el 1,3%.
Pero además, el dato preocupante es que diciembre del año pasado cerró con un descenso del 23,4%, justo durante el mes de las fiestas de fin de año cuando se supone que el consumo es mayor. Hay que agregar que la merma se da por segundo año consecutivo, porque el 2021 había cerrado con un resultado negativo del 11,1%.
Ver: Otra vez aumenta la carne en Mendoza y el asado roza los 2 mil pesos
Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina y del Fondo Vitivinícola habló con el Post y nos dio su análisis respecto a la baja en el consumo. "Creo que hay que ver varias cosas. La primera es que en el balance del año pasado, es prácticamente un balance de empate, lo cual es una buena performances. Pero, respecto de los meses de noviembre y diciembre, donde hubo una caída muy pronunciada, hay algunas situaciones a tener en cuenta", señaló.
"Por un lado hay que tener en cuenta el efecto helada, donde hubo, por parte de la bodega, una restricción de la oferta al mercado porque no sabía a qué precio iba a reponer, y una tendencia natural a la restricción porque no sabía a qué precio vender y vender más podía significar perder plata. Y el segundo factor, es el aumento de precios efectivo que le ha llegado al consumidor, que evidentemente no lo ha convalidado, porque la caída de volumen tiene que ver con eso. Y en tercer lugar la situación económica en general".
Agregó que en los últimos seis años, el consumo global cayó aproximadamente un 18%. "Es decir, Argentina consume 18% menos de sus consumos generales en el lapso de seis años, con lo cual tenemos un mercado general más chico. Entendemos que el futuro de los despachos van a tener que ver mucho con el precio, que ya en noviembre y diciembre no fueron convalidados por el consumidor", indicó.
De todos modos, Villanueva reconoció que en el número de la caída del consumo interno, hay situaciones de la propia actividad, a las que no quiso denominar como especulación, pero sí de acciones que miran el horizonte para ver cuál va a ser su valor de reposición ante una cosecha que viene muy a la caída. "Algunos estiman que podría ser una cosecha record hacia abajo. La última cosecha record hacia abajo fue en 2016-2017 con casi 17 millones y la gente cree que en esta oportunidad, por las condiciones climáticas, se puede llegar a perforar ese piso, entonces todo el mundo está pidiendo más precio por las uvas y las bodegas están recalculando cuánto es ese precio de uva en el vino y viendo si lo pueden trasladar al consumidor o no, tanto en el mercado interno como externo", explicó.
Bodega Boutique
Uno de los referentes del sector, Diego Stortini, propietario de Finca del Nunca Jamás, en Tunuyán, dijo a nuestro diario que, efectivamente hubo una caía en el consumo pero sobre todo en los productos de bajo valor que no tienen margen de sensibilidad en los precios. "Es decir, ante el aumento de precios, están sustituyendo el consumo por otras bebidas".
De todos modos, la bodega de Stortini se ubica en el segmento de alta gama, y según nos comentó, no han registrado mermas en despacho. "Al contrario, en nuestro caso hemos tenido un aumento interanual del 60% y entre diciembre y octubre el aumento fue muy alto", explicó.
Igualmente destacó que en enero siempre cae el consumo, pero no por una cuestión de precio, si no por estacionalidad. "Sí es cierto, que los productos de bajo precio están siendo desplazados por otros productos. Hoy producir una botella de vino de una calidad medianamente aceptable te cuesta $500 pesos, saliendo de bodega. Un vino medianamente premium sale de costo directo $750, es decir 4U$S oficial. A eso hay que cargarle impuestos, comercialización, logística, distribución, etc... esta es la base de la pirámide para el consumidor de vinos de entre $1.500 y $2.500", graficó.
Al igual que Villanueva, Sortini estima que este año, el aumento en el precio del vino va a ser atroz, porque la materia prima (uva) va a costar más. Y la bodega que no pueda trasladar el costo de la materia prima al consumidor, la verdad es que no sé cómo va a hacer para sobrevivir. El que compre a granel para fraccionar y vender tendrá un problema porque la materia prima va a tener una variabilidad del 300%. Ya se está hablando de que el aumento planificado de la uva y el vino será del 300%", concluyó.
Te puede interesar: Mapuches: Cambia Mendoza rechaza la cesión de tierras y pide definición al PJ