Un sitio experto dice que los inversores de BTC están al borde del abismo de la no rentabilidad pero que su precio está subvaluado.
Bitcoin dispara las alarmas con el precio perforando los 35 mil dólares
Las luces amarillas han vuelto a encenderse en el mundo cripto. Una vez más, Bitcoin enfrenta horas importantes en los que están en juego la fama y el temple que se ha forjado, luego de que anoche perforara el piso de cotización de los U$S 35.000, algo que no sucedía desde el 24 de febrero y que ocurrió en tres oportunidades más en lo que va del año, los días 20, 21 y 22 de enero pasado.
De hecho, Glassnode, el principal proveedor de datos y métricas blockchain, que procesa una poderosa cantidad de información volcada luego, en análisis semanales sobre el comportamiento del mercado de Bitcoin y las criptomonedas, confirmó esta semana las advertencias de precaución, aunque también dio cuenta de que el precio de BTC ya está subvaluado, respecto de lo que debería valer.
En su informe, Glassnode detalló: "Una gran proporción de los inversores de Bitcoin están mirando al abismo de mantener posiciones no rentables, creando la yesca potencial para un evento de capitulación muy discutido. Sin embargo, al mismo tiempo, numerosos indicadores macro a largo plazo, indican que están en juego niveles históricos de subvaluación, alcanzando valores que rara vez se ven fuera de los pisos del mercado bajista de etapa tardía".
Ver: Bitcoin y criptomonedas: ¿Un fenómeno de países pobres y en crisis?
El mismo sitio indicó en su paper que "el umbral de dolor" para Bitcoin se ubicaría "en U$S 33.600", piso que "pondría a casi todos los compradores del último ciclo de 16 meses en números rojos (siendo los compradores de los mínimos de mayo a julio de 2021 las únicas excepciones)".
Volviendo a nuestro análisis, a diferencia de las fuertes bajas de enero pasado, el contexto mundial que rodea hoy a Bitcoin es totalmente distinto. Nadie imaginaba en esos días, ni en sus peores sueños, una guerra en el centro de Europa con Rusia involucrada y amenazas serias de un ataque nuclear.
El contexto actual es el de una cruenta guerra que se prolonga e impacta en los recursos energéticos, agravando el arrastre inflacionario que ya se traía de la pandemia. Todo esto ha golpeado con dureza al mundo y por supuesto a las monedas digitales.
Es que la emisión de criptomonedas, la que se realiza a través del minado informático, insume altas cantidades de energía eléctrica.
Un informe de Statista, un sitio y centro de informes estadísticos internacional, da cuenta, citando a Bitcoin Electricity Consumption Index, que en 2021, la emisión y uso de Bitcoin consumió 143 teravatios/hora, que representa el 3,5% de lo que consumen los Estados Unidos.
Ahora bien, la energía eléctrica no se genera solo con centrales hidroeléctricas. Una importante porción de la electricidad del mundo se produce moviendo las centrales con gas. En Mendoza, por ejemplo, la Central Térmica de Luján de Cuyo, que produce una buena parte de la electricidad que consumimos, mueve sus turbinas con gas.
En Europa, después de la catástrofe de la central nuclear de Fukushima, en Japón, tras aquel terremoto que movió hasta el eje del planeta, se decidió cerrar las centrales nucleares y reemplazar esa energía usando gas, que compra casi en su totalidad a Rusia.
Con el estallido de la guerra, Europa ha tomado partido por Ucrania y sancionando duramente a Rusia, que a modo de advertencia ya le cortó el gas a dos países europeos.
Así las cosas, con los altos precios de la energía aumentando en Europa y en todo el mundo, la rentabilidad de los mineros de Bitcoin y del resto del planeta cripto está en aprietos.
Otro problema, fue el anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos, el jueves pasado, aumentando la tasa de interés que pagan los bonos del Tesoro norteamericano, lo que fue una palada más de tierra sobre Bitcoin, los criptoactivos y el mercado en general.
Ver: El mayor poseedor de Bitcoin, alerta y critica la devaluación del dólar
El aumento de la tasa del Tesoro tiene un efecto directo en la economía. Ante el riesgo de pérdidas económicas, los inversores huyen del mercado y se refugian en los bonos estadounidenses. El resultado es que hay menos plata circulando para hacer negocios y pedir prestado es más caro.
Esta dinámica golpeó negativamente a las criptomonedas el jueves pasado: Bitcoin anotaría una caída de casi el 10% en un día, llegando hasta los U$S 35.500.
El viernes y sábado siguió cayendo más suavemente, pero entrando en zona de emergencia al cotizar hasta los U$S 34.785 por unidad, una franja en donde empiezan a encenderse las luces de alerta.
Aunque el rey de las criptomonedas ha mostrado hasta ahora un sólido comportamiento en medio de la crisis mundial que se vive, la reacción no es caprichosa. Al fin y al cabo, la alta volatilidad de Bitcoin resulta ser su principal virtud, pero también su talón de Aquiles. Todos han visto el año pasado, como en dos oportunidades aumentó su cotización en un 100%, pero también fueron testigos de cómo perdió toda esa ganancia en apenas 30 o 40 días. Muchos hicieron jugosas ganancias y otros acusaron duras pérdidas.
Entramos así en una etapa en donde empiezan a volar por todos lados rumores cataclísmicos para los criptoactivos. Algunos autodenominados especialistas, decían en las últimas horas en canales de YouTube que Bitcoin podría caer hasta los U$S 18.000.
Estos oscuros presagios también se multiplicaron en el derrumbe de abril y mayo de 2021 y luego en otra fuerte caída en junio del mismo año, sin que terminaran haciéndose realidad.
Como explicamos hace dos domingos, la línea roja de Bitcoin está en los U$S 27.000, donde hay programadas un gran cúmulo de órdenes de ventas automáticas que se activarán sin intervención humana, en caso de que el precio toque esa cifra pudiendo ocasionar una corrida a la baja.
La última vez que Bitcoin cotizó levemente por debajo de los U$S 30.000 fue el 19 de julio del año pasado. Luego, los tres acercamientos a esas profundidades ocurrieron este año, pero por encima de los U$S 32.000 y siempre rebotaron al alza porque los inversores concluían que estaba demasiado barato.
Y aunque desde el análisis técnico del precio, el valor de Bitcoin pueda estar subvaluado o sobrevendido como suelen decir en el mercado, lo cierto es que el miedo sabe hacer estragos y demorar mejores tiempos.