Por decisión del ministro Luis Caputo, se pospuso la actualización de un impuesto que iba a elevar marcadamente el precio de los combustibles. Las tarifas tampoco subirán.
El Gobierno "patea" el aumento de gas, luz y nafta para evitar más inflación
El Gobierno dio marcha atrás con el aumento previsto en las tarifas de luz y gas, mientras que tampoco aplicará ajustes sobre el impuesto a los combustibles.
En el caso de los combustibles, el impuesto iba a actualizarse un 115% y el impacto en el surtidor iba a llegar al 18%. El litro de súper, con esa suba, iba a quedar por encima de $1.000.
El objetivo de postergar las medidas es evitar que haya presiones adicionales sobre el costo de vida. La desaceleración de la inflación es uno de los mayores orgullos del Gobierno, y el costo de vida suele aumentar más en estos meses debido a la estacionalidad (es decir, el mayor consumo por el invierno).
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La decisión se tomó, en principio, sólo para las tarifas de julio con la intención de sostener la recuperación del poder adquisitivo de la población.
La medida se establece para los consumos hogareños del mes que viene y, dependiendo de la fecha de facturación, en principio la mayoría de los usuarios lo pagarían en agosto.
A principio de este mes, el Gobierno modificó los topes de consumo máximos subsidiados y las bonificaciones sobre los precios mayoristas de energía eléctrica y gas natural para los usuarios N2 (ingresos bajos) y N3 (ingresos medios) de acuerdo al Período de Transición establecido por el Decreto N° 465/24.
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La medida marca el inicio de un proceso para para pasar de un régimen de subsidios generalizados a uno focalizado, en el cual el usuario puede conocer el costo del kW de energía eléctrica y m3 de gas natural que es idéntico para todos.
Asimismo, podrá determinar cuál es la asistencia que brinda el Estado a los usuarios según su capacidad de pago y que alcanza hasta un límite de consumo limitado mediante el reconocimiento de un pago menor (bonificación).