Así lo detallaron en el informe de "Perspectivas Económicas Globales" y asegura que Argentina se encuentra en quinto lugar de países con mayor crecimiento de la región.
El Banco Mundial prevé que la Argentina crecerá 2,6% en 2022
El Banco Mundial modificó hoy al alza las previsiones para la economía argentina para 2022, al ubicarla en 2,6%, seis décimas más que lo estimado en junio pasado.
El organismo publicó este martes su informe bianual de "Perspectivas Económicas Globales", en el cual estimó que tras una caída del 9,9% en 2020, la Argentina creció 10% en 2021, recuperando así su nivel previo a la pandemia.
El crecimiento del 10% también supera lo previsto en su informe anterior de junio pasado, donde la entidad había estimado una mejora del Producto Bruto Interno (PBI) del 6,4%.
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El número coloca a la Argentina como el quinto país con mayor crecimiento en 2021 en la región, luego de Guyana (21,2%), Perú (13,2%), Chile (11,8%) y Republica Dominicana (10,8%).
Para el año en curso, el organismo con sede en Washington estima un crecimiento del 2,6%, lo cual representa seis decimas más que la previsión anterior; mientras que para 2023 proyecta una expansión del 2,1%.
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"Se prevé que la economía argentina crezca un 2,6% en 2022, más de lo previamente proyectado, reflejando, parcialmente, el efecto arrastre del fuerte crecimiento de 2021", destaca el informe.
No obstante, con miras a las proyecciones para este año, advirtió que la "fuerte inflación" junto con las "políticas de controles de precios y las restricciones en los movimientos de capitales" contribuirán a "emblandecer el crecimiento de la inversión".
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Del mismo modo, estimó una caída en el consumo privado, a causa del "retiro del estímulo fiscal de asistencia a los hogares" que se implementó durante el pico de la pandemia.
Respecto a la región, se estima que Latinoamérica y el Caribe crecieron un 6,7% en 2021 (1,5% más que en la anterior proyección), impulsada sobre todo por las condiciones externas favorables (incluyendo los precios de las commodities) y, a partir de la segunda mitad del año, por el progreso en las campañas de vacunación -que abarcó a un 60% de la población a este mes a comparación del 15% de principios de julio-.
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Tanto el empleo como la participación laboral también presentaron una recuperación, aunque aún no alcanzaron los niveles previos a la pandemia, y, según subraya el Banco Mundial, las transferencias y la asistencia gubernamental fueron importantes para mantener parcialmente el nivel de vida.
Un fenómeno que atravesó la región fue la inflación que, "superó a las metas de los bancos centrales en la mayoría de los casos" y que refleja, según el informe, el rebote en la demanda, la suba en los precios internacionales de los alimentos y la energía; y, en algunos países, el efecto de la devaluación y la emisión.
Por su parte, señala que "partes de Argentina, Brasil, Chile y Paraguay atraviesan sus peores sequias en décadas, requiriendo, en algunos países, pasar a combustibles fósiles para producir energía en lugar de energías hidroeléctricas".
Para 2022, se prevé un crecimiento de 2,6% en el conjunto de países (3 décimas menos que en el anterior informe debido al mayor rebote de base en 2021), y un 2,7% en 2023, reflejando "una debilidad en la mejora del mercado laboral, una política macroeconómica más dura, menor demanda externa y menores precios en las commodities de metales y agricultura".
Además, subrayó que el crecimiento no será "lo suficientemente robusto" para revertir la caída estructural en el ingreso per cápita a comparación de las economías avanzadas: algunos países como Panamá, Honduras y Bolivia tendrán un PBI en 2022 10% o más por debajo de los niveles pre-pandemia.
Asimismo, el Banco Mundial condicionó la durabilidad de la recuperación al control de la pandemia, e indicó que la trayectoria económica de varios de los países es "incierta" debido a los próximos comicios electorales y la falta de consenso político en la agenda de reformas.
Respecto a Brasil, luego de un PBI que el Banco Mundial estima que creció 4,9% en 2021, se espera una "fuerte desaceleración" para este año a 1,4% (1,1% menos de lo que estimaba en el informe anterior) en una economía afectada por una menor confianza de los inversores.