Un Xeneize sacado sufrió un total de ocho expulsiones en la final del Trofeo de Campeones ante Racing: cinco futbolistas en el campo de juego, dos suplentes y el entrenador.
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Racing Club se quedó este domingo con el Trofeo de Campeones al superar a Boca Juniors en un partido que tuvo un final escandaloso, ya que el Xeneize sufrió un total de ocho expulsiones, cinco de ellas de futbolistas que todavía estaban en el campo de juego, motivo por el cual el árbitro Facundo Tello debió dar por terminado el encuentro ya que ningún equipo puede seguir jugando con menos de siete jugadores.
Todo empezó sobre el final del partido, cuando ya se habían cumplido los 90 minutos reglamentarios y con el 1 a 1 en el marcador la definición se estiraba a la prórroga de 30 minutos. Allí, los colombianos Johan Carbonero, de Racing, y Sebastián Villa, de Boca, tuvieron una discusión que terminó con empujones. La situación no pasó a mayores y una amonestación para cada uno hubiese estado bien, pero el árbitro decidió expulsar a ambos. Por los reclamos, también fue expulsado Hugo Ibarra, DT del Xeneize.
Así, tanto Boca como Racing tuvieron que salir a jugar el alargue con diez futbolistas, algo que podía complicar más a la Academia, que sumaba el cansancio de haber jugado entre semana.
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Apenas comenzado el alargue, a los 5 minutos, Alan Varela vio la segunda tarjeta amarilla por una falta innecesaria y así dejó al Xeneize con 9 jugadores.
Y en el final del partido, en tiempo cumplido, llegó el escándalo total. Carlos Alcaraz convirtió el segundo gol de Racing y festejó haciéndole señas a los hinchas de Boca, por lo que también vio la roja.
Pero las cosas no terminaron ahí. Las burlas del delantero de la Academia despertaron la furia de los jugadores del Xeneize, y tras una larga discusión y empujones de ambos lados, lo que derivó en las tarjetas rojas para Luis Advíncula y los suplentes Diego González y Carlos Zambrano. En el banco de Racing, fue expulsado Jonathan Galván.
Cuando el partido se reanudó, Frank Fabra le cometió una dura falta a Iván Pillud, lo que le valió la segunda amarilla y la expulsión, dejando a Boca en el límite reglamentario, con siete jugadores.
Mientras tanto, Darío Benedetto hacía gestos de que el árbitro estaba "comprado". Tello no lo vio, pero lo advirtieron desde el VAR y, tras revisar las imágenes, lo expulsó y dio por terminado el partido porque con menos de siete jugadores no se puede seguir.
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Así, Boca cerró un gran año desde lo deportivo y siendo el mejor equipo del 2022 de la peor manera, con sus jugadores sacados, con gestos desubicados y con una falta total de disciplina.