El sueño del pibe: cuánto pesan el talento y el trabajo para llegar a Primera

Jugar en la élite del fútbol es el sueño de millones de pibes cuyo primer juguete fue una pelota, pero para lograrlo hay que recorrer un duro camino en el que, muchas veces, el talento no alcanza. El análisis de Daniel Oldrá y Omar Vargas.

El sueño del pibe: cuánto pesan el talento y el trabajo para llegar a Primera

Según un informe elaborado por Fernando Bajo para TyC Sports en 2021, de cada 100 chicos que juegan en las inferiores de AFA, solamente llegan a Primera División entre uno y tres, una cifra más que elocuente para entender lo difícil que es cumplir "el sueño del pibe". Para conocer cómo es ese trayecto y cuál es la receta (si es que existe) para llegar a la élite, Mendoza Post habló con Daniel Oldrá, exfutbolista y actual coordinador de inferiores del Club Godoy Cruz, y Omar Vargas, exjugador y también padre de Matías Vargas, el ex Vélez que llegó a la selección argentina, jugó en Europa y actualmente se desempeña en la Superliga de China.

En términos técnicos, el camino de la mayoría de los jugadores comienza en las escuelitas de fútbol, ya sean barriales o de los propios clubes que preparan a los chicos desde los 4 años. Esta etapa es lúdica, para que los chicos se diviertan y no quemen etapas de golpe. A medida que van creciendo, empiezan a competir y a partir de los 12 o 13 años ya arrancan los primeros filtros para ver quién llega a jugar en lo que sería, según las categorías de AFA, una 9na División, para ir ascendiendo año a año hasta llegar a una Reserva y, de ahí, dar el salto a Primera División.

Relatado así, parece que sólo se trata de ir subiendo escalones, pero la realidad muestra que "es durísimo", según palabras del Gato Oldrá, quien explica que "por ahí a algunos chicos les detectás el talento de muy chiquitos y después son esos los que no terminan llegando".

Daniel Oldrá aseguró que el camino "es durísimo".

¿Por qué no llegan? El exdefensor del Tomba analiza que "hay un montón de situaciones, tenés que estar atrás del chico por cuestiones económicas, por el lugar de donde viene... El 80 por ciento de los talentosos tiene problemas. Es difícil encontrar un pibe talentoso, que tenga el potrero encima, que no tenga problemas: seguro es de padres separados, o el hermano está preso, o el papá, o están metidos en la droga... hay muchas situaciones que al tipo talentoso le pasan y los clubes buscan sacarlo de ahí, meterlo en una pensión, darle educación, comida, tenerlo todo el día en el club, contenido. Lo ideal es que en la mañana entrene y en la tarde vaya a la escuela, y si tenés una pensión podés darle las cuatro comidas para que en su desarrollo no tenga ningún problema".

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Por otro lado, Oldrá explica que hay muchos chicos que prácticamente no cuentan con apoyo familiar, no por desinterés, sino porque "por ahí trabajan todo el día y no se ven nunca. Los chicos llegan a la casa y comen lo que encuentran, o salen a la calle y se meten en la droga y no los sacás más. Hoy el cuidado tienen que ser mental, físico y de lo que el pibe coma a día a día".

Sobre el apoyo familiar, Omar Vargas nos contó su experiencia como papá del Monito, quien a los 13 años llamó la atención de Vélez, empezó viajando una vez al mes con edad de "prenovena" y al año siguiente, al sumarse a la 9na del Fortín, se fue a vivir a la pensión del club e hizo el recorrido completo hasta Primera División, cumpliendo el sueño de jugar en la selección nacional y en Europa.

  Omar Vargas y su hijo Matías, en el Malvinas Argentinas (foto: Diario UNO).  

"Tiene dos aristas", comienza diciendo el Mono, y explica que "una es el costado personal, sobre todo de las madres, que sufren mucho porque se te va tu hijo", y por otro lado está el rol de los clubes: "Los que invierten, como Vélez, que tienen todo muy aceitado, la formación, las pensiones son muy buenas, les dan de comer, tienen psicólogo, médico, escuela y no sólo te forman un futbolista, sino una persona". Vargas reconoce que "es muy difícil, porque se te va un hijo, pero todo lo demás es mucho más común, sucede desde hace años y tampoco es algo que no haya hecho nadie".

Cuánto hay de talento y cuánto de esfuerzo

"Talento tienen muchos, pero por ahí no tienen la constancia o la mentalidad. Quieren ver el final antes que la película, y ahí se equivocan, porque hay que ir de a poco, cada etapa la tenés que cumplir. A veces creen que si con 17 años no debutaron en Primera, se terminó, y eso ya no es así, son contados con una mano los que debutan a esa edad", considera Oldrá, quien se anima a asegurar que "yo le pongo más fichas al disciplinado que al talentoso", para graficar la importancia de tomarse en serio el objetivo de ser futbolista profesional.

Como ejemplo, menciona al mediocampista Fernando Zuqui, hoy en Estudiantes de La Plata: "Al principio le costaba un montón, pero era una computadora, no faltaba nunca al entrenamiento, vos le decías 'tenés que hacer esto, ir al gimnasio', y vos ibas a la tarde a la casa y estaba en el gimnasio. Esos son pocos. Y después Zuqui terminó jugando en Boca".

"Yo le digo a los pibes que le tienen que dar 10 años al fútbol para que después el fútbol te dé a vos. Algunos lo entienden y otros no. Al talentoso es muy difícil tenerlo, ahora si lo encontrás, tiene una familia que lo contiene y hace todo lo que hay que hacer, termina en Europa, como Ezequiel Bullaude", grafica el Gato sobre el joven futbolista que hoy milita en el Feyenoord de los Países Bajos.

Omar Vargas explica que "las dos cosas tienen que ir de la mano, sumado a la personalidad. El fútbol siempre se lleva por ejemplos que bajan desde arriba y hoy la vara está muy alta, con Cristiano Ronaldo y Messi sobre todo, que son supertalentosos pero a la vez tienen disciplina, entrenamiento, todo. Es imposible que un jugador de fútbol no llegue si tiene esos condimentos".

Además, el exfutbolista de Gimnasia, San Martín y la Asociación Atlética Luján de Cuyo, entre otros, agrega que "el deportista hoy es integral, no es solamente patear bien y cabecear bien, hoy tiene que tener desde chiquito una formación, que los clubes le van inculcando, hoy no se mide por el talento solo".

La inversión de los clubes

Invertir en las inferiores para los clubes no sólo significa la posibilidad de contar con jugadores para nutrir a su Primera División, sino también para luego poder venderlos y así sostener la estructura económica que implica tener un equipo en la máxima categoría de un país.

"Hoy se invierte mucho, en psicólogo, porque la calle no está fácil y el jugador sale de la calle. La situación económica y del país se ve en el club. Es difícil y hoy los clubes invierten muchísima guita, muchísima guita en los pibes porque tenés que darles de comer, esa es la realidad, si lo querés tener para el fútbol de élite, porque si comen mal, a los 16 o 17 empiezan con las lesiones y generalmente eso es porque comieron mal. A veces se te desmayan en un entrenamiento, no te dicen nada, pero después le cuentan al médico que llevan días comiendo pan con té".

De los pibes que juegan en inferiores de AFA, solo llega a Primera entre el 1 y el 3 por ciento.

"Nos ha pasado, invertir en un pibe y que se quede en el camino. Y nos va a seguir pasando", asegura Oldrá, y lamenta que "por ahí queremos nosotros, quiere el padre, quiere el club, quieren todos alrededor y el pibe no quiere. A los 16 años ya saben que juegan en Godoy Cruz, por ejemplo, y se les acerca todo el mundo, representantes que les llenan la cabeza, mujeres, después te faltan a entrenar porque se acuestan tarde, hay un montón de situaciones".

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Además, el Gato explica que mucha gente quiere salvarse con los pibes, no solamente la familia: "Van, lo buscan al padre y le llenan la cabeza, que lo van a llevar a Italia, a España, que no le den bola a los dirigentes del club, ni al técnico ni a los coordinadores... Después se lo llevan, el pibe no tiene la suerte y lo dejan tirado. De esos, hay un montón".

El rol de la familia

Como se dice siempre, cada familia es un mundo y cada una afronta las situaciones que le tocan como pueden. El fútbol es tan popular que "te encontrás de todo, desde el que tiene mucha plata al que no tiene para comer", explica Oldrá.

Desde su experiencia, Vargas cuenta que el apoyo de su familia fue "inculcándole cosas de a poquito, desde chiquitos, que sepan que es difícil, que hay que hacer méritos, esforzarse, sacrificarse, entrenar todos los días. Si llueve, si corre viento, si hace frío, no importa, hay que entrenar, hay que ir. Hay que respetar al técnico, a los dirigentes, prepararse para enfrentar al periodismo, un montón de cosas que hay que inculcarle al chico, no de entrada, pero sí a lo largo de este proceso que es de años".

Actualmente, el Monito Vargas juega en el Shanghai Port de la Superliga china.

Por último, el Mono agrega que "no hay que pensar que es un crack y ya está, pero tampoco que vaya a jugar solamente para divertirse. Si tiene condiciones naturales, hay que hacer un montón de otras cosas que hay que ir acompañando para formar lo que dije antes, un deportista integral, que eso tiene que ser hoy un jugador de Primera".

Para concluir, Vargas considera que es clave cómo se crían los chicos. "Yo dejé la escuela y me mandaron a trabajar, se inculcaba el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio, el camino era por ahí, hoy se han perdido muchas de esas cosas. Es muy complicado, es una carrera muy linda, con muchas opciones, pero no es solamente llegar y ser campeón".

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