El Ciclón buscaba ganar para aprovechar el empate de River y acercarse a la cima, pero empató sin goles frente al Fortín como visitante.
San Lorenzo igualó con Vélez y dejó pasar la chance de acercarse a River
Luego del empate de River ante Atlético Tucumán como visitante, San Lorenzo de Almagro tenía este sábado la chance de acortar distancias y quedar a tan solo cuatro puntos, pero no pudo con Vélez, igualó 0 a 0 en Liniers y sigue como único escolta a seis puntos del líder de la Liga Profesional.
Por lo visto en todo el desarrollo, el punto pareció conformar a los dos porque San Lorenzo (28 puntos), pese a no recortar la distancia tampoco le perdió pisada a River (34) en medio de un calendario pesado, y Vélez (16) resultó ileso mientras trata de reencontrar una buena versión con un equipo repleto de lesiones.
Vélez diagramó y ejecutó un partido con conocimiento de un rival que no se siente cómodo con la posesión de la pelota -está 15to. en las estadísticas de ese rubro- y que entrega espacios para la construcción de asociaciones oponentes, a la espera de una salida rápida con la conducción de Malcom Braida y Jalil Elías o Nahuel Barrios, por diferentes bandas.
En ese escenario, el conjunto de Ricardo Gareca, con varios valores jóvenes en el once, se hizo dueño de la pelota y buscó las vías para dañar el arco más invencible del campeonato custodiado por Augusto Batalla -llegó con sólo cinco tantos en contra-.
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San Lorenzo mejoró y rompió con la chatura del partido cuando Nahuel Barrios logró salirse del esquema defensivo velezano y se tiró a un costado para encontrarse con Malcom Braida. Es que el Perrito cuenta con algo que pocos tienen en la actualidad: quiebre de cintura y gambeta en el uno contra uno para sacarse a sus marcadores de encima con los frenos repentinos.
Justamente, Barrios aprovechó una diagonal y dejó a Andrés Vombergar de cara al gol, pero el esloveno continuó peleado con el arco. En esa desconfianza lógica del delantero carente de gritos, prefirió asistir a Adam Bareiro en offside cuando tenía remate ante un Gastón Gómez prácticamente entregado.
La polémica de la tarde se dio cuando el árbitro Hernán Mastrángelo le sancionó falta a Adam Bareiro en una disputa con Miguel Brizuela, que finalizó en gol y desde el sistema VAR, a cargo de Nicolás Lamolina, lo respaldaron, a pesar que no pareció un contacto suficiente como para anular la jugada.
La sensación que dejó el primer tiempo es que la eficacia sería la llave para abrir un encuentro friccionado, con choques e infracciones constantes, poco fútbol y sobre todo poco tiempo jugado y agregado por el árbitro.
El inicio del complemento, al menos hasta los 20 minutos, confirmó lo analizado a la conclusión de la etapa previa y, peor aún, agudizó la falta de conexiones entre las líneas ofensivas, por lo que ambos arqueros pasaron a ser testigos de lujo desde adentro de la cancha.
El primero que lo notó y movió el banco fue Rubén Darío Insúa, que mandó al campo a Gonzalo Luján e Iván Leguizamón para imprimirle velocidad en el lateral derecho del ataque a su equipo, castigado por una agenda apretada entre torneo local y Copa Sudamericana.
Vélez trató de reconstruir la memoria futbolera con la que comenzó el partido desde la dependencia absoluta del talento de Gianluca Prestianni, que en soledad se fabricó dos chances que se esfumaron en las manos de Augusto Batalla.
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La última fue para San Lorenzo, construcción perfecta y un centro aún mejor de Braida pero Leguizamón en vez de empujarla hacia el arco, ya sin resguardo, se la entregó al "Chila" Gómez, que sólo miraba la definición.
La expectativa de la previa, con un San Lorenzo peleando arriba y un Vélez que intenta renacer desde la llegada del Tigre Gareca no se cumplieron, sobre todo al correr el último cuarto de hora en el que ambos se conformaron con el punto para evitar heridas de un partido que, si bien no es un clásico, tiene historia y mucha pica entre los hinchas.