El Celeste se reforzó para disputar el Federal A y entre sus incorporaciones se destaca la llegada de un futbolista que viene de competir en una liga exótica y que se formó con un símbolo de la Selección argentina.
Jugó con un campeón mundial y llegó a Gutiérrez desde una liga exótica
Hay jugadores a los que el fútbol los lleva a lugares impensados, a los que nunca se imaginaron siquiera conocer en sus vidas, y terminan viviendo experiencias muy enriquecedoras tanto en lo personal como en lo profesional, y ese es el caso de uno de los flamantes refuerzos de Gutiérrez Sport Club para disputar el Federal A 2024.
Hizo inferiores en uno de los clubes más grandes del país, donde compartió con uno de los campeones del mundo en Qatar 2022, jugó en Primera División, recorrió el ascenso, pasó por Grecia y ahora llega al Celeste tras un breve paso por una exótica liga de Europa, en un país que lo volvió loco por el simple hecho de que todo funciona perfecto.
Se trata del volante ofensivo Lucas Comachi, oriundo de Santa Fe, quien se sumó al equipo de Pablo Jofré proveniente del FC Differdange 03, de la Primera División de Luxemburgo. Su carrera profesional comenzó en Colón, siguió en el ascenso (Unión de Sunchales, Cipolletti y Atlético San Jorge) y de allí surgió la oportunidad de pegar el salto a Europa, donde vistió la camiseta del Asteras Vlachioti, de Grecia.
Luego regresó al país para vestir las camisetas de Fénix, protagonizar un regreso a San Jorge, pasar por San Lorenzo de Alem y Central Norte y de allí, nuevamente a Europa, a Luxemburgo, donde disputó 10 partidos en el torneo doméstico y dos en la fase previa de la Conference League.
¿Cómo fue esa experiencia en una liga tan exótica para nosotros?
Mirá, la verdad es que fui ciego, porque había estado ya en Grecia, pero por ahí era una oportunidad linda, una Primera División, y la verdad es que fue muy lindo, el hecho de jugar en una competencia internacional como Conference League es algo que cualquier jugador sueña y más si tenés la posibilidad de estar en un torneo donde podés jugar la Champions, que creo que es lo máximo.
¿Cómo es la Liga de Luxemburgo?
Es un fútbol muy, muy diferente a este, porque es más táctico, es más... son como robots, digo yo cuando por ahí me preguntan, pero bueno, no deja de ser una experiencia hermosa. Faltan jugadores distintos, que gambeteen, pero son muy ordenados, hacen todo un laburo para ganar que por ejemplo, una vez nosotros íbamos ganando 3 a 1, iban 80 minutos, y terminan empatando y te ganan en el minuto 120. Entonces eso hace que no pierdan la concentración, lo laburan mucho a eso viste.
Después, con respecto a la liga, es una liga que tiene mucho para crecer porque tiene cuatro entradas a copas internacionales, es más, el técnico del Eintracht Frankfurt (Dino Toppmöller) estuvo en Dudelange, un club de ahí, así que no deja de ser fútbol de Europa y estás al lado de Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos...
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¿Había otros argentinos o estabas totalmente solo?
Había dos argentinos, Juan Bedouret y Lucas Pruzzo, y un costarricense que es Néstor Monge que jugó en la Selección de Costa Rica, que te hacen más fácil la adaptación, por el idioma sobre todo.
No es fácil, ahí entendí cuando dicen que tenés que hacer una adaptación, porque son seis horas más en invierno, cinco horas en verano. Pensá que no entendés nada porque hablan en francés, que es un idioma muy lindo, pero con los árbitros vos tenés que hablar en inglés o en francés adentro de la cancha, lo mismo cuando te peleás con alguien, con un rival, y bueno eso lleva un tiempo, no es fácil.
Dejando de lado lo futbolístico, ¿cómo se vive en Luxemburgo?
Una locura. No, no, es el país... Mirá que conocí, viajé por todos lados, estuve en muchos países porque Luxemburgo queda en el medio, entonces cuando tenía libre viajaba. Lo mejor de lo mejor que he visto, en cuanto a higiene, educación y economía. Para tener la familia ahí, es una locura, los chicos salen hablando tres idiomas de la escuela, de base tres idiomas, y después funciona todo: el que es policía cobra muy bien, los maestros cobran muy bien, los transportes públicos son gratis, o sea, te da gusto pagar los impuestos.
Su llegada a Gutiérrez
"Por ahí no tenía pensado volver, es la realidad", reconoció Comachi, y explicó que hubo "un desgaste en la relación con el técnico. Decidí venir acá porque estaban interesados en que viniéramos con mi hermano (Martín), mostraron mucho interés y eso por ahí es lo que a uno lo seduce, mucho interés y muchas ganas. Son decisiones que uno toma, no me arrepiento de nada, obviamente, y con las mejores ideas de acá para lo que viene".
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Sobre las expectativas para este torneo, al que Gutiérrez acaba de ascender, el ex-Colón de Santa Fe aseguró que "son buenas, obviamente. Tenemos un plantel muy competitivo y la expectativa personal es sumarle al club desde donde me toque, sumarle al equipo, al club y obviamente que en lo grupal hay un compromiso, que es el de todos, que obviamente es pelear el ascenso".
Su amistad con un campeón del mundo
Lucas Comachi es categoría 1994, al igual que Leandro Paredes, con quien compartió en las inferiores de Boca Juniors, y todavía mantienen la amistad que se forjó cuando soñaban con ser profesionales.
"Estamos en un grupo, pero por ahí no lo jodo mucho, yo soy medio... da vergüenza viste, joder, pero cuando estamos en Buenos Aires vamos, nos juntamos, nos vemos, comemos. Pero después trato de no molestarlo, porque veo lo que es la vida de ellos y es una locura", agregó sobre su relación en la actualidad con el volante de la Roma.
Para el flamante refuerzo del Cele, ver que uno de los pibes con los que se formó consiguió levantar la Copa del Mundo "es una locura, cuando lo ves con esa estrella o con esa iluminación que tiene alguien de ese estilo, pero después decís ‘lo conozco desde que tiene 14 años'".
En ese sentido, en Leo Paredes se juntan la figura de renombre internacional con el mismo pibe común y corriente que era de chico: "No sabés lo que es... no sé cómo explicarte, es como que lo ves y decís ‘cómo puede ser que entre a la cancha este robot y después lo ves en patas, caminando acá, jugando a la pelota', y eso también te enseña mucho, de la humildad, del sacrificio y del día a día", concluyó Comachi