Priscila Luna fue la árbitro en la definición del Clausura con Superclásico mendocino de por medio. "Quiero aspirar a vivir del arbitraje", le confesó al Post.
Tiene 19 años y dirigió la histórica final del Femenino entre las Lobas y la Lepra
La vida de Priscila Luna Ávila transcurre a mil revoluciones y en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en una de las árbitros más importantes de Mendoza.
Con tan sólo 19 años y dos y medio de experiencia, la joven nucleada por Asociación Cívil Árbitros Mendocinos Asociados ha crecido a pasos agigantados y este viernes tuvo la gran responsabilidad de dirigir la final del Clausura de la Liga de Fútbol Femenino en un encuentro de grueso calibre que protagonizaron Gimnasia y Esgrima e Independiente Rivadavia, con victoria de las Lobas en el Superclásico por 2 a 0.
"La verdad que fue un partido lindo, me siento honrada de haber podido participar de este torneo y fue hermoso haber podido llegar a la final. En ambos clubes ya me conocían y el respeto fue fundamental en todo esto así que la pudimos sacar adelante muy bien", le comentó al POST en exclusivo inmediatamente después de la ceremonia de entrega de premios.
"Yo me manejo mucho con el respeto y si existe eso dentro del campo de juego lo demás lo vamos manejando. Las chicas me conocen, hablan entre ellas y seguimos jugando", añadió respecto a la tranquilidad y naturalidad con la que llevó un partido de alto nivel de intensidad. En el campo estuvo con Wendy Vilurón y Rocío Lira como asistentes.
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Luna se egresó recientemente con el título de técnica química. Respecto a su carrera arbitral, comenzó en el 2021 con 16 años, siguiendo los pasos de su padrino Darío Agüero. A continuación se afilió a A.C.A.M.A. y allí logró debutar en el arbitraje. En este 2023 dirigió la final de Copa de Plata del Femenino, debutó como árbitro principal en un partido de Liga Mendocina masculino de Primera División y le puso el broche de oro a un año inolvidable dirigiendo la final de Oro del Femenino entre los dos equipos más relevantes de la provincia.
Respecto a eso, Priscila asegura que "fue muy importante dirigir para mí este partido. Cuando me designaron agradecí mucho, es una oportunidad muy grande y lo valoro mucho". En función a los momentos previos, la jueza manifestó: "Me sentí muy nerviosa los días anteriores, pero me preparé mucho para este partido y cuando entré al campo de juego y me encontré con las chicas, ver ese respeto mutuo entre los dos clubes fue muy bonito. Eso me dio la tranquilidad para poder llevar el partido sin problemas".
En relación al minuto a minuto del encuentro que las chicas Blanquinegras ganaron con goles de Florencia Barbera y Ornella Artime, Luna detalló que "fue tranquilo, las tarjetas fueron todas muy claras, hubo dos en un saque de esquina que fueron para frenar un poquito a dos jugadoras porque si no se iban a empezar a pegar mucho, pero lo demás fue todo claro. La capitana de Independiente (Paula Demaris Prieto) se fue sola de la cancha en la expulsión, así que lo pudimos ir llevando muy bien pese a que era un gran clásico".
Gimnasia ya había obtenido el Apertura tras vencer en la final a Godoy Cruz. Con el título del Clausura, las dirigidas por Pedro Morcos además lograron el título anual, con un valor agregado: llegaron a la cuarta estrella y se convirtieron en el equipo más ganador desde que la Liga Mendocina regula el Fútbol Femenino.
"Este partido no es para cualquiera, estoy muy agradecida por cada oportunidad que me han dado y que con 19 años yo haya podido llegar a dirigir la final de Oro, la de Plata y un partido de Primera masculino", aseguró Luna.
Y para finalizar, la árbitro mendocina redobló la apuesta: "Quiero aspirar a vivir de esto, poder seguir una carrera en el arbitraje y me gustaría seguir creciendo. Ahora voy a entrenar mucho para aprobar el test físico y de esa manera poder entrar a tabla de méritos. Si Dios quiere podré hacer un curso nacional prontamente y dedicarme a esto si es posible".