El Rosa representó a Banfield de Perdriel y logró el título de Copa de Plata al vencer a Godoy Cruz B en el Malvinas Argentinas. Así se escribieron las páginas de gloria de la revelación del fútbol femenino de la provincia.
La increíble historia de Pink, campeón de la Liga Mendocina
Pink Fútbol Club fue indudablemente el equipo revelación de la Liga Mendocina de Fútbol Femenino durante el 2021 que está a punto de terminar.
El Rosa disputó su primer campeonato de LMF y en su debut levantó el trofeo de campeón de Copa de Plata, luego de atravesar un torneo largo, sinuoso y lleno de complicaciones, cuyo broche de oro fue una inolvidable victoria contra Godoy Cruz B por 2 a 1, en la final disputada en el estadio Malvinas Argentinas.
Ahora bien, conocer el camino que debió transitar Pink hasta estampar su primera estrella de campeón en el pecho ayuda a entender los fundamentos de un grupo unido, homogéneo y que destila un sentido de pertenencia pocas veces vistos en la rama femenina por estos pagos.
El Rosado pega y genera adicción. El club fue fundado en el 2014 y es únicamente de fútbol femenino, con categorías que van desde menores de 8 años (subiendo por cada una de las edades), hasta la libre, que disputa diferentes torneos, tal como el que jugó este año en la Liga Mendocina.
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Pero para llegar a eso, Pink debió aliarse con Banfield de Perdriel y representar también a la institución albiverde, a tal punto que la camiseta de las campeonas tiene ambos escudos, uno de cada lado.
"A Perdriel llegamos después de golpear mil puertas. Nadie nos daba el lugar e incluso algunos nos pedían locuras económicas para ocupar ese lugar en la Liga", relata Agustina Recchia, quien es jugadora, pero al estar lesionada durante este año fue colaboradora del cuerpo técnico y también dio una mano en la prensa del equipo.
Ella agregó: "Así fue como dimos con Banfield, pidiendo que nos den la posibilidad de participar sin perder nuestra esencia, sin borrar a Pink, porque eran muchos de laburo y lo aceptaron". En ese sentido, Agustina destacó que desde el club banfileño "se han portado muy muy bien con nosotros".
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Respecto al título obtenido en la Copa de Plata, desde Pink analizaron que "al principio trabajamos mucho y pensamos que nos iba a ir re bien, pero nos tocó una zona con Las Pumas, Godoy Cruz y los partidos eran muy complicados. Así que se nos fue cayendo un poco la expectativa...".
No obstante, después la situación cambió. "En la segunda vuelta del torneo empezamos a entender más el jugar dos tiempos de 45 minutos, llegar una hora y media antes a los partidos... las chicas estuvieron más comprometidas y ahí empezamos a darnos cuenta que nos podía ir bien, que se podía llegar a una final", resalta Recchia. El resto es la historia conocida.
Para Pink, el título de Liga Mendocina en su primera participación oficial fue un reconocimiento de un trabajo que comenzó desde cero, sin cancha de 11 para entrenar ni un respaldo económico, y aún así lograr cumplir el sueño y el objetivo del campeonato.
El esfuerzo fue tal, que para jugar la final contra el Tomba en el césped del Malvinas Argentinas, las chicas rosadas debieron hacer una colecta de botines con tapones, porque ninguna tenía y era imposible jugar sin el calzado correspondiente.
En ese plan, además de los altibajos futbolísticos y las dificultades económicas, muchas veces el técnico debió completar la lista con gran parte de las jugadores menores de 17 años, con la desventaja competitiva que eso significa frente a otras jugadoras de mayor edad y experiencia.
Pero nada importó en esa final contra las Bodegueras, con el aliento incondicional de más de 300 hinchas, entre padres y jugadoras de Inferiores. Tampoco nada de eso le pesó a Rocío Pereyra, quien fue la autora de los dos goles ante Godoy Cruz a los 11 y 40 minutos del segundo tiempo, para revertir la derrota parcial y gritar bien fuerte ¡Pink campeón!