Un pedazo del Gambarte, en el corazón y en la casa del hincha del Tomba

Las refacciones del estadio de Godoy Cruz le dieron al hincha la posibilidad de quedarse con un pequeño recuerdo para atesorar toda la vida.

Un pedazo del Gambarte, en el corazón y en la casa del hincha del Tomba

Por:Lucas Burgoa
Desde Buenos Aires

En abril pasado la Comisión Directiva del Club Godoy Cruz tomó la decisión de encarar la remodelación integral del estadio Feliciano Gambarte para poder cumplir con todos los requisitos exigidos para su habilitación y, así, que el recinto del Bodeguero pueda recibir público y que el primer equipo vuelva a ser local definitivamente en su casa, después de un ansiado retorno que se concretó en 2021 mientras el fútbol argentino se jugaba sin público por las restricciones de la pandemia de Covid-19.

Dicho retorno, por el cual los socios e hinchas esperaron 16 años, terminó siendo transitorio, ya que ni bien se habilitó el retorno de la gente a las tribunas, el Tomba volvió a jugar en el estadio Malvinas Argentinas, donde lo venía haciendo desde mediados de 2005 y continúa actualmente en su participación en la Liga Profesional.

La remodelación del Gambarte contempla la demolición total de la tribuna Sur, algo que avanzó a buen ritmo en los últimos días y está prácticamente completa, para construirla nuevamente desde cero; y la remoción de los escalones de la tribuna Este, de la cual se conservará el esqueleto y se reforzará estructuralmente para luego construir nuevos escalones, como también la demolición de los vestuarios ubicados debajo de dicha grada. Las obras las llevan a cabo distintas empresas, están a cargo del arquitecto Carlos Lafi y son coordinadas desde el club por el vocal Fernando Da Fré, conocedor del tema ya que es propietario de una empresa de construcciones civiles.

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Y el avance de estas obras significó una oportunidad única para varios fanáticos de Godoy Cruz que aprovecharon para quedarse con algún que otro recuerdo de su querido estadio Feliciano Gambarte y se llevaron a su casa restos de los escombros de la tribuna que ya fue demolida.

Así como todavía hay hinchas de San Lorenzo que guardan como un tesoro restos del viejo Gasómetro, o fanáticos de River que próximamente podrán quedarse con las viejas butacas de madera del Monumental, algunos hinchas del Tomba guardarán para siempre un pedacito de historia de un estadio al que sienten como su casa.

Uno de ellos es Diego Santonocito, socio desde el día que nació (23 de diciembre de 1983), quien luchó desde adentro junto a otros socios y amigos para volver al Gambarte, y ya tiene en su poder "un pedacito de tribuna, de escalón y de baño".

Los suvenires que se llevó Diego a su casa.

"El Gambarte y el club son recuerdos, de mi infancia, de mis abuelos... el club entero es como el patio de mi casa", aseguró en diálogo con el Post, y contó que "yo nací en Avellaneda 435, a media cuadra del club, mis abuelos socios fundadores, pusieron dinero para hacer la pileta, muy involucrados, mi viejo es socio vitalicio, es un sentimiento de identidad, sentido de pertenencia, es mi casa, mi familia".

Para graficar su vida en el club, Diego relata que "todas mis fotos de chiquito, de mis cumpleaños, son en la cancha, en el club".

Para Diego Santonocito, el Gambarte es "el patio de mi casa".

Cristian Cruciani es otro de los fanáticos del Bodeguero que aprovechó la ocasión para quedarse con un suvenir. En realidad, con varios, ya que en su casa cuenta con una especie de altar en el que lucen, entre otras cosas, una escultura del Loco Julio, el libro de su autoría "Tomba, alma de barrio", una foto con su pareja Florencia y su bebé Inti y distintos restos del Gambarte.

Entre los recuerdos con los que se quedó, se destacan algunos pedazos de la tribuna, césped del campo de juego y hasta unos azulejos del histórico tanque ubicado detrás de la tribuna Oeste, el cual fue restaurado el año pasado.

El "altar" de Cristian con recuerdos familiares y del estadio tombino.

Cristian también apeló a la nostalgia al asegurar que "el Gambarte es uno de los pocos recuerdos que tengo de mi infancia. Soy bastante desmemoriado, pero tengo historias muy latentes en nuestro estadio. Pude ver a Godoy Cruz desde todos los sectores de la cancha".

En ese sentido, recordó que "la primera vez fue con mi tío en el famoso codo. Fui a la tribuna Este varias veces y era muy feliz cada vez que pisaba ese sector. En la tribuna del tanque tengo un recuerdo de un gol que bajamos a festejar a la tela con mi viejo y mi tío. Y de la tribuna Sur recuerdo que fue el último partido que fui, creo que fue contra Ferro y llovía muchísimo. Era muy chico y mi primera vez con amigos. Terminé sin remera cantando bajo la lluvia".

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Su trabajo como fotógrafo también está muy ligado al Gambarte, donde "pude sacar fotos de noche con el cielo estrellado o entrar al campo de juego a cubrir inferiores o Liga Mendocina".

Cristian Cruciani y un cuadro de su autoría del emblemático tanque.

"Sin exagerar, cada vez que entro siento algo en el cuerpo que es muy difícil de explicar", aseguró Cristian, y fue más allá: "Es el único lugar donde me siento pleno. Lo siento propio, me siento más cómodo que en mi casa".

Ahora, con la esperanza de volver definitivamente a casa, al barrio, Diego, Cristian y otro buen número de hinchas que aprovecharon que los escombros aún no han sido limpiados en su totalidad, tienen en su casa un pedacito del corazón de Godoy Cruz, un pedacito de historia, un pedacito de un estadio que este año cumplirá 63 años y que fue escenario de grandes gestas que quedarán grabadas para siempre en la memoria del pueblo Bodeguero.

Foto cabecera: Prensa Club Godoy Cruz.

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