La Joya tenía todo arreglado para irse a Arabia Saudita, pero a último momento desistió y se quedó en la Roma. El rol de su esposa fue clave.
Oriana, la clave para que Dybala no tomara la peor decisión de su carrera
Este jueves, cuando todo indicaba que Paulo Dybala se despedía de la Roma para irse a jugar a Arabia Saudita, finalmente el crack cordobés decidió quedarse en el fútbol italiano, desatando la locura de los hinchas de la Loba, que fueron hasta su casa a agradecerle el gesto.
Y mientras el mundo del fútbol destacaba lo hecho por la Joya, valorando su amor por la camiseta por encima de una montaña de dólares, la razón principal parece haber sido mucho más terrenal ya que tuvo que ver con su esposa, Oriana Sabatini.
Oriana Sabatini y Paulo Dybala se casaron en julio pasado.
Un día después de que Dybala anunciara que continuará en la Roma, el diario deportivo La Gazzetta dello Sport tituló en una de sus páginas: "El no decisivo de la esposa: el papel clave de Oriana en la negativa de Dybala de unirse a Arabia".
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Según el histórico matutino italiano, la negativa de la actriz y cantante a mudarse a Medio Oriente fue determinante. "Si la mujer dice que no... Hay mujeres que llevan años dirigiendo el destino de equipos y jugadores. Esposas muy influyentes como Oriana Sabatini, que jugó un papel clave en la decisión de su marido Paulo Dybala de rechazar los millones de Arabia Saudita", destacó el diario citado.
La idea de irse a vivir a Arabia no le gustó nunca a Oriana y por eso esta semana decidió sentarse a hablar con él y le hizo ver aspectos claves: "No sólo el principal aspecto futbolístico vinculado a Paulo y sus ambiciones de luchar por la Champions. Estaba en riesgo una convocatoria a la Selección nacional, como también las mismas oportunidades profesionales para la señora Dybala", sentenció La Gazzetta dello Sport.
Dybala decidió quedarse en la Roma.
Por otra parte, el Corriere dello Sport asegura que la Joya analizó que, más allá de la cantidad de plata que le estaban ofreciendo (75 millones de euros por tres años), "había elementos más importantes para componer su concepto de felicidad. El recuerdo de la celebración en la Plaza Coliseo, las lágrimas en Budapest, el rugido virtual de la afición que lo trata como a un profeta. Todo pasó por su mente sugiriéndole escuchar el ruido del alma . Y eso, en un fútbol cada vez más profesional, le mostró el camino".
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Finalmente, en una conversación con su entorno más íntimo, luego de charlar con Oriana y analizar las opciones, Dybala terminó diciendo que "no puedo traicionar a esta gente", y así evitó tomar la peor decisión de su carrera profesional.
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