En las últimas horas, el ente que regula el fútbol sudamericano dejó en claro que sólo piensa en una cosa.
A Conmebol solo le queda armar la Copa América en Gaza
En un puñado de horas, la Confederación Sudamericana de Fútbol dio una muestra elocuente de que solo le importa una cosa: el negocio del fútbol. No el fútbol. Sino el negocio del fútbol, que se desprende naturalmente del deporte en sí, señala en una nota de opinión el sitio deportivo Bitbol.
Imágenes que quedarán en la retina de todos los espectadores y partidos jugados en medio de revueltas sociales y de descontrol por el COVID-19, sin importar, sea cual sea, las consecuencias.
River jugó ante Junior con el sonido de las bombas de estruendo, con gases lacrimógenos y balazos al aire de fondo y a solo 150 metros de distancia. Nacional de Uruguay no pudo salir de su hotel y el encuentro comenzó más tarde. Y el martillazo final es la ratificación de Colombia y Argentina como sedes de la Copa América 2021.
De un lado, protestas, muertes y persecuciones en la calle. Del otro, de 25 a 30 mil casos de COVID-19 por día. Nada frenó a Conmebol, que si bien tiene un plan B (Chile y Paraguay como sedes), quiere demostrar algo que no tiene: fortaleza.
Ver también: La brutal imagen a cien metros del estadio de River y Junior
En el afán de demostrar a las cadenas televisivas y a sus principales sponsors, que la Conmebol es implacable y supera el poder social, terminó saliendo todo al revés. En este caso, Conmebol rompió los límites y fue más allá. "Era un momento complejo y uno no se puede abstraer de lo que está pasando. No es normal venir a jugar en una situación inestable como la que vive Colombia. No fue normal la previa y se jugó en situaciones muy incómodas, con humo, gases, escuchando estruendos y estallidos. Fue una situación anormal en todo sentido y no podemos mirar para otro lado", manifestó Gallardo en rueda de prensa.
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