La Lepra se coronó campeón de la Primera Nacional y ascendió a Primera División, a la que regresará casi 42 años después de su última participación en los viejos Nacionales. Las estadísticas lo ratifican como el mejor de todos.
Los números de un Independiente que merecía un ascenso así
"Tarda en llegar y al final, al final, hay recompensa", cantaban la magnífica Negra Sosa y el inolvidable Gustavo Cerati, pero ni el hincha más pesimista de Independiente Rivadavia imaginó que hubiese que esperar tanto.
Es que después de su última participación en un Campeonato Nacional, el de 1982, en el que hizo una gran campaña alcanzando los cuartos de final y siendo eliminado nada menos que por el histórico Ferro Carril Oeste de Carlos Griguol, a la postre campeón, la Lepra nunca más volvió a jugar en la máxima categoría del fútbol argentino.
Finalmente, en 2024 el Azul del Parque desembarcará en la Liga Profesional de Fútbol, poniéndole fin a una espera de casi 42 años, y lo consiguió, como dijo el arquero Maximiliano Gagliardo en los festejos del campeón, porque "fuimos los mejores".
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Además de haber mostrado un fútbol de alto vuelo en gran parte del torneo, pero principalmente en la segunda mitad del mismo, el título y el ascenso de Independiente Rivadavia se sustenta en las estadísticas, que demuestran que fue el mejor del campeonato.
Es que la Lepra fue el equipo que más puntos logró, ya que terminó la primera fase como líder de la Zona B con 68 unidades cosechadas a lo largo de 34 partidos, superando ampliamente a lo conseguido por Almirante Brown, el ganador de la Zona A, quien no sólo acumuló 61 puntos, siete menos que los mendocinos, sino que además lo hizo habiendo jugado dos partidos más, con un total de 36.
Por otra parte, Independiente Rivadavia fue el que más partidos ganó a lo largo del año. Sin contar la final, el equipo de Alfredo Berti festejó un total de 20 victorias, seguido por el Deportivo Maipú, que consiguió 19, mientras que La Fragata, su rival en la gran final, logró 17 triunfos.
También fue el mejor de todos jugando como local, ya que hizo del Bautista Gargantini una fortaleza y allí, de los 17 partidos que disputó, ganó 13, empató dos y perdió dos. De visitante tampoco defraudó y fue el segundo mejor, con 7 victorias, 6 empates y 4 derrotas, superado solamente por Chacarita que obtuvo un triunfo más y una caída menos.
En cuanto a goles convertidos, ningún equipo anotó más tantos que la Lepra, que festejó un total de 51 conquistas (53 contando las dos de la final), por encima de los 48 goles que marcó Chacarita y los 46 de Maipú y Agropecuario, los clubes que completaron el podio.
Por otra parte, a la hora de contar las derrotas, sufrió un total de 6 y fue el segundo equipo menos vencido del campeonato, superado solamente por Chacarita que apenas perdió tres veces.
Para completar, el flamante campeón de la Primera Nacional también contó con el máximo goleador del campeonato. Alex Arce se despachó con un total de 26 goles, los cuales le valieron la convocatoria a la Selección de Paraguay para la próxima doble fecha de Eliminatorias Sudamericanas.
Y si todavía a alguien le quedaba alguna duda, Independiente Rivadavia terminó pisando fuerte nada menos que en la gran final. En un partido durísimo, en el que sufrió en el primer tiempo, sacó a relucir su mejor nivel en la segunda parte, mereciendo más que Almirante Brown, y se terminó destapando en el alargue en lo que fue una verdadera prueba de fuego.
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Es que en el tiempo suplementario, el equipo de Alfredo Berti no contó con el máximo goleador, quien hizo un esfuerzo sobrehumano para llegar al partido decisivo, recuperándose con lo justo de un desgarro, y no pudo aguantar todo el partido ya que salió reemplazado a los 29' del segundo tiempo.
Sin contar que, además, no pudo tener a una de sus máximas figuras ofensivas, el siempre picante Matías Reali, que en la última fecha frente a Maipú llegó a la quinta amarilla y, de yapa, terminó yéndose expulsado.
Hubo que esperar, ya que la apertura del marcador llegó recién a los 10 minutos del segundo tiempo del alargue, y también hubo que sufrir, porque en el festejo Braian Sánchez fue expulsado por doble amarilla y La Fragata, con uno más, lo buscó hasta el instante final y allí llegó el segundo para terminar de darle épica a un logro deportivo histórico.
En la semana se habló mucho y corrió fuerte el rumor de que la AFA haría ascender a los dos equipos, en una decisión que, de haberse concretado, además de sumarle otro papelón al tan golpeado fútbol argentino, hubiese manchado una temporada espectacular.
Independiente Rivadavia lo ganó en la cancha. Como debe ser. Como se lo merecía este equipo, que no necesitaba que nadie le regalara nada. Y lo demostró con creces.
Salud, Azules. El fútbol de Primera les da la bienvenida.