Las campañas de Boca y el Balotaje se rozan tras la derrota en la Libertadores

 La derrota ante Fluminense dejó heridas que no solo hacen mella en el ámbito deportivo. La vida política de Boca también juega una carta fuerte a finales de este año y los distintos espacios políticos tienen su correlato -o cercanías- con la elección presidencial de este 19 noviembre.

El próximo 2 de diciembre, Boca elegirá a su nueva dirigencia y hay 98 mil socios habilitados para votar (12 mil más que hace 4 años). Según detalló la comisión directiva, hasta el próximo 14 de noviembre hay tiempo de oficializar las listas.

En un club muy politizado y que según palabras del actual vicepresidente e ídolo de la institución, Juan Román Riquelme, "algunos usaron de trampolín para dedicarse luego a la política", la elección no pasa por alto.

En 2019, Jorge Amor Ameal, secundado por el propio Riquelme y Mario Pergolini, quitó el mando del club al macrismo tras casi una década. El candidato del entonces oficialismo fue Cristian Gribaudo.

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Por ese entonces, tras haber perdido en primera vuelta en la elección nacional, el PRO apuntaba a mantener uno de sus puntales deportivos en el club de la ribera. En tanto que, según se conoció por aquel momento, fue Sergio Massa quien convenció a su amigo Juan Román Riquelme de participar en las elecciones con el fin de darle un golpe más a un alicaído Mauricio Macri.

Este año, nuevamente, el calendario electoral pone a Boca a definir su futuro político cerca de las elecciones presidenciales. Solo que esta vez tendrá una cercanía aún mayor, ya que entre el balotaje y las elecciones xeneizes habrá solo dos semanas de diferencia.

Mauricio Macri, factor fundamental del acercamiento del PRO con Milei, ha estado muy activo en torno a las elecciones que tendrán lugar en Boca. Incluso algunos medios anticiparon que, en caso de que Boca perdiera la final de la Copa Libertadores, consideraría la posibilidad de ser candidato a vice de Andrés Ibarra.

"Milei me dijo ‘necesito que me recuperes la alegría de ser hincha de Boca'", detalló Macri en una entrevista con Eduardo Feinmann donde contaba cómo fue la reunión en la que definieron darle el apoyo para el balotaje al libertario.

En línea con Macri, Milei le tiró flores al ex presidente de Boca y la Argentina, "la única forma en la que yo regresaría a Boca es con una dirigencia con la que me pueda sentir confortable. Yo dejé de ser de Boca y estaría dispuesto a volver en caso de que haya un reordenamiento".

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En tanto que, tras ese tiro por elevación a la dirigencia de Jorge Amor Ameal y Juan Román Riquelme, el candidato presidencial puntualizó cuál es su deseo: "Quisiera que vuelva el Boca de Macri". Pese a su oposición política contra Riquelme, Milei deslizó que quería que Boca ganara la Libertadores que finalmente perdió.

En ese contexto, cabe recordar la declaración de Macri en los '90 en el marco del programa Tribuna Caliente. "El dirigente de fútbol que pierde una elección en su club quiere que su equipo pierda hasta tanto el no vuelva a ser dirigente", aseguraba el por entonces dirigente xeneize.

Por otro lado, las intenciones de Milei y Macri con respecto a la llegada de las Sociedades Anónimas Deportivas a la Argentina los ponen en sintonía incluso por fuera del ámbito electoral de Boca Juniors.

Las campañas son colindantes al punto que en la previa de la Final de la Copa Libertadores, el periodista Luis Novaresio deslizó parte de la estrategia electoral del macrismo para afrontar ambos frentes y señaló "el parecido entre Massa y Riquelme".

La comparación generó enojos en muchos hinchas de Boca, al punto que el periodista de LN+ debió salir a pedir disculpas en sus redes sociales.

Por otro lado, desde Independiente -nuevo refugio deportivo del macrismo, donde preside Néstor Grindetti- se mofaron de la derrota de Boca y plagaron las redes de chicanas. Desde festejos de los dirigentes en la cancha de Atlético Tucumán celebrando la derrota de Boca a flyers burlándose de la suerte xeneize en la final, el Rojo se ocupó de la situación en Boca.

Por el momento el Rojo no está clasificando a Copas (tiene 50 puntos a falta de dos fechas y el último clasificado es Belgrano con 54) y deberá consagrarse campeón para poder volver a jugar la Copa Libertadores y tratar de obtener su octava Copa a 40 años de su última consagración.

Sin la preocupación del descenso que lo aquejaba fechas atrás, el Rojo aprovechó esta "buena noticia" para disfrutar de seguir por encima del resto, al menos por un año más. "Bueno, ahora si juega el Rey de Copas", publicó Independiente en sus redes, con una foto de Mancuello haciendo la L, festejo característico de Germán Cano, goleador argentino del Fluminense que le marcó el primer gol a Boca en la final.

Los resultados mandan y en Boca la derrota pegó duro. Pese a la aparición de varias figuras de las inferiores que se asentaron en el equipo de primera, el logro de varios torneos locales durante los últimos años, el subcampeonato de América y un balance con un superávit de 27 millones de dólares, hay críticas a la gestión de Riquelme y compañía.

El club de la ribera, además, vive horas cruciales respecto a su próxima clasificación a Copa Libertadores. A falta de 3 fechas, por el momento no está clasificando por tabla anual y estaría obligado a ganar la Copa Argentinas (está en semifinales). La no participación en Copa Libertadores 2024 podría profundizar aún más las críticas en un panorama electoral que promete estar tan complejo como el del balotaje nacional.

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