Juan Ignacio Saavedra, viajó a la preselección para formar parte del seleccionado argentino y otro pasajero se llevó su valija. Perdió todas las camisetas que transpiró.
El robo incalculable que sufrió un handbolista mendocino
Juan Ignacio Saavedra, uno de los dos mendocinos que está preseleccionado para integrar el Seleccionado Argentino de Handball, viajó a incorporarse a los entrenamientos el 10 de enero y, en el camino, se llevaron su valija del micro y lo dejaron con lo puesto.
Nacho había viajado a Córdoba para pasar las fiestas con su novia y, desde allí, partió hacia Buenos Aires para integrarse al equipo argentino. Pero en el trayecto, una persona que bajó en Merlo (provincia de Buenos Aires) y, supuestamente por error, se llevó la valija de Nacho con toda su ropa diaria y sus "trofeos" deportivos.
Walter Saavedra, papá de Ignacio, duda de que se trate de un error: "El bolso que dejó el pasajero era un bolsito chico de mano y la valija que se llevó de mi hijo era una valija grande y más oscura".
Pero no se trata solo de ropa "Ignacio llevaba camisetas de todos los equipos y selecciones en las que jugó, las que transpiró, es un tesoro afectivo que no se recupera", explicó.
Se quebró varias veces cuando contaba lo sucedido, "tiene 20 años y está solo allá, no puedo contenerlo ni apoyarlo, es tristísimo ver que a tu hijo le roban todo lo que significa tanto para él y que nadie responda por eso."
El Morro y los hinchas del Tomba despidieor al dirigente fallecido
La empresa de transporte, Urquiza, al principio no contestaba los llamados. La novia de Ignacio fue con su madre a hacer el reclamo personalmente y después de pedirle las fotocopias de todo (pasaje, documento, direcciones, ticket de equipaje), les dijeron que iban a intentar averiguar qué sucedió.
Ayer, por primera vez, la madre de Ignacio recibió un contacto de la empresa Urquiza. Le "pidieron" que no siguiera publicando en las redes lo que había sucedido.
"Ignacio fue a entrenar con una camiseta de entrecasa, un short y las zapatillas que gracias a Dios tenía en otro bolso más chico, pero ni calzoncillos le dejaron", contó el papá.
No hay mal que por bien no venga
"En medio de todo esto tan triste pasó algo muy lindo: el reclamo en las redes sociales llegó a un ex jugador de handball que se comunicó con Ignacio y le regaló algunas camisetas de las que él había usado y se puso a disposición de él. Ahí te das cuenta de todo lo que el deporte significa para quienes se dedican a eso", relató el padre.
"Este año fue muy duro para mi hijo, por la pandemia, pero le armamos un mini gimnasio en el patio y en pleno junio, con el frío que hace en Drummond, él entrenaba junto a sus compañeros por zoom o por Skype. Es muy injusto que, por un segundo que el chofer del micro tenía que controlar el ticket, mi hijo haya perdido todos sus tesoros".
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