El piloto británico terminó con fuertes dolores en la espalda por el efecto rebote de su coche y el jefe de la escudería anunció que podría perderse la próxima carrera.
La imagen de Hamilton y el anuncio de Mercedes que preocupan a la Fórmula 1
El piloto británico Lewis Hamilton vivió otro fin de semana para el olvido, en el Gran Premio de Azerbaiyán de Fórmula 1, principalmente porque sufrió profundamente en su físico las consecuencias del "porpoising", el efecto rebote que adquieren algunos coches cuando alcanzan altas velocidades, por lo cual está en riesgo su participación en la próxima cita, el Gran Premio de Canadá, tal como informaron desde la escudería Mercedes.
Según Toto Wolff, el jefe del equipo alemán, existe el peligro de que el piloto de 37 años no pueda competir en Montreal el próximo fin de semana. "Sí, definitivamente", fue la respuesta que dio ante la consulta de la prensa después de la carrera disputada en Bakú, donde el vigente campeón Max Verstappen se quedó con la victoria.
"Es algo realmente malo, se puede ver que esto ya no es algo muscular. Entra en la columna y puede tener algunas consecuencias. La solución podría ser tener al piloto reserva, aunque de todos modos lo tenemos en cada carrera", explicó Wolff sobre cómo terminó Hamilton después de un fin de semana complicado.
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En caso de que finalmente Hamilton no corra en Canadá, las opciones de Mercedes para reemplazarlo son el belga Stoffel Vandoorne, quien pasó dos temporadas en McLaren, y el neerlandés Nyck de Vries, campeón de la Fórmula E.
Hamilton empezó séptimo y terminó cuarto en Azerbaiyán, donde se lo pudo escuchar quejándose por radio en la vuelta 22, cuando dijo que "mi espalda me está matando", algo que se pudo ver cuando terminó la carrera, ya que tuvo serios problemas para salir de su coche.
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"Esta fue la carrera más dolorosa y dura que he experimentado. Solo estaba aguantando y apretando los dientes por el dolor. La adrenalina ayudó, pero no puedo expresar el dolor que experimentas, particularmente en la recta. Solo rezaba para que terminara", confesó.
George Russell, compañero de equipo de Hamilton, se refirió antes de la carrera a la nueva generación de monoplazas y la calificó como una "receta para el desastre".