El Mensana hizo la épica, ganó en Tucumán y buscará ante San Martín de San Juan un histórico lugar en Primera División.
Gimnasia es familia: las cuatro patas que llevaron al Lobo a la final por el ascenso
Gimnasia y Esgrima es mucho más que los once que salen al campo de juego y los elementos que ingresan después durante el partido para intentar "dar una mano". El 2024 encontró en la vida del Lobo una alineación planetaria pocas veces vista en el pasado reciente de la institución y está directamente ligada a las famosas "cuatro patas de la mesa", en su posición y equilibrio justo: plantel de jugadores, cuerpo técnico, comisión directiva e hinchas.
A lo largo de un año que comenzó mal y tuvo muchísimos altibajos hasta la llega de Ezequiel Medrán, el Blanquinegro fue construyendo desde la resiliencia una identidad de unificación absoluta. Desde hace algunos meses, en consecuencia, resuena con muchísima fuerza el concepto de "familia" puertas para adentro.
Sí, así: Gimnasia no es sólo un equipo de fútbol; Gimnasia no es sólo un grupo de desconocidos que juegan a la pelota y se ponen la Blanquinegra para cumplir un contrato; Gimnasia no es sólo un cuerpo técnico que llegó para sanarse y demostrar sus capacidades, tras una salida que dejó consecuencias en Atlético de Rafaela. Gimnasia es familia.
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Quizás desde esas bases podemos entender cómo el Mensana construyó esta clasificación a la final del Reducido y fue elaborando fecha tras fecha y partido tras partido durante la fase regular y los Play-Offs, este presente en el que está a 90 minutos de lograr el ascenso a Primera División.
Plantel
Los futbolistas del Lobo juegan cada partido como si fuese el último. Para ellos no hay mañana, no hay dolor. Las lesiones se emparchan y los músculos se exigen un poco más de lo normal con la intención de lograr el objetivo de ganar. Para recuperarse habrá tiempo, pero la gloria es a mano única y hay que dejar todo para conseguirla. En materia prima, el plantel logró una mezcla perfecta entre gladiadores sabios de notable categoría futbolística que se necesitan en toda estructura vertebral protagonista, sumado a un puñado de jóvenes desfachatados que no paran de correr y fueron creciendo conforme pasaron los partidos, para convertirse hoy en piezas clave.
Cuerpo técnico
Ezequiel Medrán signifió otro impensado hallazgo de lujo para Gimnasia. La comisión encabezada por Fernando Porretta ya había metido un pleno con Luca Marcogiuseppe y había acertado con Joaquín Sastre. Ahora, para enderezar un barco que estuvo a punto de naufragar, cambió el timonel a tiempo tras el mal inicio de José María Bianco y, luego del aporte fundamental para enderezar el rumbo de Darío Alaniz, el rafaelino Medrán le terminó de dar el último golpe de horno que necesitaba el equipo para convertirse en el candidato que debió ser desde su mismísima concepción, potenciado con las llegadas del arquero Matías Tagliamonte y el defensor Diego Mondino.
Comisión directiva
Encolumnados detrás de un mensaje de grandeza y crecimiento constante, Gimnasia goza de un nutrido grupo de dirigentes que ponen al Club por encima de su propia vida las 24 horas de los 7 días de la semana. Con convicción, devoción, entrega y, sobre todo, pasión absoluta, estos personajes "invisibles" construyen en el día a día una estructura para que cada engranaje de la rueda funcione a la perfección y, en este caso, el plantel y cuerpo técnico solo tengan que pensar en entrenar, jugar y ganar.
Hinchas
Los fanáticos de Gimnasia, así como el equipo dentro de la cancha, también debieron reponerse a un inicio complicado. Esa noche negra en el inicio del año caló hondo y mantuvo a la gente alejada del proyecto y con temor de volver al estadio. Conforme fue pasando el tiempo y desde el Club optimizaron las medidas de seguridad, los simpatizantes fueron recobrando la confianza y acercándose nuevamente.
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Fuerno los 12 partidos sin perder que consiguió el equipo de la mano de Medrán (con 10 victorias y 2 empates), la racha que le demostró al hincha del Blanquinegro que este plantel tenía todo lo que tiene que tener un equipo que quiere ascender a Primera División. No obstante, hubo que superar una última crisis: cerca del final, dos partidos contra Temperley y Brown de Adrogué desesperanzaron a varios. Pero desde el plantel pidieron que la confianza no se apague y ese compromiso renovado fue devuelto dentro del campo de juego. El hincha creyó y ahora está en una final para ascender.
Por la gloria
Para concluir, el mundo Gimnasia está detrás del sueño que toda una manada soñó durante los últimos 40 años. Ese sueño que por momentos parecía tan lejano y siempre le tocaba a otro. Hoy, es propio. Hoy, está a 90 minutos de distancia.
Gestado desde el amor y la pasión de una "familia", cuya mesa tiene bien puestas y afirmadas las cuatro patas, el Lobo está en uno de los momentos más fuertes e impotantes de sus 116 años de historia.