Gustavo Lemos venció anoche al galés Lee Selby y se ganó la chance de combatir por el título mundial ligero FIB.
De albañil a boxeador: quién es Gustavo Lemos, la nueva esperanza argentina
El boxeador bonaerense Gustavo Lemos tuvo anoche la mejor pelea de su carrera y así se ganó la chance de combatir por el título mundial ligero FIB luego de vencer por KO técnico, en cinco rounds, al galés Lee Selby en el combate disputado en el célebre Luna Park, una conquista que revitaliza al boxeo argentino en una época de vacas flacas para este deporte.
La victoria de Lemos llegó como un bálsamo para el pugilismo nacional, ya que se concretó horas después de la durísima derrota sufrida en Dubai por la mayor esperanza del boxeo argentino, Agustín Gauto, noqueado en apenas dos rounds por el ignoto filiipino Meil Fajardo.
El boxeador nacido y residente en Tres Arroyos completó una tarea de demolición ante un excampeón mundial como Selby, quien aún en la parte final de su carrera sigue siendo un boxeador de primer nivel, y por eso se ganó con creces la chance mundialista, aunque todavía no se sabe cuándo podrá pelear por ella.
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Su rival debería ser el invicto George Kambosos, quien destronó a un pugilista top como el estadounidense Teófimo López y se alzó no solo con la corona FIB sino también con los títulos AMB y OMB, pero es muy probable que la pelea no se concrete en el corto plazo, ya que es casi un hecho que el australiano haga un combate unificatorio con el campeón CMB, el estadounidense Devin Haney.
Tampoco hay que descartar que el título quede vacante y Lemos se tenga que enfrentar a uno de los primeros del ranking FIB, entre los cuales hay peleadores de la talla del ucraniano Vasyl Lomachenko (actualmente combatiendo en su país) o el mexicano Isaac Cruz.
La categoría ligero es hoy por hoy una de las mejores del boxeo mundial porque además se anotan figuras taquilleras como los estadounidenses Gervonta Davis, Ryan García y el propio Teófimo López, deseoso de una revancha con Kambosos, y esto puede ser un obstáculo en la ruta de Lemos, que no es un boxeador conocido internacionalmente y no garantiza venta de abonos para la televisión.
Pero una cosa es el negocio del boxeo y otra lo estrictamente deportivo, y en este rubro Lemos demostró que ya está para las grandes ligas y para cruzarse con los mejores de las 135 libras.
Ante Selby lució con una condición física y mental impecable, y tuvo la motivación extra de pelear en un escenario como el Luna Park que es La Meca para cualquier boxeador argentino.
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De albañil a ser la nueva esperanza
Como tantos otros boxeadores argentinos, su historia es la de un pibe que a base de esfuerzo se hizo un lugar en una profesión tan dura como la del boxeador.
Empezó a trabajar como peón de albañil a los 12 años, dejó la escuela porque tuvo que ayudar a su humilde familia y encontró en el boxeo un camino para una vida más holgada.
De la mano de su papá y su entrenador, Pedro Alem, redondeó una excelente campaña como amateur, con 34 victorias en 35 peleas, por lo que saltó al profesionalismo en 2016, a los 20 años, para construir un magnífico palmarés de 28 victorias (18 antes del límite), que incluye títulos como el de campeón mundial juvenil y vigente campeón latino superligero, además de haber sido monarca latino de los ligeros.
El boxeo argentino añora épocas de gloria y hoy apenas puede mostrar a un sólido monarca como Brian Castaño, un sorprendente campeón como Fernando Martínez y el deseo de volver a coronarse de Maravilla Martínez a los 47 años. Y en Gustavo Lemos anida la esperanza de un futuro mejor.