El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, se reunió con Juan Román Riquelme y el presidente del Fluminense para ultimar detalles de cara a la gran final que se jugará en el mítico estadio de Río de Janeiro.
Conmebol negó los rumores: la final de la Libertadores se juega en el Maracaná
Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol, ratificó este jueves que la gran final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y Fluminense se jugará el próximo sábado 4 de noviembre en el mítico Maracaná como está previsto desde el comienzo del año.
Domínguez mantuvo una reunión con las dirigencias de Boca, que contó con la presencia de Juan Román Riquelme, y de Fluminense, de la que también participó de manera presencial el presidente de AFA, Claudio Tapia, para ultimar detalles de cara a la final.
En las horas previas a la misma, en Brasil surgieron rumores de que Conmebol analizaba mudar el partido al Morumbí de San Pablo por un conflicto con Flamengo.
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El club rojinegro quería hacer de local en el estadio el 28 de octubre ante Bragantino y, además, pedía más entradas que las destinadas a los finalistas.
"Alineamos los detalles de esta gran fiesta deportiva que se vivirá en Río de Janeiro el próximo 4 de noviembre en el estadio Maracaná", anunció Domínguez.
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La reunión tuvo como finalidad organizar toda la logística concerniente a la final como el traslado y hospedaje de los equipos, los campos de entrenamientos, las actividades de prensa, el operativo de seguridad y la ubicación y puntos de encuentro de las hinchadas.