Las deudas llevaron a que haya un conflicto legal entre las partes y el club no pueda afrontar los gastos para mantener un plantel de Primera División.
A lo "Foster Gillett": descendió un club mendocino en conflicto con un gerenciador
El Club 10 de Septiembre de General Alvear atraviesa una importante crisis económica que derivó en un descenso de categoría. Luego de un intento fallido de gerenciamiento por parte de un empresario local, la institución no pudo afrontar los costos de competir en la Primera División de la Liga Alvearense de Fútbol y debió descender a la Primera B local.
La situación del club se tornó insostenible tras la presunta falta de cumplimiento por parte del empresario gerenciador, quien había asumido el compromiso de invertir en infraestructura y en el desarrollo deportivo del club. Sin embargo, según denunciaron las actuales autoridades del club, el empresario no cumplió con sus obligaciones, lo que dejó a la institución en una situación crítica.
Actualmente, las partes se encuentran en un conflicto legal con idas y vueltas de cartas documentos. Por ese motivo, las autoridades del club no se refirieron directamente al empresario sino a su gestión.
El Club 10 de Septiembre, un histórico de la Liga Alvearense.
"No es una decisión fácil, pero viendo cómo está el club, nos reunimos y la mejor decisión con la cabeza fría es jugar en la B. No presentamos una primera división, ni una quinta, ni una sexta. Queremos tomar fuerzas y volver a disputar torneos cuando la Liga lo disponga", explicó el presidente de la institución, Pablo Pérez.
Si bien en diálogo con el Post las autoridades del club se negaron a identificar al gerenciador, en las redes del club alvearense se lo "presentó en sociedad" el año pasado: se trata de Alejandro Vinograd, nacido en Buenos Aires, pero radicado desde hace años en el sur mendocino, con inversiones en al menos un secadero y negocios de indumentaria deportiva.
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El proceso de gerenciamiento comenzó con la promesa de mejorar las instalaciones del club, pagar deudas y fortalecer las divisiones inferiores. Sin embargo, fue un rotundo fracaso: a mediados de 2024 el club ya no tenía dinero ni para pagar el servicio de Aguas Mendocinas y tuvo que vender comida para poder juntar el dinero (ver aparte).
El mismo expresidente de 10 de Septiembre Lisandro Di Paolo admitió la situación. "El gerenciamiento consistía en el manejo de toda la actividad deportiva y de las instalaciones del club. Se habían prometido obras como la construcción de cabinas de transmisión para periodistas, un gimnasio y la iluminación de la cancha. Nada de esto se cumplió", señaló Di Paolo.
Según las autoridades del club, el gerenciamiento no solo incumplió con las inversiones prometidas, sino que además dejó una importante deuda en servicios como agua e irrigación, lo que comprometió aún más el futuro de la institución.
"Nos dejó una deuda de más de 1.200.000 pesos en Aysam y deudas en Irrigación. Esto se tendrá que dirimir en la justicia", explicaron dirigentes alvearenses. Actualmente, las partes se han intimado con distintas cartas documento.
Así comunicaba el club el fin del gerenciamiento.
La situación del club 10 de Septiembre recuerda en cierta medida los problemas generados por el inversor estadounidense Foster Gillett en el fútbol argentino.
Gillett, quien se presentó como un empresario dispuesto a realizar grandes inversiones en Estudiantes de La Plata, terminó teniendo vínculos con River Plate y Vélez Sarsfield en el marco del mercado de pases. Y, en el caso de River, los dirigentes del Millonario terminaron denunciándolo penalmente por el frustrado pase de Villagra.
Bien conocido es el caso de que, aunque no se han comprobado delitos cometidos por el magnate norteamericano, por el momento no cumplió con las promesas realizadas. Aunque las escalas son distintas, el patrón de incumplimientos y falsas expectativas se repite.
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Qué pasará con el club
El presente de 10 de Septiembre es crítico. El club ha perdido muchas de sus categorías formativas y hoy se encuentra con la mitad de los jugadores que tenía antes del gerenciamiento.
Para afrontar el desafío de quedarse en Primera, desde el club detallaron que "tendríamos que pagar policía, árbitros, viajes, indumentaria. Queremos usar la plata para arrancar de nuevo".
El "Funebrero" buscará resurgir tras la crisis.
A pesar de la situación actual, los dirigentes confían en que podrán salir adelante. "Vamos a volver a hacer lo que hicimos, vamos a dar vuelta la página y levantar el club", afirmó con determinación el presidente del club.
Por ahora, la institución intentará reacomodarse en la Primera B, con la esperanza de reconstruirse y, en un futuro no muy lejano, volver a competir en la máxima categoría del fútbol alvearense.
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